
"Nos complace anunciar que el jurado del 52.º Premio Anagrama de Ensayo, compuesto por Jordi Gracia, Pau Luque, Daniel Rico, Remedios Zafra y las editoras Silvia Sesé e Isabel Obiols, concedió el premio a la obra Sin relato. Atrofia de la capacidad narrativa y crisis de la subjetividad , de Lola López Mondéjar", ha informado la editorial.
Entre la filosofía y el psicoanálisis, y a partir del estudio de los nuevos fenómenos culturales, Lola López Mondéjar despliega en Sin relato una cartografía de esta jibarización de la capacidad narrativa. Una atrofia asociada a la dificultad no solo para poner en palabras el pensamiento, sino a un déficit del pensamiento mismo, y de la imaginación.
El libro llegará a librería el 9 de octubre.

Sobre la obra ganadora, el jurado ha dicho:
«En un intenso y polifónico diálogo con la filosofía, el psicoanálisis, el cine y la literatura, Lola López Mondéjar trata de explicarse las causas y las consecuencias de una enfermedad cuya propagación y universalización constata a diario en la práctica clínica: la dificultad de contarse y explicarse a sí mismos que sufren los hijos del capitalismo digital, signo inequívoco y desasosegante del creciente vaciamiento del mundo interior, de la merma del pensamiento crítico y del ocaso de la imaginación», Daniel Rico.
«Una obra sobre la complejidad de un mundo que anima a hablar de uno mismo todo el rato y que paralelamente boicotea la lógica narrativa y creativa que requiere todo sujeto para construirse como tal y para escuchar, quizá comprender mejor, a los otros», Remedios Zafra.
López Mondéjar se ha impuesto entre las 167 obras presentadas al premio, de las que un jurado integrado por Jordi Gracia, Pau Luque, Daniel Rico, Remedios Zafra y las editoras Silvia Sesé e Isabel Obiols, seleccionaron seis finalistas.
Al observar al individuo posmoderno, la autora llega a la conclusión que “de todas las transformaciones que sufre, una de las más relevantes es su pérdida de narratividad, la dificultad cada vez más agudizada para contarse a sí mismo y elaborar un relato”.
En su análisis, la ensayista observa que se trata de “una atrofia asociada no solo a la dificultad para poner en palabras el pensamiento, sino a un déficit del pensamiento mismo y de la imaginación”.
En el capitalismo de la atención, donde está siempre rodeado de estímulos, el ciudadano parece abocado, según afirma López Mondéjar, a convertirse en un “yo mínimo, sin apenas autoconciencia y, paradójicamente, desatento, incapaz de conversar, de rozarse, de comprender al otro”.
Esa incapacidad de trasladar al lenguaje nuestras experiencias, añade, “nos vacía de ellas, nos uniformiza y nos convierte en analfabetos afectivos, en ciudadanos acríticos e individualistas”.
Desde la industrialización, la aceleración que se produjo con la Segunda Guerra Mundial y la digitalización “se ha generado un proceso para generar en nosotros una impronta de nuestra experiencia, y nos ha convertido en una individualidad sin sujeto y ha atrofiado nuestra capacidad de dialogar”.
Otro resultado, es que las personas se entregan a repetir miméticamente eslóganes sociales sin saber lo que realmente dicen, porque “nuestros mediadores son ahora youtubers y tiktokers, que nos enseñan a ser meros consumidores” y “la familia y la escuela ya no son agentes de socialización, sino que han sido sustituidos por las redes sociales”.
A juicio de López Mondéjar, el lenguaje que aprendemos a través de las máquinas está colonizando nuestra subjetividad, nuestra individualidad, y “todo esto va en contra de la imaginación y la creatividad, los algoritmos nos están convirtiendo en ciborg psíquicos”.
“La revolución industrial, que fue una improvisación, no tuvo en cuenta los límites del planeta, y ahora sufrimos las consecuencias, y la revolución digital no está teniendo en cuenta los límites del ser humano”.
Si en la pandemia anhelamos la presencialidad, el fin de la pandemia nos ha devuelto a la etapa anterior, porque “de ella no hemos salido mejores”.
La autora murciana, que ha iniciado su intervención reivindicando la paz en Oriente Próximo, coincidiendo con el aniversario del ataque terrorista de Hamás, asegura que las matanzas en Gaza han tendido a deshumanizar el conflicto.
En Anagrama ha publicado Invulnerables e invertebrados’.
A principios de los años 70 no había en España ningún premio de ensayo, el género al que la editorial estaba entonces volcada, por lo que parecía oportuna la creación de un galardón, en busca de un tipo de ensayo imaginativo y riguroso, pero alejado de rigideces académicas.
El jurado estuvo compuesto inicialmente por Juan Benet, Salvador Clotas, Hans Magnus Enzensberger, Luis Goytisolo, Mario Vargas Llosa y el editor. En la primera y la séptima convocatorias se declaró desierto.
Entre 1997 y 2016 el jurado estuvo compuesto por Salvador Clotas, Román Gubern, Xavier Rubert de Ventós, Fernando Savater y el fundador de Anagrama Jorge Herralde. Tras asumir Silvia Sesé la dirección editorial, entre 2017 y 2020 el jurado estuvo formado por Jordi Gracia, Chus Martínez, Joan Riambau, Daniel Rico y la editora. A partir de la edición de 2021, Pau Luque y Remedios Zafra reemplazaron a Martínez y Riambau.
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