700 millones de mujeres fuera del mercado laboral
Sergio Ferrari
M谩s de 700 millones de mujeres en el mundo quedan al margen del mercado laboral porque se dedican a los trabajos dom茅sticos y a atender a otros sin recibir salario alguno.
Rosal铆a cuida d铆a y noche a su beb茅 mientras su esposo trabaja afuera. Gloria se ocupa desde hace cinco a帽os de su madre, que sufre de Alzheimer. Ambas, adem谩s, limpian la casa, hacen las compras, preparan la comida para toda la familia y llevan la administraci贸n de los gastos familiares.
Forman parte de esas centenas de millones de mujeres que se dedican a cuidar beb茅s, ni帽os y ancianos; que asisten a personas con discapacidades o enfermedades; que asumen pr谩cticamente todas las tareas dom茅sticas cotidianas y aseguran el funcionamiento integral del hogar. Significan d铆as y noches de trabajo que no se contabilizan ni se pagan. Y, al mismo tiempo, son tareas imprescindibles que les impiden encontrar un empleo remunerado que se adapte a su situaci贸n familiar y social.
Un estudio reciente de la OIT (El impacto de las responsabilidades de cuidado en la participaci贸n de las mujeres en la fuerza laboral) calcula que en 2023 unos 748 millones de personas mayores de 15 a帽os en 125 pa铆ses no figuraron en la fuerza laboral, aunque realizaron tareas imprescindibles de cuidados dom茅sticos. Significativamente, 708 millones de mujeres y tan solo 40 millones de hombres, n煤meros que evidencian que las responsabilidades de cuidado constituyen, parad贸jicamente, la principal barrera que impide que la mujer ingrese y permanezca en el mercado laboral. Para los millones de varones excluidos de este mercado, las principales barreras son, fundamentalmente, sus limitaciones de nivel escolar o problemas de salud (https://www.ilo.org/es/
“Condenadas” al cuidado
Estas cifras adem谩s dimensionan algo que, aunque conocido, es importante subrayarlo: el rol preponderante que las mujeres asumen en la crianza de los hijos y el cuidado de personas con discapacidades o enfermedades cr贸nicas, as铆 como en las tareas del hogar.
Desde una perspectiva geogr谩fica, el porcentaje m谩s alto de mujeres excluidas del sector “asalariado” se encuentra en 脕frica del Norte (63%), seguido por el de los Estados 脕rabes (59%). En Asia y el Pac铆fico, el porcentaje es 52%. En Am茅rica Latina y el Caribe, 47%. En Europa Occidental y Asia Central, el porcentaje es menor (21%), casi como en Am茅rica del Norte (19%). Los pa铆ses de Europa Oriental tienen el porcentaje m谩s bajo (11%).
Si se toman como referencia las estad铆sticas de los seis a帽os anteriores a 2023, se observa que la tendencia de este tipo de exclusi贸n ha ido en aumento. En 2018 fueron 647 millones las personas excluidas de la fuerza laboral debido a sus responsabilidades de cuidado: aproximadamente 606 millones mujeres y 41 millones varones.
Si bien la prestaci贸n de cuidados dom茅sticos puede ser gratificante, cuando se realiza en exceso y obstaculiza las oportunidades econ贸micas de sus prestadores, puede atentar contra sus derechos humanos. El informe de la OIT lo expresa sin ambig眉edad: “Las responsabilidades de cuidado est谩n excluyendo y frenando a millones de mujeres en todo el mundo de tener un empleo remunerado, y con los cambios clim谩ticos y demogr谩ficos que aumentar谩n la demanda de cuidados, se necesitan urgentemente medidas para apoyar [y valorizar] la econom铆a del cuidado”.
Valorizar el trabajo dom茅stico normalmente invisibilizado
Estas profundas desigualdades laborales debidas al g茅nero motivaron a la OIT a adoptar en junio la Resoluci贸n sobre el trabajo decente y la econom铆a del cuidado. Para este organismo de Naciones Unidas especializado en el mundo del trabajo se trata de un “documento hist贸rico”, nada menos que “el primer acuerdo tripartito global sobre el tema”. En la medida en que los Estados avancen en su aplicaci贸n, proyecta la OIT, podr铆a allanarse el camino para que los mismos aborden los problemas y los desaf铆os y aprovechen las oportunidades que ofrece la econom铆a del cuidado dom茅stico.
