David Andersson*
El 6 de agosto de 2024, la vicepresidenta Kamala Harris hizo historia como la primera mujer y primera de color en encabezar la candidatura de un gran partido pol铆tico estadounidense. Este momento marc贸 un cambio en la din谩mica electoral, que pas贸 de las t铆picas luchas partidistas a una dura confrontaci贸n con las fuerzas supremacistas blancas, decididas a preservar la dominaci贸n sist茅mica. La extrema derecha ha trabajado diligentemente en todas las plataformas pol铆ticas y sociales desde la elecci贸n del Presidente Obama en 2008 para impedir que otra persona de color llegue a ocupar un cargo nacional.
Con un llamativo comentario hecho en una reuni贸n de periodistas negros en Chicago el 31 de julio, Donald Trump cuestion贸 la identidad de Kamala Harris, preguntando: «¿Cu谩ndo se convirti贸 Kamala en negra? Siempre fue de ascendencia india, promocionando esa herencia. Yo no sab铆a que era negra hasta hace poco, cuando decidi贸 que quer铆a ser conocida como negra. Entonces, ¿qu茅 es: india o negra?». Los comentarios de Trump reflejan su enfoque divisor de la identidad y subrayan los retos a los que se enfrentan las personas de color en la esfera pol铆tica.
Hist贸ricamente, el Partido Dem贸crata ha tenido dificultades para abordar con eficacia la cuesti贸n de la raza en Estados Unidos, y actualmente carece de una estrategia cohesionada para contrarrestar las narrativas supremacistas blancas. El personaje del «hombre de negocios» de Trump encarna la caricatura de la mentalidad blanco-occidental, tratando la arena pol铆tica como un escenario personal para actuaciones de comedia de choque destinadas a galvanizar a un grupo demogr谩fico espec铆fico.
Para agravar este clima polarizado, Jeff Bezos, fundador de Amazon y propietario de The Washington Post, retir贸 recientemente el apoyo de su peri贸dico a Kamala Harris. Esto marc贸 una ruptura con la larga tradici贸n de The Washington Post de respaldar a los candidatos presidenciales, poniendo de relieve las complejidades de la propiedad de los medios de comunicaci贸n y su impacto en la supuesta «libertad de prensa.» Elon Musk tambi茅n ha mostrado su apoyo a Trump, no s贸lo respald谩ndolo, sino financi谩ndolo y haciendo campa帽a activamente por 茅l, un movimiento sin precedentes entre l铆deres empresariales de su nivel. Mientras tanto, otras figuras prominentes han seguido su ejemplo, como Robert F. Kennedy, quien anunci贸 el 23 de agosto que suspend铆a su campa帽a presidencial independiente para apoyar a Trump, citando encuestas internas que indicaban que su candidatura ayudar铆a inadvertidamente a Harris.
Detr谩s de estos movimientos de alto nivel, est谩 tomando forma un esfuerzo coordinado en todos los estratos de la sociedad. Ya se han presentado casi 100 demandas en los estados m谩s disputados, con el fin de influir en las normas que rigen la emisi贸n y el recuento de los votos, en previsi贸n de posibles batallas legales tras la jornada electoral.
Hace poco asist铆 a la proyecci贸n de Borderland: The Line Within, un nuevo documental de Pamela Yates y Paco de On铆s. La pel铆cula revela las ambiciones del ICE hacia las deportaciones masivas como parte de una estrategia nacional m谩s amplia. Para aportar contexto, el presupuesto del Departamento de Seguridad Nacional en 2023 fue de m谩s de 82.000 millones de d贸lares, con miles de millones asignados a Aduanas y Protecci贸n Fronteriza, ICE y USCIS. La ret贸rica de la creaci贸n de empleo que es promovida con frecuencia por los funcionarios electos a menudo oculta la realidad de que muchos de estos puestos de trabajo benefician predominantemente a los estadounidenses blancos, especialmente en sectores como el Complejo Militar-Industrial, que dependen en gran medida del financiamiento p煤blico canalizado hacia corporaciones privadas. Mientras tanto, cuando Florida empiece a reconstruirse tras el hurac谩n Milton, ¿qui茅n har谩 el trabajo? Probablemente ser谩n trabajadores inmigrantes a los que los pol铆ticos consideran miembros de bandas delictuales. La necesidad de mano de obra es m谩s acuciante que nunca -en agosto de 2024 hab铆a 8,04 millones de puestos de trabajo vacantes en Estados Unidos-, lo que subraya la vacuidad de la ret贸rica anti-inmigraci贸n del Occidente blanco.
En un plano social m谩s amplio, la agenda progresista se enfrenta a sus propios retos. Recientemente, durante mi servicio como jurado, me sorprendi贸 comprobar que, de m谩s de 100 personas, s贸lo un pu帽ado participaba en alg煤n tipo de organizaci贸n comunitaria. Una semana m谩s tarde, recib铆 mi tarjeta de donante de sangre, s贸lo para enterarme de que s贸lo el 3% de la poblaci贸n estadounidense con derecho a ello, dona sangre. Parece que mucha gente est谩 «ocupada» con sus afanes personales, desconectada de las necesidades m谩s amplias de la sociedad. Para contrarrestar eficazmente el supremacismo blanco, debemos hacer algo m谩s que votar; el compromiso c铆vico debe ser activo y persistente. Votar es la base de la democracia, no el fin. Del mismo modo, Kamala Harris recibi贸 una notable oleada de apoyo, batiendo r茅cords financieros con 81 millones de d贸lares recaudados en las 24 horas siguientes al anuncio de Biden el 22 de julio. Requiere participaci贸n, responsabilidad personal y la voluntad de pensar m谩s all谩 de la propia situaci贸n. ¿D贸nde est谩n los progresistas que act煤an? Los gestos humanitarios por s铆 solos no sostendr谩n la democracia.
Ya no se trata de unas elecciones pol铆ticas normales, sino de un profundo enfrentamiento entre las arraigadas estructuras de poder blanco-occidentales y la visi贸n de una democracia m谩s inclusiva y equitativa. Sin una br煤jula moral, el movimiento progresista habr谩 perdido el rumbo a la hora de movilizarse contra estas fuerzas antihumanistas y violentas. El momento exige no s贸lo oposici贸n, sino un movimiento proactivo e inclusivo basado en la democracia real, la no violencia y la verdadera justicia social.
*David Andersson. Ciudadano periodista, fot贸grafo y editor, comenzando en los a帽os 80 con el Movimiento Humanista publicando un peri贸dico de barrio en Par铆s.Hoy en d铆a, David es el coordinador de la oficina de Pressenza en Nueva York y es el presentador de un programa de entrevistas llamado Face 2 Face. El programa se transmite en Youtube y Facebook.