Supervivientes e historiadores lamentan que no se aprenda la lección de Auschwitz, símbolo del horror nazi
Se cumplen 80 años de la liberación del campo de exterminio, el primero que se construyó para el asesinato masivo de judíos
Auschwitz-Birkenau, sur de Polonia. Acaba de comenzar la segunda guerra mundial y en apenas siete meses, las SS ya tienen listo su nuevo complejo, el primero de los que levantarían con un concepto más mortífero aún que los campos de concentración. "Los campos de exterminio, que son campos diseñados y construidos para matar, asesinar, a nivel industrial a los judíos europeos", explica Alfons Aragoneses, profesor de Historia de la Universidad Pompeu Fabra y uno de los mayores expertos en el holocausto nazi. Apenas 1 de cada 10 de los trasladados sobrevivió. "Aunque muchos de los supervivientes mueren a las horas, días o semanas posteriores". Janina es de las pocas que ocho décadas después todavía puede contarlo. Que llegó de noche y al bajar del vagón le invadió de inmediato el olor. O Teresa. Su primera decisión nada más salir fue que nunca tendría hijos para que ellos no tuvieran que pasar algo parecido. Un trauma, que como los recuerdos, le vuelven hoy, porque en el mundo están sucediendo cosas terribles. Veo el futuro sombrío, dice Janina, porque el odio de antes es ahora mucho mayor. "El problema se da cuando se desvincula esta lección de la historia de lo que pasa en la actualidad, del riesgo del autoritarismo y del riesgo del odio. Si no logramos que la memoria y estas conmemoraciones sirvan para educar, habremos fracasado". Condenados a repetir el pasado.