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El Trotsky del Bronx

Jorge Majfud


En 1916, el buque ruso Askold amarr贸 en el puerto de Marsella. Poco despu茅s, un mot铆n a bordo termin贸 con el asesinato de un oficial, lo que oblig贸 a las autoridades francesas a intervenir. En la inspecci贸n, se encontraron algunos ejemplares del peri贸dico ruso Nashe Slovo (Nuestra Palabra), publicado por Trotsky y considerado literatura antirrusa por el r茅gimen de Nicol谩s II. Interrogado por las autoridades francesas, Trotsky argument贸 que los ejemplares hab铆an sido plantados por los oficiales rusos.

En octubre, sin explicaci贸n alguna, las autoridades francesas entraron a su apartamento del 31 de la calle Pompe de Paris y se lo llevaron, dejando a su esposa Natalya y a sus dos hijos librados a su propia suerte. El detenido era sospechoso de estar contra la guerra. Lo llevaron a la frontera espa帽ola y lo dejaron del otro lado, en el Pa铆s Vasco. En San Sebasti谩n fue detenido, otra vez sin una raz贸n legal, y llevado a Madrid, donde pocos d铆as despu茅s luego de una visita al Museo del Prado fue encarcelado y luego trasladado a C谩diz con el prop贸sito de enviarlo a Cuba.

Para Trotsky no hab铆a dudas: las autoridades espa帽olas respond铆an a las 贸rdenes de las autoridades francesas que respond铆an a las 贸rdenes de las autoridades rusas que respond铆an 贸rdenes de los bancos franceses que ya hab铆an invertido demasiado en la dictadura de Nicol谩s II. En la c谩rcel, comenz贸 a estudiar ingl茅s, a la espera de las gestiones de sus amigos (entre republicanos espa帽oles y socialistas estadounidenses) que no ve铆an otra soluci贸n a su carrera de exilios que el Nuevo Mundo. Finalmente, las gestiones dieron resultado y las autoridades aprobaron su viaje a Estados Unidos.

En el interrogatorio de rigor antes de abordar, respondi贸 que no era anarquista, ni pol铆gamo ni alcoh贸lico ni retardado mental y que nunca hab铆a vivido en una casa de beneficencia. Condiciones necesarias, aparte de ser blanco, para las autoridades de inmigraci贸n de la 茅poca. Incluso minti贸 al decir que nunca hab铆a estado preso. Trotsky hab铆a estado en prisi贸n muchas veces en la Rusia zarista, por escribir, por organizar sindicatos de obreros y por organizar la protesta contra la masacre de mil manifestantes en San Petersburgo en 1905.

Tambi茅n Natalya le minti贸 al oficial de inmigraci贸n: hab铆a estado presa por haber participado en una reuni贸n de obreros en San Petersburgo para conmemorar el Primero de Mayo, la masacre de trabajadores en Chicago. Por entonces, las brutal dictadura del zar Nicol谩s II (emperador de Rusia, Rey de Polonia y duque de Finlandia) no s贸lo hab铆a perseguido todo tipo de disidentes sino que hab铆a dejado casi medio mill贸n de muertos en la hambruna de 1891-92. Nicol谩s II, reconocido nacionalista y antisemita como sus antecesores, hubiese sido el principal aliado de Hitler, de no ser destronado por la Revoluci贸n de Octubre―o de Noviembre, seg煤n el calendario que se use. Probablemente fue este factor hist贸rico lo que contradijo el pron贸stico de Karl Marx: no ser铆a una sociedad industrializada la que ver铆a la toma del poder del proletariado sino una sociedad agr铆cola y medieval, como la rusa. El padre de Nicholas II hab铆a ejecutado en la horca al hermano mayor de Lenin y la Revoluci贸n de Octubre, liderada por Lenin, ejecut贸 a Nicol谩s II. Un siglo m谩s tarde el zar y su familia ser铆an canonizados por la Iglesia Ortodoxa de Rusia como santos m谩rtires.

