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Los republicanos

Por Gerardo Rodr铆guez

La Segunda Rep煤blica Espa帽ola acab贸 de forma repentina y abrupta, cuando el 18 de julio de 1936 un alzamiento militar desencaden贸 la Guerra Civil Espa帽ola que termin贸 con la victoria fascista tres a帽os despu茅s y, lo que hab铆a sido una democracia plena para la 茅poca, qued贸 sepultada bajo los escombros producidos por un levantamiento de generales golpistas con el apoyo de la Iglesia y de las fuerzas mon谩rquicas contrarias a todo tipo de progreso y de justicia social. Atr谩s quedaba un limitado pero intenso periodo de tiempo que supuso un avance sin precedentes en el desarrollo de los derechos de ciudadan铆a, de igualdad, de distribuci贸n de la riqueza y de educaci贸n, un oasis cultural y un modelo de Estado cuyas leyes estaban legitimadas por un Parlamento libremente elegido. Todo ello dentro del marco de la Constituci贸n de la Rep煤blica Espa帽ola de marzo de 1931, cuyo art铆culo primero dice: “Espa帽a se constituye en una Rep煤blica democr谩tica de trabajadores de toda clase que se organizan en r茅gimen de libertad y justicia. Los poderes de todos los 贸rganos emanan del pueblo. La Rep煤blica constituye un Estado integral, compatible con la autonom铆a de los municipios y las regiones. La bandera espa帽ola es roja, amarilla y morada.”

La dictadura del general Franco, que gobern贸 el pa铆s despu茅s de la Guerra Civil durante cuarenta a帽os, no solo arruin贸 el proyecto de un Estado Democr谩tico, Social y de Derecho, sino que rompi贸 con la legalidad vigente hasta ese momento y sustituy贸 la Constituci贸n de 1931, aprobada por voto popular, por las llamadas “Leyes Fundamentales del Movimiento”. Entre esas leyes se encontraba la “Ley de Sucesi贸n en la Jefatura del Estado” (1947) que establec铆a que Espa帽a se configuraba como un Reino, aunque en ese momento no hubiera Rey. Fue el 22 de julio de 1969 cuando Franco design贸, a dedo y sin consulta de ning煤n tipo, a Juan Carlos de Borb贸n y Borb贸n como su sucesor en la Jefatura de Estado. El futuro Rey Juan Carlos I, educado bajo la tutela de Franco desde los 10 a帽os, jur贸 entonces los “Principios del Movimiento Nacional” y “Las Leyes Fundamentales del Reino”, es decir, la legislaci贸n franquista. A la muerte de Franco, Juan Carlos I es proclamado Rey de Espa帽a el 22 de noviembre de 1975 y desde entonces, la Monarqu铆a se mantiene como forma de Estado, hoy bajo la figura de su hijo Felipe VI.

La Rep煤blica fue la refutaci贸n de siglos de Monarqu铆a corrupta que esquilm贸 las arcas p煤blicas en connivencia con las oligarqu铆as locales, los caciques de casinos provincianos y la Iglesia, cuyo poder se extend铆a a la esfera p煤blica, ignorando cualquier separaci贸n del Estado. Estos poderes f谩cticos manten铆an en la ignorancia y el analfabetismo a amplias capas populares. Analfabetismo que lleg贸 con altas tasas hasta la Transici贸n.

Somos republicanos por muchos motivos m谩s, yo dir铆a que el 煤ltimo de ellos es el archipi茅lago de esc谩ndalos de todo tipo que envuelve a la Monarqu铆a en los 煤ltimos a帽os, protagonizados por un personaje que la historia oficial nos ha trasladado siempre como ejemplar, pero la realidad nos lo ha desvelado como un hombre carente de verg眉enza propia y escr煤pulos morales. La vida de Juan Carlos de Borb贸n est谩 llena de cap铆tulos bochornosos y escandalosos que hemos ido conociendo en los 煤ltimos a帽os, a煤n est谩 por resolver qu茅 papel desempe帽贸 en el Golpe de Estado del 13 de febrero de 1981. Digo que este es el 煤ltimo motivo porque podr铆a suceder que tuvi茅ramos un presidente de la Rep煤blica con comportamientos an谩logos y no por eso dejar铆amos de ser republicanos, aunque tambi茅n es cierto que en 煤ltimo t茅rmino la Rep煤blica detenta mecanismos de defensa contra estos comportamientos inadecuados en la Jefatura del Estado que la monarqu铆a hereditaria no posee, precisamente por ser no electa y por la inviolabilidad de la figura del rey.

