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Ecoembes no sabe contar: la botella de plástico que puede cerrar al fin su ‘chiringuito’

Por Sara del Río*
 
  • Instalamos varios trackers en botellas de plástico para geolocalizar su recorrido de «recuperación y reciclaje». Las hemos depositado en varios contenedores amarillos y observamos, una vez más, que los datos de Ecoembes no son fiables. Varias botellas acabaron en destinos ‘dudosos’ -incineradoras, empresas de gestión bajo sospecha…-; el caso más sangrante es una botella que yace en el vertedero de Valdemingómez, lejos de cualquier posibilidad de reciclaje.
  • Si el Gobierno confirma que los datos de recuperación de Ecoembes son falsos e inferiores a lo exigido, se activaría el resorte legal que obliga a implantar un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR).

La realidad es que la contaminación por plástico es un fenómeno cada vez mayor y Ecoembes, que se supone debería contribuir a minimizar el problema, está haciendo poco o nada para solucionarlo. A pesar de que en 16 países de Europa existe un sistema de depósito, devolución y retorno y se recuperan más del 90% de los envases de bebidas para poder ser reciclados, en España hemos confiado ciegamente en Ecoembes. Decimos ciegamente porque desde que se implantó la recogida selectiva de envases en los contenedores amarillos, hace más de 20 años, ha sido este organismo gestor quien ha realizado las cuentas de lo que se recupera y se “recicla” y ha aportado los datos oficiales, o mejor dicho “sus” datos oficiales.

Como a la UE no le salían las cuentas entre los datos que le ofrecían y sus propios cálculos, creó una directiva de plásticos para un tipo concreto de envases: las botellas de bebidas de plástico de un solo uso de hasta 3 litros, y estableció unos objetivos de recogida selectiva obligatorios: 77% en 2025 y 90% en 2029. El Gobierno español al transponer la directiva a legislación nacional fue más allá: de no alcanzarse un objetivo del 70% en 2023, se pondría en funcionamiento un nuevo modelo de recogida ese tipo de envases similar al tradicional sistema de devolución de los cascos a la tienda: un Sistema de Depósito de una pequeña cantidad de dinero, que se Devuelve al Retornar el envase (SDDR). 

Y entonces Ecoembes, con su monopolio de los residuos de envases, sacó su lápiz y papel y calculó que en 2021 recogió selectivamente el 71,1% de las botellas afectadas por la directiva que se pusieron en el mercado. Sin embargo, un informe reciente de la consultora Eunomia, reconocida internacionalmente como experta en economía circular, envases y política de reciclaje, hizo también sus cálculos en base a los datos disponibles de 2021 y concluyó que, siendo muy optimistas, la recuperación no pudo superar el 36%. La mitad. ¡Vaya!, porque antes del 31 de octubre de 2024, el Ministerio de Transición Ecológica tendrá que decidir sobre la implantación o no de un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR), que pone en peligro el “chiringuito” de Ecoembes, que se forra cobrando por un trabajo que no hace.

Dado que Ecoembes tiene unas semanas para impedirlo y mantener su monopolio, está echando los restos alardeando de datos de recuperación de envases, SUS datos, que ella mismos genera y ella misma autocertifica… ¡Qué podría salir mal!

El exagerado optimismo de Ecoembes lo traslada a las redes sociales. Como ejemplo, esta conversación extraída de la red social Linkedin donde la directora de Relaciones externas de Ecoembes presume de gestión ante una representante del Ministerio de Transición Ecológica.

Y es que, el principal desajuste entre los resultados de Ecoembes y Eunomia, tienen su origen en el cálculo de los residuos del circuito de recogida que se denomina “fuera del hogar”, que son los envases que se generan en eventos deportivos, festivales, aeropuertos, estaciones, etc; y que se recuperan al margen del circuito municipal. Justo, esos que se mencionan en la conversación y a los que dicen que “aseguran una segunda vida” [risas].

Para tratar de ver algo de luz en la maraña de datos de Ecoembes, en Greenpeace hicimos un sencillo experimento al alcance de cualquier persona. Depositamos un total de nueve botellas de un solo uso con un dispositivo de geolocalización en contenedores de varios conciertos y festivales, en el aeropuerto de Barajas y en la estación de tren Puerta de Atocha, todos en Madrid. 

Es bastante habitual que en Madrid se cruce el circuito municipal de recuperación de envases y el de residuos recogidos “fuera del hogar” lo que impide hacer con ellos un seguimiento diferenciado. Es decir, que aunque se trata de gestión privada es el Ayuntamiento quien gestiona en última instancia los residuos. 

Debido a las limitaciones de la tecnología de los dispositivos de seguimiento, no pudimos extraer ninguna conclusión de tres de las botellas porque se perdió la pista de los dispositivos antes de salir de las instalaciones donde las dejamos o en su camino al siguiente destino.

Pero si destaca un caso totalmente concluyente de la gestión fallida de Ecoembes, es el depositado en una papelera de envases de la estación de Atocha, que acabó dando señal desde el mismo frente de vertido de vertedero de Valdemingómez, sin constancia de que hubiera pasado por otra planta de tratamiento. Exactamente aquí:

Este ejemplo pone en evidencia las carencias de la recuperación de esta fracción de residuos de plástico de un solo uso. 

Otros dos casos relevantes fueron el de la botella que se depositó en una contenedor amarillo de Ecoembes en el festival Río Babel y que acabó en las instalaciones de la incineradora de Valdemingómez que solo admite residuos mezclados, o el del dispositivo que se tiró en una bolsa de residuos del concierto de Taylor Swift y acabó en las instalaciones de Tradebe Valdilecha, cuya principal actividad es su vertedero y en las que una inspección reciente detectó incumplimientos relevantes en sus operaciones.

Por otro lado, para el resto de los dispositivos, los tres restantes, no se lograron datos totalmente concluyentes, ni para confirmar, ni para desmentir la correcta recuperación de los envases de la que hace gala Ecoembes, a pesar de acabar en las instalaciones del vertedero de Valdemingómez o en una empresa privada pequeña de gestión de residuos. 

A pesar de ser un experimento sencillo y limitado a la Comunidad de Madrid, pensamos que refleja muy bien el descontrol existente a la hora de recoger de forma separada los envases y lo poco fiable que es la contabilidad que hace Ecoembes de lo que se recupera. El modelo actual no funciona y hay que cambiarlo, explicándolo bien a la ciudadanía y a las empresas. La pelota está en el tejado del Gobierno, solo tiene que actuar, y rápido. 

«A pesar de ser un experimento sencillo y limitado a la Comunidad de Madrid, pensamos que refleja muy bien el descontrol existente a la hora de recoger de forma separada los envases y lo poco fiable que es la contabilidad que hace Ecoembes«

Con urgencia, el Ministerio de Transición Ecológica debe determinar el incumplimiento de los objetivos establecidos la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular y acorde al artículo 10.4 del Real Decreto 1055/2022, de 27 de diciembre, de envases y residuos de envases, establecer de manera obligatoria un sistema de depósito, devolución y retorno para determinados envases domésticos de un solo uso.

Ha llegado el momento de que los monopolios de los envases dejen de dirigir nuestras instituciones y que pongamos solución al grave problema de la contaminación plástica. 


*https://es.greenpeace.org/es/noticias-autores/saradelrio/

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