MANIFIESTO del Congreso Nacional “El aporte del voluntariado a la Acción Humanitaria Española”.
¡Por toda voluntaria que suma valor a la acción humanitaria!
Hoy, en este encuentro, celebramos el poder de la solidaridad y el compromiso. Nos reunimos personas que creemos firmemente que un mundo mejor es posible, y sabemos que la acción colectiva es la clave para lograrlo. En este espacio, compartimos historias, experiencias y, sobre todo, una pasión común: el deseo de transformar vidas a través del voluntariado.
¡Nuestro papel es fundamental! Más de 300 millones de personas necesitan actualmente asistencia humanitaria y protección. Los recursos para ello apenas llegan al 43%, y el voluntariado es un recurso fundamental para responder a estas crisis. Salvan vidas en zonas afectadas por desastres, establecen sistemas locales de distribución de alimentos y servicios durante pandemias, y son un sostén esencial en contextos de guerra y desplazamiento.
Lo vimos recientemente con la DANA en Valencia, donde miles de personas voluntarias acudieron día tras día a las localidades afectadas, dejando imágenes tan emotivas como imborrables en la memoria colectiva. Estas escenas muestran la capacidad de reacción de la sociedad y el inmenso poder de transformación que reside en el trabajo conjunto. Desde Valencia hasta Haití, Siria, Gaza o Ucrania, donde las necesidades son urgentes y las crisis golpean a millones de personas, esta solidaridad se manifiesta en todas sus formas.
Debemos reconocer el voluntariado y su acción local, sobre todo de aquellas que a pesar de vivir en sus propias carnes la crisis, son las primeras de dar respuesta a la emergencia. Siguiendo las palabras de Verónika, voluntaria ucraniana de una de las ONG con las que colaboramos en terreno; “Es inspirador saber que formo parte de algo grande, de una comunidad que no solo entrega ayuda, sino esperanza. Hemos perdido mucho, pero también hemos ganado fuerza y unidad. Los voluntarios somos la gran fortaleza de Ucrania.» Ellas, y todas nosotras, somos una red de apoyo que cruza fronteras y culturas, llevando esperanza y acción donde más se necesita.
Frente a esta inmensa necesidad, reafirmamos nuestra responsabilidad como ciudadanía activa y solidaria. Participar en proyectos humanitarios ayuda a quienes enfrentan catástrofes, además de enriquecer nuestras vidas con habilidades, conocimientos y una comprensión más profunda de nuestra humanidad compartida.
Nos comprometemos. Como personas voluntarias en 2025, renovamos nuestro compromiso de continuar esta labor crucial, fortaleciendo las capacidades de las comunidades y ofreciendo apoyo a las personas en mayor situación de vulnerabilidad.
Trabajaremos por:
- Promover y defender los derechos humanos para garantizar un futuro más justo y próspero.
- Fomentar los valores de la igualdad, solidaridad y humanidad a todo de tipo de actores.
- Incidir en la sensibilización y concienciación sobre nuestra realidad y cómo podemos contribuir al cambio.
- Apoyar a mujeres y jóvenes, quienes son los más afectados en contextos de crisis desde una perspectiva que satisfaga sus necesidades específicas.
- Seguir ofreciendo nuestro apoyo a las ONG locales que se sitúan en primera línea y responden a las emergencias.
Nuestra labor no termina aquí. La acción humanitaria es un compromiso continuo que crece, se multiplica y transforma el mundo que compartimos. Invitamos a todos y todas a sumarse a este movimiento. Si alguna vez has dudado de tu capacidad para marcar la diferencia, queremos recordarte que el voluntariado transforma vidas: las de quienes reciben apoyo y también las de quienes lo ofrecen. No importa cuán grande o pequeña sea tu acción, cada gesto suma.
Con nuestras manos, mostramos nuestra voluntad. Con nuestro compromiso, sembramos un futuro mejor. Juntas, podemos construir un mundo donde la solidaridad y la humanidad sean capaces de vender cualquier crisis. ¡Implícate, transforma vidas, transforma tu vida, transforma el mundo!