Pero por eso siendo grave todo lo sucedido, en ese sentido no nos hace ser republicanos. Nos hace ser republicanos el hecho de creer que todos los poderes del Estado, incluyendo por supuesto la Jefatura, deben emanar de la voluntad popular y ser legitimados por la ciudadan铆a, es decir, nos hace ser republicanos el ser dem贸cratas primero. No hay, ni debe haber, herencia recibida cuando se habla de cargos p煤blicos o de responsabilidades de Estado.

El proceso de secularizaci贸n emprendido en Europa desde el comienzo de la Modernidad, que condujo la separaci贸n de la Iglesia y el Estado, tiene una cuenta pendiente: la monarqu铆a, porque la monarqu铆a nos ata a un pasado ancestral donde la “gracia de Dios” juega un papel central en la legitimaci贸n del poder de una dinast铆a: los Borb贸n, Habsburgo, Braganza, Windsor, etc, siguen siendo reyes por la gracia de Dios. Ese reducto, no legitimado por la voluntad popular expresada en una consulta, debe desaparecer para garantizar la plena democratizaci贸n de los poderes p煤blicos. Con 茅l tambi茅n deben desaparecer los privilegios asociados al cargo, como la inviolabilidad que ha hecho posible que Juan Carlos I quedara impune de la mayor铆a de sus delitos.

Nos hace republicanos, asimismo, el creer que la legalidad qued贸 interrumpida al finalizar la Guerra Civil, y por tanto, que todo lo que emana a partir de ah铆 y que tiene su origen en el R茅gimen Franquista no tiene fuerza “de iure” aunque la tenga “de facto”. La Constituci贸n Espa帽ola de 1978, que incluy贸 la monarqu铆a parlamentaria como forma de Estado, estaba condicionada porque fue redactada a posteriori de la propia entronizaci贸n del monarca, y porque no se produjo una ruptura real con el R茅gimen Franquista, sino una componenda como fue la “Ley para la Reforma Pol铆tica” (1977) mediante la cual Las Cortes Franquistas se auto disolvieron para dar paso a una nueva legalidad bajo la condici贸n sine qua non de salvar la monarqu铆a y al Rey nombrado por Franco y, de paso, garantizar la impunidad y el olvido de la represi贸n durante las cuatro d茅cadas de tiran铆a.

Por todo ello, singularmente tambi茅n por el hecho de que hace 44 a帽os no se le ha consultado a la ciudadan铆a sobre la forma de Estado, y teniendo presente este debate abierto, este interrogante sin la debida respuesta, los republicanos de todo el Estado convocamos un Refer茅ndum sobre Monarqu铆a o Rep煤blica que se celebr贸 el 14 de marzo de 2022, al margen de las instituciones, porque entend铆amos que la sociedad necesita ser escuchada y estar madura para cuando llegue el momento en que ese Refer茅ndum sea oficial y permitido. Tambi茅n lo convocamos en ese momento porque es necesario forzar la m谩quina desde la movilizaci贸n popular y la ciudadan铆a organizada para que el entramado pol铆tico-institucional recoja las demandas hist贸ricas de la ciudadan铆a.

No es posible esperar a que se pongan de acuerdo los grandes partidos para reformar la Constituci贸n de 1978, no lo van a hacer sin una movilizaci贸n previa, y eso es lo que nosotros hicimos y vamos a seguir haciendo.

Los republicanos tenemos el deber de trabajar para la llegada de la Tercera Rep煤blica espa帽ola y para que en nuestro pa铆s todos los poderes emanen de la soberan铆a popular. Sembramos para recoger, debemos hacer el esfuerzo de mantener viva la llama de la Rep煤blica y de un verdadero Estado Social y de Derecho donde no quepa la pervivencia de reductos del R茅gimen Franquista enquistados desde 1978. Debemos derrumbar los muros que a煤n se mantienen levantados y permiten que se atrincheren detr谩s de ellos los personajes tan peculiares como el rey Em茅rito, bajo el amparo de la inviolabilidad medieval de los Reyes, y debemos volar los puentes que nos atan a rancios arca铆smos que han sido tradicionalmente los responsables del atraso social, econ贸mico, cultural y moral en que se sumergi贸 Espa帽a por siglos.

Nosotros, los republicanos, continuaremos nuestra lucha.

Gerardo Rodr铆guez (miembro del Secretariado Nacional del STEC-IC)






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