Trotsky hab铆a adoptado ese nombre de su carcelero en Siberia, en 1902, pero en 1917 logr贸 viajar a Nueva York con su apellido original, Bronstein. Luego de 17 d铆as de viaje, el vapor anunci贸 la llegada a Nueva York a las 3:00 de la madrugada. Se detuvo en Ellis Island, parada obligada donde, bajo la mirada de la Estatua de la Libertad, los inmigrantes deb铆an demostrar que eran sanos, que no disfrutaban del alcohol y, de ser posible, que eran blancos. Si adem谩s viajaban en primera clase, ni siquiera deb铆an bajar a la isla porque los oficiales sub铆an a sus camarotes. Fue el caso de la familia Trotsky. Aparte de Inmigraci贸n, la familia fue bien recibida por varios editores y miembros del Partido Socialista. El abogado del partido y te贸rico marxista, Louis Boudin, los llev贸 a cenar.

Mientras, Lenin segu铆a su exilio en los peri贸dicos desde el suyo propio, en Suiza. Trotsky se hab铆a separado de Lenin en 1902 por razones ideol贸gicas y personales. Seg煤n Trotsky, Lenin era un “terrible egoc茅ntrico”. Seg煤n Lenin, Trotsky era un “judas”, un “tramposo evasivo”. Para Lenin no pod铆a haber una revoluci贸n proletaria sin una vanguardia revolucionaria y un Estado centralizado que liderase una profunda reforma de la sociedad antes de ascender a niveles superiores de justicia social. Trotsky, menos pragm谩tico, se aproximaba m谩s a los anarquistas, rechazando una estructura vertical en favor de organizaciones populares de base, como los sindicatos y las asambleas populares―los soviets. Para Trotsky, la idea de Lenin sobre una “dictadura del proletariado y de los campesinos” m谩s bien se trataba de una “dictadura sobre el proletariado y los campesinos”.

La idea o el principio que los un铆a era simple: las guerras son productos de las burgues铆as nacionales (como en la Edad Media eran productos de la nobleza, no de los campesinos, los peones del ajedrez) y son promovidas por los nacionalismos, como antes lo eran por otro elemento aglutinante: la religi贸n. Por entonces, muchos socialistas y anarquistas entend铆an que la uni贸n de los obreros del mundo anular铆a la principal causa de las mayores injusticias y tragedias del mundo donde los trabajadores y sus hijos marchaban para matar a otros trabajadores en nombre de una naci贸n y en beneficio de las clases dominantes. La Primera Guerra solo fue una comprobaci贸n de esta tesis: los obreros de unos pa铆ses se unieron contra los obreros de sus pa铆ses vecinos gracias a un fanatismo nacionalista que no les produjo ning煤n beneficio sino muerte, destrucci贸n y pobreza.

En 1917, Nueva York todav铆a era una especie de Rep煤blica anarquista. Se publicaban diarios y libros en decenas de idiomas, desde el espa帽ol hasta el ruso. Las obras de teatro eran representadas con actores de varios pa铆ses y para diferentes comunidades. El Novy Mir (Mundo Nuevo), semanario publicado en ruso en un modesto taller de 77 Saint Marks Place en Staten Island, era al mismo tiempo bolchevique y menchevique. Lenin sol铆a leer el Novy Mir en su exilio de Suiza, por lo que supo del recibimiento de Trotsky en Am茅rica. “De haber sido el rey de Inglaterra no me habr铆an tratado mejor”, coment贸 Trotsky.

Diferentes diarios anunciaron su llegada a Nueva York a bordo del Monserrat. La familia Trotsky hab铆a sido expulsada de Rusia, Austria, Alemania, Francia y, finalmente, de Espa帽a a pedido de la red diplom谩tica rusa y los diarios tomaron este dato anecd贸tico como titular. “Expulsado de cuatro pa铆ses”, titul贸 el New York Times el 15 de enero en su segunda p谩gina. Por su pr茅dica antibelicista y antinacionalista, el mayor diario del pa铆s lo defini贸 como socialista, marxista y “pacifista ruso” arribado con su esposa y sus dos hijos, Leon de 11 y Serge de 9 a帽os. En la misma p谩gina, el New York Times informaba de una limpieza de progresistas en el gobierno ruso del zar, reemplazados por partidarios de la extrema derecha. El diario socialista publicado en idish, The Jewish Daily Forward, con un tiraje de m谩s de 200 mil ejemplares por d铆a, anunci贸 a Trotsky en la portada del martes 16 de enero.

