Jorge Majfud
En 1981, el agente del FBI Robert Scherrer escribi贸 que su colega Carter Cornick se encontraba trabajando en Miami, “ya que es all铆 donde viven los expertos en bombas, junto con narcos y exdictadores latinoamericanos; el legendario mafioso y exsenador cubano, Rolando ‘El Tigre’ Masferrer fue ejecutado all铆 mismo en 1975… Orlando Bosch todav铆a contin煤a recabando fondos en Miami”.[i] Ambos agentes hab铆an sido asignados al caso del carrobomba que mat贸 a Orlando Letelier y Ronni Moffitt y, como otros federales, conoc铆an a Miami como “la capital del terrorismo en Estados Unidos”.
La ola de atentados terroristas en Florida, Nueva Jersey y Nueva York era el resultado natural de un desarrollo hist贸rico que hab铆a comenzado con las organizaciones mafiosas que dominaban la econom铆a cubana a煤n antes del gobierno de Fulgencio Batista. M谩s tarde, fue un efecto colateral de los planes de la CIA a partir del golpe de Estado de Guatemala en 1954 y, sobre todo, a partir de la Revoluci贸n cubana de 1959.
En 1961, al sur del campus de la Universidad de Miami, la CIA instal贸 su mayor estaci贸n de operaciones del mundo, con un presupuesto de 50 millones de d贸lares (equivalente a 500 millones, medio siglo m谩s tarde), lo que se tradujo en una milagrosa bonanza de los peque帽os negocios del 谩rea, al tiempo que demostraba las virtudes del capitalismo, del libre mercado y de la libertad libre de la tiran铆a de los gobiernos. All铆 comenzaron a trabajar 300 empleados estadounidenses y 6.000 cubanos del exilio, reclutados como colaboradores. Todos, seg煤n los registros, ingresaron antes o despu茅s en las n贸minas de pagos de la CIA. El proyecto fue cerrado en 1968 debido a los persistentes fracasos, entre ellos el m谩s importante, que consist铆a en el asesinato de Fidel Castro y los m谩s persistentes sabotajes y bombardeos de la isla lo que, lejos de menguar el poder del nuevo r茅gimen, termin贸 por fortalecerlo.[ii]
Entre los colaboradores directos estuvieron figuras que m谩s tarde tendr铆an un gran poder en la pol铆tica y en los negocios, como el empresario gastron贸mico y de los medios Jorge Mas Canosa. En la invasi贸n de 1961 a Cuba, Mas Canosa dirigi贸 el grupo Ni帽o D铆az. Tambi茅n fue locutor de Radio Swan y Radio Am茅ricas, la am pirata que la CIA instal贸 en la isla propiedad de la CIA, frente a Honduras, para preparar la invasi贸n de Cuba con su manual de guerra psicol贸gica. La radio fue una copia de la radio de Radio Liberaci贸n, la onda corta inventada en 1954 para desestabilizar la democracia de Guatemala, presidida por Jacobo 脕rbenz, y que por entonces result贸 un 茅xito absoluto. Por entonces se encontraba en Guatemala un joven m茅dico llamado Ernesto Guevara, quien llevar谩 su experiencia a Cuba y ser谩 parte de la resistencia al plan de la CIA para convertir a Cuba “en otra Guatemala”.
En abril de 1965, esta estaci贸n de la CIA en Miami incorpor贸 a Luis Posada Carriles. En junio de 1967, Posada fue enviado a Caracas para hacer carrera en la polic铆a secreta de Venezuela (donde se destac贸 por sus violentas t茅cnicas de interrogaci贸n) y abrir el camino a una decena de otros cubanos de Miami, quienes no trabajar铆an como agentes de segunda ni como sargentos, sino en los altos puestos en la Disip apenas arribados al aeropuerto de Maiquet铆a. Uno de ellos ser谩 el cubano Ricardo Morales Navarrete, incorporado ese mismo a帽o a la estaci贸n de la CIA de Miami.
Conocido como El Mono, Morales hab铆a sido un agente secreto de la G-2 en Cuba hasta 1960 y miembro de “Commandos L” de Miami en 1963. Fue reclutado un a帽o despu茅s por la CIA “para actividades paramilitares” en Florida. El Mono se convertir谩 en una figura central del exilio cubano. Ser谩 agente de la CIA en las masacres del Congo y Angola (a 350 d贸lares por mes); uno de los jefes de la polic铆a secreta de Venezuela en los 70; informante protegido del FBI (a 700 d贸lares por mes) contra sus propios camaradas y pese a haber admitido en 1972 un asesinato en Florida.[iii] Finalmente, se dedicar谩 al narcotr谩fico, hasta su ejecuci贸n, en un bar de Miami, en 1982.
