Por Mauricio Casta帽o H
Historiador
Colombiakr铆tica
No s茅 en qu茅 momento se dio la distinci贸n entre el morir y la muerte, todos nos sabemos seres mortales, tarde o temprano la muerte llega, ha de venir, eso es cosa com煤n pero lo raro es no sentir miedo por la forma en qu茅 llegar谩 el d铆a final, estremece la incertidumbre del c贸mo y del cu谩ndo. Tambi茅n sabemos el terror que infunda lo desconocido cuando se cree en otras vidas despu茅s de la muerte y sobre todo con el cristianismo que amenaza fuego eterno para las almas impuras.
Una cosa es morir de una vez por todas bajo las llamas y otra cosa es sufrir la condena, estar padeciendo las llamas del fuego en una vida eterna en el cristianismo. O una de dos: o se vive en eternidad en el para铆so o en el infierno despu茅s de muerto. Y no es para menos el terror infundado, si hemos de recordar lo real que fue la Santa Inquisici贸n con la quema de cuerpos vivos para el escarmiento de las vidas consideradas impuras, pecaminosas.
Es la historia de la hoguera muy conocida pero nuestra curiosidad, quiz谩 vana, est谩 m谩s all谩 de lo que explica o funda esa concepci贸n tajante de separar la vida de la muerte, eso que hace creer en que son dos eventos distintos. Nuestro inter茅s est谩 m谩s bien en la consideraci贸n menos popular de considerar la vida y la muerte como un s贸lo evento, una y otra son una sola realidad, al mismo tiempo que se vive tambi茅n se muere, una d铆a de vida es un d铆a de muerte, vivir es empezar a morir. La vida como conjunto de c茅lulas que se van muriendo y renovando hasta que al final una falla sist茅mica desencadena otras formas como lo es el proceso de metamorfosis al que todo viviente est谩 destinado.
Esta disyuntiva separatista del alma y del cuerpo no la tuvieron los estoicos para quienes el alma es un complemento del cuerpo, manifiesta en su multiplicidad de part铆culas, hoy llamar铆an c茅lulas. Es decir todo tiene que ver con todo, somos una realidad indivisible. Para ellos tampoco ten铆a sentido la preocupaci贸n de la muerte, para qu茅 preocuparse si cuando estamos ella no est谩, y cuando est谩, ya no estamos. Son simples cambios de estado de la materia.
Alma y cuerpo son indisociables. Alma quiere decir suspiro, el individuo viene con el primer suspiro y con el 煤ltimo se va, deja de ser para volverse polvo c贸smico, humus. No existe ninguna vida que sea para siempre, todas tienen su final. Pero si se considera la vida como metamorfosis, es posible pensar en el humos y en las part铆culas que de esparcen por el aire, por el cosmos.
Cada momento, cada d铆a se sufren desgastes, vivimos y a la vez sufrimos achaques, la vejez, por ejemplo, no viene sola, suele decirse para hacer notar la p茅rdida de funciones. Pero alg煤n d铆a llegar谩 el momento en que llamen a nuestra puerta, interrumpir谩n el fest铆n, puede ser un sonido, una m煤sica que nos invita a partir, en fin, lo bello ser谩 comprender y aceptar feliz el momento del viaje. Seremos un sonido final, un olor f茅tido, unas part铆culas esparcidas por el aire, unos recuerdos fundidos de puro amor en nuestros seres queridos. Y as铆 sucesivamente con uno y con otros, unos partir谩n primero, otros despu茅s.