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Ay, Europa, ay, si callas ante la sumisa Kallas

Eduardo Madro帽al Pedraza





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Ahora tambi茅n sabemos que la m谩xima autoridad diplom谩tica de la Uni贸n Europea (UE), Kaja Kallas, ha repetido p煤blicamente lo que p煤blicamente Trump nos exige, que gastemos mucho m谩s en lo militar -un 5%-, es decir, mucho m谩s empobrecimiento para los pueblos.




Ya sab铆amos (ver art铆culo ‘Cuando Europa est谩 que arde, ¿a qui茅n sirve Lagarde?’) que la m谩xima autoridad financiera y monetaria de la UE ha repetido p煤blicamente lo que p煤blicamente Trump nos exige, que nos dejemos saquear mucho m谩s en lo econ贸mico, es decir, mucho m谩s empobrecimiento para los pueblos.

En ambos casos no es al servicio de los intereses de los pa铆ses y pueblos europeos. Al contrario, todo ello es al servicio de la superpotencia estadounidense en su ocaso, que necesita imperiosamente m谩s tributos de sus “aliados” europeos en lo econ贸mico y m谩s carne de ca帽贸n de los pueblos en lo militar, para poder resistir frente a un nuevo mundo multipolar.

La UE tiene un enemigo dentro, su “aliado” imperial -con sus “patriotas trumpistas” europeos, y sus sirvientes en las instituciones europeas-, pero, en verdad, lo venenoso y corrosivo son los sumisos sectores de las burgues铆as monopolistas europeas entregadas a EEUU. ¿Para qu茅 necesitamos otro enemigo principal si el “aliado m谩s fuerte” es nuestro due帽o y se帽or?

Bravuconadas o degradaci贸n pol铆tica


La clase dominante estadounidense -ante su imparable ocaso imperial y presa de su divisi贸n y debilidad- ha elegido como presidente a un personaje de tal cala帽a, estofa y ralea que la riqueza de nuestro idioma en adjetivos nos permite calificarlo -seg煤n la RAE- de bravuc贸n, fanfarr贸n, jactancioso, valent贸n, baladr贸n, chulo, mat贸n, pendenciero, camorrista, perdonavidas, espadach铆n, matasiete y tragahombres.

Pero lo de Trump no son los impulsos alocados de un aut贸crata, ni de un emperador al que nadie se atreve a decir que est谩 desnudo. Sus decisiones est谩n al servicio de la clase dominante estadounidense. Aunque, desde finales de la primera d茅cada de este siglo, la superpotencia est谩 sumida cada vez m谩s en su ocaso imperial, conserva un enorme poder -especialmente en lo militar-, inalcanzable a煤n para cualquier otra potencia o grupo de potencias.

Pero su capacidad para seguir como superpotencia se ve permanentemente mermada y cuestionada por la lucha de los pa铆ses y pueblos del mundo que conquista nuevas cotas de soberan铆a y desarrollo y que debilita su capacidad de explotar, dominar y controlar. Y por eso Trump utiliza las amenazas p煤blicas. Para degradar pol铆ticamente a sus “aliados tradicionales”, para debilitar y romper Europa.

No hablamos de Lagarde ni de Kallas


Trump ha pedido p煤blicamente a los pa铆ses europeos que eleven su gasto en defensa al 5% del PIB y nos ha acusado de tratar “muy mal” a EEUU. En la conferencia anual de la Agencia Europea de Defensa, Kaja Kallas, ha sido su portavoz: “El presidente Trump tiene raz贸n al decir que no gastamos lo suficiente. Es hora de invertir”. Y lo que es a煤n m谩s grave, que Washington debe seguir siendo “el aliado m谩s fuerte y debe seguir si茅ndolo” ante la agresividad rusa.

Primero. La exigencia de elevar al 5% el gasto militar es dif铆cilmente asumible incluso para una Alemania en recesi贸n y para una Francia estancada, no digamos para nuestro pa铆s. Espa帽a deber铆a aumentar los actuales 19.700 millones de euros a m谩s de 75.000 millones. Un salvaje incremento que junto a -y en contra de- los l铆mites al gasto p煤blico, sea a costa de nuevos recortes sociales.

Y segundo, ¿puede la estonia representante diplom谩tica de la UE -que as铆 eleva a su predecesor, Josep Borrell, a los altares- santificar a EEUU como “aliado” cuando lleva a帽os trat谩ndonos como vasallos? Un “aliado” que c铆nicamente se hace la v铆ctima cuando recientemente nos hizo pagar su crisis de 2008, y -Lagarde lo sabe- recientemente su inflaci贸n y su deuda p煤blica.

Y si Trump vende Estonia a Putin


Estamos de acuerdo con que la agresividad rusa -sangrientamente ahora en su invasi贸n de Ucrania- no es buena para los pueblos europeos y la rechazamos. Estamos de acuerdo con que “el 煤nico lenguaje que (el presidente ruso, Vladimir) Putin habla es el de la fuerza”. Pero no se corresponde con la realidad igualar a China con Rusia en cuanto al uso de la agresi贸n como herramienta de pol铆tica exterior. Ni es bueno para Europa, ni para sus pueblos, poner a China como enemigo por orden de Washington. Nos oponemos.

Al contrario, no s贸lo EEUU no nos defender谩 de EEUU, sino que si Trump decide -para cercar a China- entregar a Estonia y dem谩s pa铆ses b谩lticos a Putin -que considera parte de su espacio vital- a cambio de su desenganche de Pek铆n, generar铆a la ruptura de Europa. Y ¿no podr铆a llevar a una situaci贸n en la que una significada estonia tuviera que pensar a d贸nde exiliarse, a EEUU o a China?

Eduardo Madro帽al Pedraza

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