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El (post)capitalismo y el padre ausente

Jorge Majfud

El objetivo de la violencia geopol铆tica no es s贸lo la dominaci贸n global, sino la dominaci贸n de la opini贸n nacional a trav茅s del miedo y los ideol茅xicos consolidados como libertaddefensa nacional y democracia. El espionaje a los ciudadanos estadounidenses es masivo y cuando se descubre por alg煤n filtrado ilegal se recurre a la bruja de la seguridad, del terrorismo y de los ataques de los “imperios del mal”. La vieja colonizaci贸n interna. 


JD Vance

Hace una d茅cada se comenz贸 a cambiar el serm贸n geopol铆tico, centrado en “la defensa contra el terrorismo” (abandonado de urgencia en Afganist谩n) para volver a centrarlo en “la defensa contra pa铆ses enemigos”―Rusia, China e Ir谩n. Ahora no se puede alegar una lucha ideol贸gica (contra el comunismo), por lo que el serm贸n se acerca m谩s a lo que siempre fue: “Occidente, como el pueblo elegido, la 煤nica Civilizaci贸n, la polic铆a buena del Mundo”.

As铆 naci贸 la hegemon铆a occidental: destruyendo India, Bangladesh y luego China con sus empresas privadas, con los piratas democr谩ticos, y con el apoyo del fanatismo racista y genocida. Ahora, el Occidente imperial comienza a caer de la misma forma en que surgi贸 en el siglo XVI y con el mismo grado de violencia que nunca abandon贸. Occidente siempre sufri贸 el s铆ndrome del Macho Alfa: no hay lugar para dos, menos para tres en el mundo. Esto se puede deber a que, debido a su clima y sus limitadas tierras, la Europa anglosajona nunca fue autosuficiente sin el comercio exterior y la imposici贸n de sus reglas sobre otros pueblos proveedores de recursos extranjeros sin interrupciones. Cultura consolidada que no cambi贸 con la vastedad de Norteam茅rica sino lo contrario.

La mayor paradoja radica en que se intenta salvar este orden hegem贸nico y el mismo capitalismo por dos v铆as: (1) liquidando las vacas sagradas que sirvieron de legitimaci贸n al capitalismo, como la libertad, la igualdad de oportunidades y la democracia liberal; y (2) evitando mencionarlo, haci茅ndolo invisible, como el padre en el psicoan谩lisis.

Un ejemplo cultural y pol铆tico reciente es la prominencia alcanzada por el candidato a la vicepresidencia de Donald Trump, J.D. Vance. Como James Polk y George Dallas en las elecciones de 1844, ambas figuras irrelevantes, fracasadas en pol铆tica y destacados por su anti-intelectualismo (anti Padres Fundadores), fueron elegidos por Andrew Jackson. El ex presidente racista y semianalfabeto logr贸 poner a sus t铆teres en la Casa Blanca y arrebatarle medio territorio a M茅xico, inventando una guerra en base a fake news.

M谩s que probable que la historia no se repita sino que cierre un superciclo, pero de todas formas Vence es un ejemplo de un nadie puesto en la cumbre por alguien m谩s poderoso (como lo explicamos antes, puesto por sus amigos multimillonarios y preferidos de la CIA, como Palantir y otras corporaciones tecnol贸gicas). Esos mismos que promueven a su amigo y fil贸sofo pro-monarqu铆a tecnol贸gica, Curtis Yarvin. “Sin autoritarismo el libertarismo es un proyecto para el fracaso”, sentencia Yarvin, con la misma nostalgia del neoliberalismo sin m谩scaras de Friedman y Hayek por Augusto Pinochet y una larga lista de dictadores bananeros.

Lo mismo ocurri贸 con el repentino 茅xito de Vance como autor de una autobiograf铆a cursi, que los negocios elevaron a best seller y convirtieron en una pel铆cula hollywoodense. La cr铆tica apunt贸 a que, m谩s all谩 de las distorsiones subjetivas (para adaptarse al mito estadounidense del “hombre hecho a s铆 mismo”), su libro se olvida de las dimensiones raciales de la pobreza. Hay que agregar, a mi juicio, un olvido mayor: el capitalismo, ese sistema que funciona a la perfecci贸n para un pu帽ado de individuos, que luego los vende como un 茅xito del sistema, no del individuo, promoviendo as铆 el individualismo como ideolog铆a.

Hillbilly Elegy es una serie de an茅cdotas personales de resentimiento entre pobres (los que reciben ayuda del Estado para comer y los que no) y sobre los valores morales superiores de su familia (como el amor, la 茅tica del trabajo y la responsabilidad, excluida la madre drogadicta y el padre ausente), lo que explicar铆a el happy ending de la mete贸rica fortuna de su hijo. Jared Sexton observ贸 el simplismo de las moralejas de Vance que ignoran el racismo estructural de la pobreza. Su libro, catapultado a las ventas por medios conservadores, adem谩s de ser una celebraci贸n de s铆 mismo, se hizo eco de la ret贸rica de auto victimizaci贸n de los “blancos sacrificados”, otro viejo y renacido mito poetizado por Rudyard Kipling en el siglo XIX.

