Gede贸n Levy
La arrogancia israel铆 [ 1 ] ha vuelto, y a lo grande. ¿Qui茅n habr铆a cre铆do que un a帽o despu茅s del 7 de octubre volver铆a, y a semejante escala? Despu茅s de derrotar a Ham谩s y destruir la Franja de Gaza, ahora estamos derrotando a Hezbol谩 y destruyendo el L铆bano, y ya estamos volvi茅ndonos hacia Ir谩n.
En el di谩logo israel铆 ya se habla de un cambio de r茅gimen, se discute el asesinato del ayatol谩 Ali Khamenei y se delibera entre ataques a instalaciones nucleares y ataques a instalaciones petroleras. Israel se encuentra en un estado de arrogancia. Desde el punto m谩s bajo y el esp铆ritu de desdicha de la derrota del 7 de octubre (que se compar贸 con el Holocausto) hasta las alturas de la arrogancia del cambio de r茅gimen y de la movilizaci贸n de pueblos en todo Oriente Medio. Y todo en el plazo de un a帽o. Terminar谩 en l谩grimas y sangre.
La arrogancia, por definici贸n, tiene como naturaleza terminar en desastre. La volatilidad extrema, desde el Holocausto ficticio hasta la victoria ficticia, tiene como naturaleza desmoronarse.
Mientras tanto, millones de personas huyen del ej茅rcito israel铆 para salvar sus vidas, desplazados, refugiados, indigentes, desesperados, heridos, hu茅rfanos y lisiados en interminables procesiones de sufrimiento en Gaza y L铆bano. Pronto en Cisjordania y tal vez tambi茅n en Ir谩n. Nunca tanta gente ha huido aterrorizada por Israel, ni siquiera en la Nakba de 1948. Nunca olvidar谩n lo que Israel les hizo. Nunca. Para Israel y los israel铆es, esto no s贸lo trae alegr铆a, satisfacci贸n y orgullo nacional, sino tambi茅n una ostentaci贸n de poder como nunca han visto, ciertamente desde 1967.
Los 茅xitos militares, por impresionantes que sean, est谩n volviendo loco a Israel. La forma en que hicimos estallar los buscapersonas y c贸mo matamos a sus l铆deres, todo el mundo se alegra. El ataque a Ir谩n puede demostrarlo. Pero los logros militares no son lo m谩s importante. ¿Qu茅 viene despu茅s?
Israel siente que el cielo es el l铆mite para sus ataques, sus conquistas, las matanzas y la destrucci贸n que es capaz de sembrar. Y no hay forma de detenerlo. Nunca antes se hab铆a parado as铆 ante una porter铆a vac铆a, convencido de que se le hab铆a dado la oportunidad de patear el bal贸n de su vida. Uno tras otro, hemos visto caer ante nosotros los castillos de naipes que tanto tem铆amos: los cohetes de Gaza, los misiles del L铆bano, los misiles de crucero del Yemen y los misiles bal铆sticos de Ir谩n ya no impresionan a nadie.
La impotencia de la comunidad internacional, en particular de Estados Unidos, refuerza la sensaci贸n de embriaguez. Todo es posible. Parece que Israel puede continuar sin trabas sus campa帽as de conquista y castigo al estilo Gengis Kan. Estados Unidos le ruega que se detenga, pero sus s煤plicas no hacen mella en los israel铆es . Y con raz贸n.
Pero Israel puede descubrir que sus asombrosas victorias no son m谩s que una trampa fat铆dica, como la embriagadora victoria de 1967, cuyos frutos podridos seguimos comiendo hasta el d铆a de hoy. Lo que se presenta como capacidades militares ilimitadas puede acabar en una victoria p铆rrica. En Gaza, Israel sigue maltratando a millones de personas miserables, incluso despu茅s de anunciar que Ham谩s ha sido derrotado militarmente. ¿Por qu茅 seguir? Porque puede hacerlo. Pronto tambi茅n en el L铆bano.
El castigo innecesario y peligroso que se le ha impuesto a Ir谩n ha sido objeto de debate p煤blico durante d铆as, como si no existiera otro pa铆s que Israel, como si no hubiera l铆mites a sus posibilidades y como si nadie pudiera frenar su ansia de poder. A falta de un verdadero amigo que lo haga, Ir谩n nunca se detendr谩 por decisi贸n propia, hasta que le sobrevenga el desastre. Y es probable que ocurra. Los 茅xitos militares suelen ser enga帽osos y fugaces.
Al horror que sienten las masas del mundo, sus gobiernos acabar谩n uni茅ndose y un d铆a (lejano) se cansar谩n de ello. Israel no tiene ning煤n respaldo internacional, salvo el de Estados Unidos y Europa . Es cierto que todav铆a no han movido un dedo, pero alg煤n d铆a la opini贸n p煤blica podr铆a cambiar eso.
La historia est谩 llena de pa铆ses ebrios de poder que no supieron detenerse a tiempo. Israel se est谩 acercando a eso. Mientras tanto, la idea de millones de personas en Medio Oriente huyendo aterrorizadas ante 茅l, sufriendo un dolor y una humillaci贸n indescriptibles bajo nuestras botas, deber铆a hacer que todos los israel铆es se encojan de verg眉enza y miedo. En cambio, llenan de orgullo el coraz贸n israel铆 y los alientan a buscar m谩s de lo mismo. Y no hay forma de detenerlo.
Gede贸n Levy