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Amanecer de un balotaje agitado

El desaf铆o de reencantar descorazonados
Balotaje decisivo: la contienda final del FA por el tim贸n

Emilio Cafassi
(Profesor Titular e Investigador de la Universidad de Buenos Aires). cafassi@uba.ar

La larga noche parece dar tregua en la orilla oriental del R铆o de la Plata, donde un primer destello despunt贸 tibiamente en el horizonte, aunque no ser谩 hasta el 24 cuando sepamos si llegar谩 acompa帽ado del necesario viento disipatorio del manto oscuro que nos encapota desde hace un lustro. En ese caso, dejar铆amos atr谩s cinco a帽os de ruina social, avasallamiento de derechos y libertades, junto a infames esc谩ndalos de corrupci贸n que han marcado este periodo. Me entusiasma esta perspectiva, a pesar de que el resultado electoral en su conjunto me deja un cierto resabio agridulce. No por contagiarme del entusiasmo exultante que floreci贸 en los militantes frenteamplistas en los territorios, inducidos por el deseo entusiasta de un avance abrumador en esta primera vuelta, que en algunos devino desaliento subjetivo posterior frente al rigor de lo factual. Si bien reconozco que los m谩rgenes de error de la encuestolog铆a pueden ampliarse, parec铆a poco probable que todas las empresas tuvieran pron贸sticos m谩s o menos convergentes y todas ellas descartaran un triunfo en primera vuelta. No cre铆a esperable m谩s caudal de votos en el resultado legislativo. As铆 que no viaj茅, a pesar de que mis recuerdos navegan hacia los festejos de triunfos frenteamplistas en Montevideo, los que siempre estuvieron entre los momentos m谩s felices de mi vida. Especialmente aquella noche, culminando un d铆a de acompa帽amiento de compa帽eros por los circuitos de votaci贸n, cuando Pepe Mujica conquist贸 la presidencia y los brazos fueron miles de abrazos en multitud y las gargantas los cantos que hicimos sonar hasta el amanecer, no ya literario sino literal, por las calles c茅ntricas y la rambla. No puedo menos que alegrarme de la mayor铆a absoluta en la c谩mara de senadores, la aproximaci贸n a ella en la de diputados, ni menos a煤n, ya en t茅rminos sustractivos, la exclusi贸n parlamentaria del ultraderechista Manini R铆os y el multiservicial Mieres. Aunque la ensombrece la derrota de la papeleta blanca del S铆, una espina que revive decepciones pret茅ritas como aquella, tambi茅n en aquel 2009 de la alegr铆a, con el mismo contraste amargo. Entonces se perdieron los refer茅ndums de la papeleta rosa, derogatorio de la ominosa ley de caducidad y la papeleta blanca que incorporaba el voto en el exterior para la di谩spora, ambas expresiones a煤n vigentes de atraso e inescrupulosidad, agravando nuestra deuda con la historia.




Disiento con la conclusi贸n cr铆tica de la exvicepresidenta Luc铆a Topolansky, sobre la pertinencia de la iniciativa del PIT-CNT de convocar al plebiscito por la modificaci贸n sustitutiva de un art铆culo de la constituci贸n para garantizar y ampliar la seguridad social. En declaraciones para la emisora radial de su sector, M24, sostuvo que la discusi贸n sobre el plebiscito “desv铆a esfuerzos y energ铆as” a la par que “gener贸 conflictos y tensiones en los comit茅s de base”. No niego que estas tensiones hayan surgido, aunque desconozco detalles, pero muy probablemente se deba a la actitud dilatoria del propio Frente Amplio (FA) de postergar los debates y esperar consensos casi excluyentes, particularmente cuando se trata de iniciativas de los movimientos sociales, para eludirlos finalmente mediante el atajo de la “libertad de acci贸n”. No es la primera vez, sino que es una cuenta m谩s en el largo collar de frenos y posteriores fracasos de iniciativas de democracia directa gestados en la din谩mica de construcci贸n identitaria y de demanda de los movimientos sociales. Creo inversamente, que todo debate pol铆tico no partidizado, como los que generan los institutos de democracia directa, (refer茅ndums o plebiscitos) permiten transversalizar los debates enriqueciendo la argumentaci贸n, frente a la mera emotividad o la tradici贸n, un campo en el que las izquierdas y progresismos debieran sentirse a gusto. Adem谩s, si bien no es el 煤nico camino para apelar a estos institutos, la convergencia con la elecci贸n nacional es quiz谩s el m谩s viable para utilizar esta herramienta de empoderamiento ciudadano. De este modo, atribuirle un car谩cter distractivo, no solo desestima, sino que tambi茅n desincentiva mecanismos que deber铆an ampliarse tanto en frecuencia como en alcance, entre otras razones, para fomentar un contacto m谩s asiduo con la ciudadan铆a y distanciarse de los partidos tradicionales. M谩s a煤n en este caso, sobre el cual expuse argumentos en un art铆culo previo, concluyendo que el movimiento obrero uruguayo lanz贸 con la iniciativa, una contraofensiva oportuna y precisa, superadora del momento defensivo para pasar a una llevar adelante una interpelaci贸n aguda demostrando una vez m谩s ser un ejemplo a nivel mundial. Sin embargo, comparto la opini贸n de Topolansky -quien adem谩s es una referente hist贸rica del sector que arras贸 con casi la mitad de los votos frentistas- el Movimiento de Participaci贸n Popular (MPP), respecto a que el FA tiene serias posibilidades en el balotaje, un pron贸stico que tambi茅n, como ha se帽alado el encuestador y polit贸logo Oscar Bottinelli, se basa en la estructura y capacidad organizativa del FA, que no solo es un lema, sino una fuerza cohesiva que articula su militancia con la ciudadan铆a. En contraste, parece poco probable que el candidato del Partido Nacional (PN), Delgado, logre aglutinar todos los votos de primera vuelta de los integrantes de la coalici贸n de gobierno que 茅l mismo aspira a recrear. Delgado debe tratar de conservar para s铆 la totalidad de los votos que fueron a los partidos integrantes de la actual coalici贸n de gobierno. Si se me permite ironizar con la teor铆a del desarrollo psicosexual de Freud, estar铆a fijado en la fase anal retentiva. El FA, inversamente, deber谩 captar algunos fragmentos de tal electorado, aunque no exclusivamente en 茅l.