Trotsky se aloj贸 dos meses en un apartamento de Wise Avenue, en el Bronx. El 4 de noviembre, cuando ya hab铆a retornado a Rusia, The Sun de Baltimore, describ铆a a Trotsky como anarcosocialista y la segunda figura m谩s importante de la Revoluci贸n rusa, despu茅s de Lenin. Unos meses despu茅s, en setiembre, el Bronx Home News titular谩: “Un hombre del Bronx lidera la Revoluci贸n rusa”.

En Nueva York, las tertulias eran el refugio de socialistas y anarquistas expulsados de Europa y, no pocas veces, juzgados y condenados en Am茅rica. Por alguna raz贸n, la derecha racista del Ku Klux Klan y de los poderosos empresarios de entonces (pocos a帽os m谩s tarde, nazis y fascistas; pocas d茅cadas despu茅s, neoliberales; un siglo m谩s tarde, libertarios) eran rara avis en estos ambientes de gente culta. La raza, la patria y el dinero fueron siempre bastiones de la derecha. La cultura y el pensamiento no comercial no. De ah铆 su tradicional obsesi贸n con demonizar o eliminar las artes, las humanidades, las ciencias y las universidades sin fines de lucro.

Theodore Roosevelt fue de la creencia de que los anarquistas (extranjeros) estaban tomando el poder del pa铆s, o quiso que se creyera en esta teor铆a como cl谩sica estrategia electoral, por lo cual orden贸 un control cercano de todo sospechoso de ser anarquista. En 1908 se cre贸 el Bureau of Investigation con el disimulado prop贸sito de ser una polic铆a ideol贸gica antes que una polic铆a federal de investigaci贸n del crimen. En 1924, Edgard Hoover se convirti贸 en el director del Bureau of Investigation, el que nueve a帽os despu茅s se convertir谩 en el FBI. Hoover no dejar谩 su puesto ni la obsesi贸n de perseguir a todo tipo de individuos con ideas o sentimientos fuera del dogma nacional (socialistas y lesbianas por igual) hasta su muerte en 1972, casi medio siglo despu茅s.

En Nueva York, Trotsky descubri贸 su popularidad del otro lado del Atl谩ntico. El diario socialista publicado en alem谩n desde 1878, el New Yorker Volkszeitung, recogi贸 expresiones de Trotsky como: “Soy un ap谩trida y me alegro de haber encontrado un pa铆s que me ha aceptado dentro de sus fronteras”. De hecho, se sorprendi贸 de encontrar un ambiente pol铆tico e intelectual abierto, sin censura y sin persecuci贸n. Es decir, las ant铆podas de lo que ser铆a Estados Unidos unas d茅cadas m谩s tarde, colonizado por el fanatismo religioso y la obsesi贸n protestante sobre la fe, la que se traducir铆a en el macartismo en los a帽os 50s y en todo tipo de persecuci贸n ideol贸gica por parte de los medios, del FBI de Edgard Hoover, de la CIA de Allen W. Dulles y otros, perfectos representantes de la polic铆a ideol贸gica de Estados Unidos.

La Revoluci贸n rusa no hizo algo muy diferente con la libertad de presa. El mismo Trotsky que hab铆a reconocido este tipo de libertad en Nueva York, unos meses despu茅s fue el segundo l铆der m谩s importante de la nueva URSS, despu茅s de Lenin. Fue Ministro de Asuntos Exteriores de un gobierno que prohibi贸 peri贸dicos no s贸lo conservadores sino, incluso, socialistas.

Siempre habr谩 excusas para limitar la libertad de expresi贸n, pero la historia demuestra que es un lujo de los reg铆menes dominantes, aquellos contra la cual la cr铆tica no tiene ninguna posibilidad de cambios efectivos, como fue el caso de los imperios brit谩nico y estadounidense, y como lo prueba su protecci贸n constitucional a煤n durante la esclavitud y la cr铆tica antiimperialista dentro de estos imperios, como John Hobson en Inglaterra y Mark Twain en Estados Unidos, por citar solo dos.

Jorge Majfud, diciembre 2014.

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