Debido al c茅lebre fracaso de Bah铆a Cochinos, el futuro empresario y poderoso financiero de varias operaciones paramilitares desde Miami, Jorge Mas Canosa, fue premiado con un grado de alf茅rez, apenas se enlist贸 en el ej茅rcito de Estados Unidos para dejar de ser un paramilitar. En Fort Benning, estuvo encargado del entrenamiento de cubanos en propaganda y operaciones clandestinas.[iv]
Fort Benning, en Georgia, se llam贸 as铆 en honor Henry Lewis Benning, general de las fuerzas proesclavistas de la Confederaci贸n, exactamente un siglo antes y, por entonces, sede de la School of the Americas ―la Escuela de Asesinos, seg煤n la traducci贸n de Robert Richter. All铆, Mas Canosa conoci贸 y se hizo amigo incondicional de F茅lix Rodr铆guez, Luis Posada Carriles y Oliver North. A Oliver North volvi贸 a encontrarlo en la Casa Blanca durante los a帽os de Ronald Reagan. A pesar de insistir que 茅l no era el Jorge Mas Canosa que hab铆a mencionado el teniente North durante el esc谩ndalo Ir谩n-Contras, las investigaciones posteriores revelar谩n que las donaciones a North para financiar a los Contras eran del 煤nico Mas Canosa conocido en Miami―y usuario de los mismos n煤meros telef贸nicos investigados. El coronel Oliver North har谩 una carrera entrenando a los Contras en Honduras y Nicaragua. Ser谩 condenado por mentirle al Congreso de Estados Unidos sobre el caso Ir谩n-Contras y, poco despu茅s, liberado por la Casa Blanca. Tambi茅n ser谩 reconocido por otras masacres impunes, como en Afganist谩n, d茅cadas despu茅s.
Con alguna imprecisi贸n, Rodr铆guez se atribuy贸 la ejecuci贸n del prisionero Ernesto Che Guevara en la Bolivia de la Standard Oil Company y de nazis enviados por la CIA, como el criminal de guerra Klaus Barbie.
Posada Carriles fracas贸 en todos sus intentos de matar a Fidel Castro, pero Mas Canosa lo ayudar谩 varias veces a mantenerse en distintos pa铆ses y a escapar de situaciones inc贸modas, como la c谩rcel de Caracas, luego de ser condenado por volar el avi贸n de Cubana, con 73 pasajeros.
El m谩s listo de todos parece haber sido Mas Canosa. Para finales de los a帽os 60 ya manejaba negocios de un mill贸n de d贸lares en Miami y, en su tiempo libre, financiaba grupos paramilitares como Comandos L. Si Orlando Bosch hab铆a fracasado en su intento de convertirse en el Che Guevara del capitalismo (la referencia fue expl铆cita en una carta que envi贸 desde Chile), Mas Canosa hab铆a fracasado en su obsesi贸n por reproducir el 茅xito del Granma, cuando en 1956 unos pocos rebeldes sobrevivientes desembarcaron en Cuba y, en tres a帽os, lograron derrocar la dictadura de Fulgencio Batista, una dictadura a煤n mejor armada que la de Castro y con el apoyo incondicional del gobierno de Estados Unidos y de la poderosa mafia de los casinos y prost铆bulos de La Habana. Sus intentos de desembarcar en Cuba en sofisticados yates para derrocar a Fidel Castro fracasaron una y otra vez. Por alguna raz贸n, nada funcionaba, ni por lejos. Por alguna raz贸n, ni Dios confiaba en nosotros, a pesar de que nosotros confi谩bamos tanto en Dios. Nada funcionar谩 nunca, frustraci贸n que fue incrementando el nivel de violencia endog谩mica.