Ambas fuerzas deber谩n desarrollar estrategias para capturar los votos necesarios para el triunfo. Topolansky considera la posibilidad de buscar algunas coincidencias program谩ticas con partidos que no han ingresado al parlamento, mientras que Bottinelli sugiere apelar a la exacerbaci贸n de rivalidades e incompatibilidades actuales e hist贸ricas. Sin duda, el programa frentista actual, con su marcado 茅nfasis ambientalista, podr铆a captar algo del electorado del Partido Ecologista Radical Intransigente (PERI) o, en menor medida, del Partido Verde Animalista (PVA). Dificulto que la Unidad Popular-Partido de los Trabajadores (UP-PT) que participaron con el lema Asamblea Popular transmita algo de su ya escas铆simo caudal porque pr谩cticamente se han fundado en la cr铆tica al FA ante el supuesto abandono de las banderas m谩s radicales o comprometidas con los m谩s sumergidos. Sin embargo, creo que hay algo que el FA puede rescatar si es receptivo de las demandas y opiniones de exmilitantes descontentos. Es probable que una proporci贸n importante de ellos se expresen mediante el voto en blanco o anulado, expresiones que han mostrado una tendencia ascendente en la serie de las seis elecciones realizadas desde la reforma constitucional del ´96. La tabla y el gr谩fico exhiben esta tendencia con la particularidad de que el voto anulado fue el m谩s bajo precisamente cuando en 2004 el FA gana en primera vuelta llevando a Tabar茅 V谩zquez a la primera presidencia, momento en que se concitaron las m谩ximas esperanzas. Pero si bien el voto nulo luego tiende a elevarse, el voto en blanco logra su mayor declinaci贸n hist贸rica en 2009, cuando es electo Mujica. El guarismo actual no es nada despreciable. Muchos sectores quisieran tener esa cosecha electoral si fuera una expresi贸n organizada. Dar铆a como m铆nimo un senador y varios diputados. La cuesti贸n es si se puede volver a concitar las expectativas de esos dos momentos fundantes de la experiencia frentista de gobierno traccionando algo de estas voluntades descorazonadas. Exceder铆amos el l铆mite de espacio, adem谩s de abrumar al lector con m谩s tablas y gr谩ficos si a la vez detall谩ramos la evoluci贸n del comportamiento comparativo frentista entre la primera y segunda vuelta, dej谩ndolo para otra oportunidad. Solo adelantemos que como siempre fue la primera minor铆a, su ratio de expansi贸n es m谩s acotado que sus seguidores (PC y PN en las 5 elecciones precedentes) aunque esa escasez se invierte si se deja de considerar a la segunda minor铆a para compararla con la sumatoria de todos sus oponentes. As铆 como el FA ya no es aquella esperanza sino una trayectoria de gesti贸n de 15 a帽os (2005-2020), con sus indudables claroscuros, tampoco la coalici贸n oficialista (2020-2025) es una posibilidad apenas regresiva, sino la encarnaci贸n probada y a煤n vigente de la decadencia, la venalidad y el padecimiento popular.

A帽o

% Voto en blanco

(1ra Vuelta)

% Voto nulo

(1ra Vuelta)

Sumatoria

de ambos

1999

1.04%

22.433

1.64%

35.302

2.68%

57.735

2004

1.43%

31.031

0.99%

21.541

2.42%

52.572

2009

0.96%

21.453

1.22%

27.149

2.18%

48.602

2014

1.95%

44.688

1.46%

33.419

3.41%

78.107

2019

1.86%

43.597

1.91%

44.802

3.77%

88.399

2024

1.36%

31.160

2.35%

53.847

3.71%

85.007

 

Siempre ser谩n necesarios los balances, las miradas retrospectivas y los debates te贸ricos y program谩ticos, para preguntarnos con el m谩ximo rigor posible por la propia producci贸n de decepciones. Pero hasta el 24, las degustaciones deber谩n dar paso a una alimentaci贸n constante. El sibaritismo ideol贸gico que explica muchos impactos subjetivos -y a menudo desemboca en mi regusto agridulce- exige ahora un enjuague para una concentraci贸n en todos los pasos y detalles necesarios hacia la recuperaci贸n del tim贸n para el progresismo uruguayo encarnado en el FA. El rumbo y la carta de navegaci贸n est谩n indeleblemente plasmados en el programa.

Al abordaje!!!

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