La Resoluci贸n sostiene que “una econom铆a del cuidado que funciona bien no solo apoya a individuos y familias, sino que tambi茅n contribuye a una fuerza laboral m谩s saludable, crea empleos y mejora la productividad”. Por esa raz贸n cuestiona las barreras estructurales que dificultan la participaci贸n y el progreso de la mujer, resultantes de su actividad sin salario. Y exige pol铆ticas y sistemas que contrarresten las desigualdades que actualmente padecen quienes proporcionan cuidados (https://www.ilo.org/sites/
Los datos de la OIT muestran que desde 2018 ha habido algunos progresos. Muchos pa铆ses han avanzado en la promoci贸n de la participaci贸n de mujeres que ofrecen cuidados dom茅sticos mediante aumentos presupuestarios para ese rubro y la educaci贸n de la primera infancia. Sin embargo, subraya la Resoluci贸n, en un mundo que se remodela velozmente por los cambios demogr谩ficos, este tipo de ajustes presupuestarios, aunque bien intencionados, no es suficiente. “Si queremos abordar la creciente desigualdad y avanzar hacia una mayor justicia social”, reclama la Resoluci贸n, es “esencial” una inversi贸n adecuada en pol铆ticas de cuidado.
Reivindicaciones feministas y sindicales
De m谩s en m谩s, la reflexi贸n, las propuestas y las acciones en torno al trabajo de cuidados dom茅sticos forman parte de las preocupaciones centrales de sindicatos y movimientos feministas en general, y en Am茅rica Latina en particular.
A fines de octubre, y en ocasi贸n del D铆a Internacional de los Cuidados, la Confederaci贸n Sindical de Trabajadores de las Am茅ricas (miembro de la Confederaci贸n Sindical Internacional) emiti贸 una declaraci贸n en la que sostiene que “reorganizar los cuidados dom茅sticos hacia la igualdad conlleva la exigencia de una agenda integral que incluye enfrentar las desigualdades de g茅nero, raza, edad y condici贸n migratoria, entre otras”. Y argumenta enf谩ticamente que “invertir en cuidados requiere un enfoque basado en los derechos humanos”. En otras palabras, concebir el cuidado “como derecho humano, universal y con justicia de g茅nero”. Con esto en mente, la Confederaci贸n anticipa un tr铆pode de propuestas, comenzando con un mayor di谩logo social para avanzar pol铆ticas p煤blicas integrales de cuidados. Las mismas tienen que conformarse como un pilar de la seguridad social y articularse con las pol铆ticas de salud, educaci贸n, protecci贸n social y desarrollo. La adopci贸n de “pol铆ticas p煤blicas universales con perspectiva de g茅nero, interseccionales y multidimensionales”, sostiene la Confederaci贸n, har谩 posible “Reconocer, Redistribuir, Reducir, Remunerar y Representar los trabajos de cuidados [teni茅ndose en cuenta] la diversidad de la clase trabajadora”.
El logro de esta meta, argumenta la Confederaci贸n, requiere “organizar la agenda sindical para colocar la tem谩tica de los cuidados junto a la justicia de g茅nero”, de manera que sea una tem谩tica de la cual se apropien todas y todos los trabajadores (https://csa-csi.org/2024/10/
A fines de agosto 2024, en sitio de Internet Capire que la Marcha Mundial de Mujeres coordina en di谩logo con La V铆a Campesina y Amigos de la Tierra, public贸 las conclusiones del seminario Socializar el trabajo de cuidados: experiencias y luchas feministas. Realizado virtualmente, este evento convoc贸 a mujeres dirigentes sindicales y de movimientos feministas de Am茅rica Latina, Europa y 脕frica (https://capiremov.org/es/
Del an谩lisis de Capire surge una clave de interpretaci贸n para el contexto latinoamericano: los cuidados dom茅sticos ocuparon un lugar central en la respuesta de las mujeres ante la ofensiva del neoliberalismo empe帽ado en privatizar incluso los servicios p煤blicos de educaci贸n y salud. Y llama a tener presente la memoria y la actualidad de esas luchas como punto de referencia “para sospechar de las propuestas de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) en materia de cuidados”. Seg煤n Capire, el FMI propone “una perspectiva de inclusi贸n de las mujeres en el sistema [pero] sin transformar las estructuras de opresi贸n. Por lo tanto, no atiende a la mayor铆a de las mujeres de la clase trabajadora”.
El desaf铆o es enorme. Desde la perspectiva feminista, frente a las amenazas contra la supervivencia de la humanidad y del medio ambiente, son necesarios cambios radicales. Se debe romper con la l贸gica actual de la producci贸n, acumulaci贸n y la reproducci贸n. El trabajo de cuidado y la sustentabilidad –humana y del planeta--ser谩n pilares de esa nueva apuesta social.
Sergio Ferrari