A partir de los a帽os 70, como fue el caso de otros exiliados y de la misma CIA a mayor escala, Mas Canosa se relacion贸 con diferentes narcotraficantes, como Rafael de Arce y Antonio Canaves.[v]
―Esta gente visitaba a Jorge una o dos veces por semana ―declar贸 bajo juramento y ante un juez su hermano, Ricardo Mas Canosa―, hasta que se metieron en l铆os con la ley, debido a sus negocios con los narcos. Los recuerdo muy bien, porque aparec铆an en las oficinas en sus lujosos Cadillacs, fumando enormes habanos. Apenas entraban a la oficina de Jorge, cerraban la puerta y me dejaban afuera.[vi]
Una serie de documentos desclasificados del FBI (con la aprobaci贸n de la CIA, que por entonces ya no consideraba importante a estos colaboradores) registran m煤ltiples actividades ilegales de Mas Canosa y Posada Carriles, desde el narcotr谩fico internacional hasta la creaci贸n de campos de entrenamiento paramilitares en Florida; el tr谩fico continuado de armas desde Venezuela; la colocaci贸n de bombas en M茅xico y en Am茅rica Central, y (seg煤n otro informe secreto de la CIA del 26 de julio de 1965) el intento de derrocamiento de otro presidente de Guatemala, esta vez el coronel Alfredo Peralta Azurdia, a pedido de otro residente de Miami Beach, el millonario empresario Roberto Alejos Arz煤.[vii]
Seg煤n un documento clasificado once a帽os despu茅s, con fecha del 26 de noviembre de 1976, Posada Carriles, “experto en demoliciones”, tambi茅n trabaj贸 con Alejos Arz煤 en su plan de golpe de Estado en Guatemala.[viii] El plan, cargado de armas y bombonas contra Peralta Azurdia, otro dictador protector de corporaciones bananeras y con algunos amigos de alcobas, fue frustrado por Washington en M茅xico. A帽os despu茅s, el coronel y dictador Peralta Azurdia, en cuyo gobierno reinaron los Escuadrones de la muerte, al igual que sus enemigos personales tambi茅n se jubil贸 en Miami.
El rol de Posada Carriles en Venezuela fue muy similar al de Dan Mitrione en otros pa铆ses del continente, como Uruguay. En junio de 1967, la CIA termin贸 su relaci贸n laboral con Posada Carriles, aduciendo problemas impositivos, actividades independientes, no reportadas a la Central. En agosto ya estaba trabajando para la Digepol, en Caracas.[ix] Mientras fue jefe de la polic铆a secreta de Venezuela, fue conocido como el Comisario Basilio. No s贸lo se dedic贸 a supervisar la tortura y desaparici贸n de disidentes venezolanos sometidos a t茅cnicas especiales de interrogaci贸n, sino que tambi茅n facilit贸 el tr谩fico de drogas desde Colombia con destino a Miami, como consta en memor谩ndums del FBI de marzo de 1973. Un mes m谩s tarde, la CIA confirm贸 la conexi贸n de Posada Carriles con el narcotr谩fico, siendo reportado en compa帽铆a de “poderosos jefes del narco”. Los investigadores federales prefirieron no formalizar acusaciones, para mantenerlo como fuente de informaci贸n. En mayo de 1973, se lo encontr贸 “culpable solo de tener amigos equivocados”. No solo amigos. Para marzo de 1976, la DEA continuaba detr谩s de su esposa, Nieves Elina Gonz谩lez, sospechosa de participar en el tr谩fico de droga de Colombia a Miami a trav茅s de Venezuela.
Tres meses despu茅s, Posada Carriles solicitaba a la CIA una visa especial para pasar sus vacaciones en Estados Unidos.[x]
Del libro 1976. La capital del terrorismo (2024)
[i] Idem, p. 177.
[ii] Alan McPherson. Ghosts of Sheridan Circle. How a Washington Assassination Brought Pinochet‘s Terror State to Justice. University of North Carolina Press, 2018, p. 77.
[iii] “The President John F. Kennedy Assassination Records Collection”. The National Security Archive. Geroge Washington University. Archives.gov, http://www.archives.gov/files/research/jfk/releases/2018/180-10143-10345.pdf
[iv] Bardach, Ann Louise. Cuba Confidential: Love and Vengeance in Miami and Havana. United Kingdom, Knopf Doubleday Publishing Group, 2007, p. 136.
[v] Idem, 138.
[vi] Idem, 138.
[vii] “The President John F. Kennedy Assassination Records Collection”. The National Security Archive. Geroge Washington University. Archives.gov. http://www.archives.gov/files/research/jfk/releases/104-10178-10061.pdf
[viii] The National Security Archive. Geroge Washington University. Archives.gov, nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB157/19761209.pdf
[ix] The National Security Archive. Geroge Washington University. nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB157/19761209.pdf
[x] “The President John F. Kennedy Assassination Records Collection”. The National Security Archive. Geroge Washington University. Archives.gov, http://www.archives.gov/files/research/jfk/releases/2023/180-10145-10345.pdf