Samuel Schmidt
Claudia Sheinbaum tiene, como ella reconoce, una historia de persecuci贸n en su familia. Al igual que Carlos Spector y yo, su familia fue perseguida por ser jud铆os, no por sus ideas.
Comentando con Carlos Spector sobre el tema, nos surgi贸 la duda de si alguna vez ella, aunque creci贸 con una orientaci贸n laica y seguramente no abrazaba publica o privadamente su condici贸n de jud铆a, por la raz贸n de su preferencia que no es de mi incumbencia. Ella toma los tropos identitarios que la definen y no voy a atreverme a mencionar los que creo que podr铆an ser, porque no solamente es ofensivo, sino injusto e impreciso.
Carlos Spector, abogado de migraci贸n
- ¿Alguna vez habr谩 sido se帽alada como la diferente en el grupo?
- ¿Alguna vez habr谩 sido se帽alada como jud铆a?
Si juzgamos por algunas de las primera reacciones en el momento que se perfilaba para ser candidata de MORENA y posteriormente como candidata, los ataques muy soeces surgieron en contra de la jud铆a, de la extranjera. No repito aqu铆 el lenguaje procaz e insultante.
No importaba su historial acad茅mico, pol铆tico, personal, lo que contaba es que el apellido suena “extranjero”. No averiguaban de d贸nde vienen los valores por los que ella lucha, tendr谩 que ver con lo que vio y escuch贸 en la casa, lo que estudio, su participaci贸n y vida pol铆tica, etc. La xenofobia y discriminaci贸n se impusieron, en parte porque en M茅xico hay un racismo y clasismo profundo.
Pero la pl谩tica se movi贸 hacia nuestro terreno personal.
A mi me ha sucedido que me digan que de d贸nde soy, porque Schmidt no es “MEXICANO”, como tampoco lo es S谩nchez, Ebrard, Jim茅nez. A煤n muchos miembros de los pueblos originarios hoy tienen nombres que llegaron de Europa.
Claro que en mi vida sent铆 la discriminaci贸n de cerca. Desde el maestro que me proteg铆a porque cre铆a que era Alem谩n mientras reprobaba a los jud铆os, hasta los compa帽eros cuya educaci贸n eran los Protocolos de los sabios de Si贸n, hasta los pseudo amigos que me reclamaron que matamos a Cristo, no solamente no lo hicimos ni yo mat茅 a nadie, ni siquiera metaf贸ricamente.
El caso de Carlos es interesante. El vive en Estados Unidos y es un abogado de migraci贸n muy destacado. Es hijo de migrantes por los dos lados. Su padre migr贸 de Alemania para ponerse a salvo del holocausto y su madre migr贸 del norte de M茅xico. En su pr谩ctica profesional opt贸 por un 谩rea que defiende a la gente. Ha asilado pol铆ticamente a una buena cantidad de mexicanos y muchos de esos casos los hizo pro bono, ha puesto su vida en la picota porque politiz贸 los casos de asilo, y organiz贸 grupos que luchan por los asilados y contra las injusticias en M茅xico.
El caso es que una de las organizaciones pro migrante lo invit贸 a presidir su mesa directiva, paso que legitimaba a la organizaci贸n. Con el paso del tiempo, Carlos descubre que el director estaba robando e hizo evidente el problema, pero entonces fue atacado porque su cr铆tica fue tomada como ataque que escond铆a una intenci贸n de apoderarse de la organizaci贸n, “el de afuera, el diferente, viene a conquistarnos, a apoderarse de nuestra asociaci贸n, lo que no ten铆a sentido porque su bufete de abogado era pr贸spero. Muy r谩pido sali贸 a la luz la diferencia, no es moreno y no pas贸 mojado a Estados Unidos.
Para cualquiera que quisiera confrontar su historia, ten铆a “las credenciales” apropiadas de descendiente de migrantes, adem谩s de haber dedicado su carrera profesional a luchar por los migrantes. Pero es diferente, es jud铆o, es rubio.
Es poco relevante si su vida de entrega fue generosa y filantr贸pica, siempre habr谩 qui茅n quiera discriminar.
En una reuni贸n el acusado de robar le reclam贸 que nunca hubiera hecho nada, y Carlos le respondi贸: “olvidaste que te regularice porque eras mojado, te saque la nacionalidad, al igual que a tu esposa”, el acusador cay贸, pero los dem谩s ve铆an con desprecio al diferente.
Carlos y yo hemos escrito cosas que se consideran “peligrosas”. El tuvo que pedir ayuda al FBI porque recibi贸 amenazas de muerte, al igual que recib铆 yo por escribir un libro.
En uno de los textos m谩s arrojados, sobre el crimen autorizado que demuestra la uni贸n entre crimen y poder pol铆tico, decimos que lo hicimos bajo el esp铆ritu jud铆o de la tzedaka, hacer el bien sin esperar recompensa, y con todo y eso a煤n aquellos a los que ayudas filantr贸picamente porque lo crees como valor supremo, te voltear谩 a ver con desprecio por ser “diferente”.
Y cu谩ndo tratamos de reflexionar sobre las causas profundas de ese fen贸meno, Carlos simplemente lo sintetiz贸: Soy el otro entre los otros.