La conciencia de clase en Estados Unidos ha sido estrat茅gicamente eclipsada por la discusi贸n 茅tnica, algo que procede de la prehistoria del pa铆s cuando los gobernadores reconoc铆an la necesidad de inocular el odio entre blancos pobres, negros e indios para evitar rebeliones comuneras. Algo que la izquierda no adopt贸 como 煤nica banderea hasta mediados del siglo XX y hoy se trasform贸 en una inocua “pol铆tica de las identidades”. A lo que se debe agregar la infantilizaci贸n de las sociedades, perfectas consumidoras de culebrones como Hillbilly Elegy.

Tu madre estar谩 bien, be happy… ―dice la abuela (Glenn Close)― Debes decidir. Ser alguien o no. ¡S茅 alguien!

En la televisi贸n se ve el robot Arnold Schwarzenegger antes de descargar una r谩faga de disparos:

Hasta la vista baby.

La he visto cien veces ―dice la abuela, festejando la escena―. Hay tres tipos de personas. Los buenos Terminators, los malos Terminators, y los neutrales”.

El ni帽o Vance comenta:

Yo quiero ser un buen Terminator.

Una mezcla de Charles Bukowski barato y de la real decadencia de la “clase trabajadora blanca” sumergida en la droga y en “La rabia y el orgullo”.

Seg煤n Jeff Sharlet “La Nueva Derecha intelectual es un proyecto de supremac铆a blanca dise帽ado para cultivar el apoyo de los no blancos”.

Seg煤n Yarvin, el verdadero poder pol铆tico en Estados Unidos est谩 en La Catedral, la que dominan las universidades y la prensa. Seg煤n James Pogue, La Catedral promueve la igualdad y la justicia social, dos ataques contra el orden social. Haci茅ndose eco de estos nuevos dogmas, Vance (graduado de una universidad de elite, como todos sus amigos de Silicon Valley) denunci贸 a las universidades como enemigas del pueblo estadounidense, por lo que se debe desfinanciarlas y confiscarles sus fondos de reserva. Todo lo que se alinea con el ataque a la educaci贸n, la prohibici贸n de libros y de temas que tienen su epicentro en Florida y su repetidora en la Argentina de Javier Milei.

A los a帽os de rebeliones que la izquierda llam贸 liberaci贸n, la derecha identific贸 el problema como “un exceso de democracia”. As铆 lo defini贸 el profesor y mogul de la derecha, Samuel Huntington en 1975. Huntington alert贸, en una conferencia, que hab铆a una tendencia mundial hacia una extensi贸n general de la democracia, con resultados catastr贸ficos. La experiencia de Allende en Chile, dijo Huntington, fue “un exceso de democracia que condujo a un golpe de Estado que ha restaurado la estabilidad pol铆tica”.

Para el capitalismo agonizante y desenmascarado, las democracias no s贸lo son un peligro para las sociedades sino un estorbo para la eficiencia. En una entrevista, Yarvin sac贸 un tel茅fono Apple y lo mostr贸 como prueba de la eficiencia del autoritarismo de las compa帽铆as privadas.

Olvid贸 que ese tel茅fono es el resultado de generaciones de inversiones estatales e invenciones de asalariados, la mayor铆a universitarios, no capitalistas.

Olvid贸 la estrecha relaci贸n entre el 茅xito de esas compa帽铆as-dictaduras y la dictadura estatal de las agencias secretas como la NSA y la CIA, Estados paralelos y por encima de la ley desde hace ochenta a帽os.

Olvid贸 que el capitalismo no crea ni inventa ni innova y ni siquiera acelera el progreso cient铆fico y tecnol贸gico sino lo contrario. Las corporaciones capitalistas no s贸lo roban el progreso de la Humanidad sino que, cuando invierten en investigaci贸n, succionan los recursos a las 谩reas que generan ganancias, quit谩ndoselas a aquellas donde solo los Estados hacen inversiones de alto riesgo, investigaci贸n de todo tipo que requiere grandes inversiones sin retorno inmediato.

Olvid贸 que la misma competencia entre mega compa帽铆as (telef贸nicas, de retiro, de salud) encarecen los servicios y evitan que se compartan ideas e innovaciones entre ellas. Eso cuando no son sectas monop贸licas con apariencia de competencia.

Olvid贸, por si fuese poco, que el capitalismo es el sistema que m谩s produce “valor negativo” ―basura, contaminaci贸n, propaganda, guerras.

Jorge Majfud






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