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Nuestros mayores en las garras de los fondos

Eduardo Madro帽al Pedraza

Las residencias son -nos guste m谩s o menos- las 煤ltimas viviendas de muchos de nuestros mayores. Igual que los fondos buitre dominan la propiedad y el alquiler de las viviendas -y de las habitaciones de las viviendas-, tambi茅n dominan el negocio de las residencias privadas. ¿C贸mo es posible que las residencias privadas est茅n en manos de fondos buitres? ¿Es admisible que los tres grandes fondos -con m谩s muertes en sus residencias durante la pandemia- proyecten inversiones para crear m谩s de 5.000 nuevas camas?



Las residencias, ¿ganancias o cuidados?

En una d茅cada 84 residencias privadas han sido adquiridas por fondos de inversi贸n. Desde 2007 hasta 2023 el precio de una cama en una residencia de mayores ha aumentado en Espa帽a, de media, un 28%. La dominancia de estos fondos y sus pr谩cticas monopolistas genera el aumento de los precios. El n煤mero uno es Domus Vi -del fondo ICG- con 18.428 camas y 750 millones de euros de ganancias, la quinta es Vitalia Home -del fondo de inversi贸n CVC- con 7.181 camas y 183 millones de euros.
Al mismo tiempo la precarizaci贸n -en las condiciones de un servicio que debiera ser p煤blico- es creciente, imponiendo condiciones laborales, con bajos sueldos y complicados horarios. Y tambi茅n en el mantenimiento de las instalaciones -estructurales y funcionales, no decorativas- de los edificios. La b煤squeda de ganancias como objetivo, no los mejores cuidados de los residentes, marca las inversiones de tales fondos.
Por ejemplo, los grupos DomusVi, Orpea y Amavir -en cuyas residencias fallecieron 2.512 mayores durante los dos primeros meses de la pandemia- proyectan abrir en los pr贸ximos a帽os 36 centros con 5.071 camas nuevas.

Leyes que les favorecen

Este negocio privado sufri贸 un renacer con la Ley de Dependencia, creada en 2006. Porque estos fondos pueden invertir s贸lo una peque帽a parte y el resto a base de endeudamiento financieros que endosan a las residencias. Por ejemplo, los fondos ponen un 15% del capital y el resto lo financian con un pr茅stamo bancario.
Adem谩s, suelen dividir la inversi贸n en dos negocios. Crean una empresa que es la due帽a del edificio y otra empresa que es la titular de la residencia, Y as铆 la residencia paga un alquiler a la propietaria. Lo que les permite ampliar las fuentes de ganancia del fondo inversor, a las que se a帽ade la posible venta separada del edificio y de la residencia.
Dado que la demanda va a ir en aumento por la edad, las condiciones para que expandan su negocio seguir谩n y no se est谩 tomando ninguna medida para revertirlo. Este tipo de adquisiciones financiadas por deuda que luego es trasladada al balance de la residencia se deber铆a prohibir o limitar en gran medida. El Estado deber铆a intervenir en el sentido opuesto.

El capital extranjero domina y avanza

Los fondos extranjeros -predominantemente estadounidenses y franceses- suelen adquirir empresas espa帽olas del sector, por lo que la propiedad real est谩/y las ganancias se van fuera de Espa帽a.
La nacionalidad de los grupos dominantes en el sector es: DomusVi (estadounidense), Emeis-Orpea (francesa), Clece (ACS con BlackRock dentro, capital hispano-estadounidense), Ballesol (espa帽ola) Vitalia Home (estadounidense), Amavir (francesa) Colise茅 (estadounidense), que avanzan en inversiones.
El n煤mero de proyectos de centros geri谩tricos ha seguido creciendo en los 煤ltimos doce meses, superando el umbral de los 500 proyectos que no se daba desde 2009.

Cuidar debe ser un servicio p煤blico

En Espa帽a hay cuatro tipos de gesti贸n para las residencias: las que son 100% p煤blicas, las que son 100% privadas, las que son p煤blicas pero gestionadas por empresas privadas y aquellas privadas que cuentan con camas concesionadas a la administraci贸n.
De las 5.187 residencias que existen en Espa帽a solo el 25% son p煤blicas y tan solo el 11% est谩n gestionadas por la administraci贸n. En cuanto al porcentaje de camas, el 87% est谩n gestionadas por el sector privado. Por tanto, estamos hablando de un servicio en su gran mayor铆a en manos privadas.
Como afirma Carmen L贸pez, portavoz de Marea de Residencias, “un servicio de cuidados para personas vulnerables nunca puede estar en manos privadas y menos en fondos de inversi贸n. Es un servicio que deber铆a estar en manos de la administraci贸n”. Hay que revertir esta situaci贸n.

Eduardo Madro帽al Pedraza

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