El líder del pueblo kurdo Abdullah Öcalan, junto con la delegación del Partido por la Igualdad y la Democracia de los Pueblos (Partido DEM) y sus compañeros en la prisión de Imralı, en Turquía, donde se encuentra recluido en aislamiento absoluto desde hace 26 años, hizo un llamamiento a la “paz y a una sociedad democrática”.
La delegación del Partido DEM hoy se reunió con el fundador del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) en İmralı.
En la tercera reunión participaron Ahmet Türk, Pervin Buldan, Sırrı Süreyya Önder, Tülay Hatimoğulları, Tuncer Bakırhan, Cengiz Çiçek y Faik Özgür Erol. En la reunión también participaron los prisioneros políticos Ömer Hayri Konar, Hamili Yıldırım y Veysi Aktaş.
Tras el encuentro, Öcalan, la delegación del Partido DEM y los tres presos políticos hicieron una declaración conjunta. La declaración fue filmada pero no fue entregada a la delegación por las autoridades turcas. Sólo se entregaron fotografías de la lectura de la declaración.
Los miembros de la delegación encabezaron una conferencia de prensa en el Hotel Elit World en Beyoğlu, de Estambul. El histórico llamamiento de Abdullah Öcalan fue leído en turco por Pervin Buldan y en kurdo por Ahmet Türk.
A continuación publicamos la declaración completa:
Llamado a la paz y a una sociedad democrática
El PKK nació en el siglo XX, en la época más violenta de la historia de la humanidad, en medio de las dos guerras mundiales, bajo la sombra de la experiencia del socialismo real y de la guerra fría en todo el mundo. La negación absoluta de la realidad kurda y las restricciones a los derechos y libertades fundamentales, especialmente la libertad de expresión, desempeñaron un papel importante en su surgimiento y desarrollo.
El PKK ha estado bajo las duras realidades del siglo y del sistema del socialismo real en términos de su teoría, programa, estrategia y tácticas adoptadas. En la década de 1990, con el colapso del socialismo real debido a la dinámica interna, la disolución de la negación de la identidad kurda en el país y las mejoras en la libertad de expresión llevaron al debilitamiento del significado fundacional del PKK y dieron lugar a una repetición excesiva.
A lo largo de la historia de más de mil años, las relaciones turcas y kurdas se han definido en términos de cooperación y alianza mutuas, y turcos y kurdos han considerado esencial permanecer en esta alianza voluntaria para mantener su existencia y sobrevivir frente a las potencias hegemónicas.
Los últimos doscientos años de la modernidad capitalista se han caracterizado principalmente por el objetivo de romper esta alianza. Las fuerzas implicadas, en función de sus intereses de clase, han desempeñado un papel clave en la consecución de este objetivo. Con las interpretaciones monistas de la República (turca), este proceso se ha acelerado. Hoy, la tarea principal es reestructurar la relación histórica, que se ha vuelto extremadamente frágil, sin excluir la consideración de las creencias con espíritu de fraternidad.
La necesidad de una sociedad democrática es inevitable. El PKK, el movimiento insurgente y armado más extenso y prolongado de la historia de la República, encontró una base social y un apoyo, y se inspiró principalmente en el hecho de que los canales de la política democrática estaban cerrados.
El resultado inevitable de las desviaciones nacionalistas extremas -como un Estado nación separado, una federación, una autonomía administrativa o soluciones culturalistas- no responde a la sociología histórica de la sociedad.
El respeto a las identidades, la libre expresión, la autoorganización democrática de cada segmento de la sociedad en función de sus propias estructuras socioeconómicas y políticas, sólo son posibles mediante la existencia de una sociedad y un espacio político democráticos.
El segundo siglo de la República sólo puede lograr y asegurar una continuidad permanente y fraternal si se corona con la democracia. No hay otra alternativa que la democracia en la búsqueda y realización de un sistema político. El consenso democrático es el camino fundamental.
El lenguaje de la época de paz y de la sociedad democrática necesita desarrollarse en consonancia con esta realidad.
El llamamiento hecho por el señor Devlet Bahceli (líder del partido MHP), junto con la voluntad expresada por el señor Presidente (Recep Tayyip Erdogan) y las respuestas positivas de los demás partidos políticos ante el llamamiento conocido, han creado un ambiente en el que hago un llamamiento a dejar las armas y asumo la responsabilidad histórica de este llamamiento.
Como cualquier comunidad y partido moderno cuya existencia no ha sido abolida por la fuerza, lo haría voluntariamente, convocaría su congreso y tomaría una decisión: todos los grupos deben deponer las armas y el PKK debe disolverse.
Transmito mi saludo a todos aquellos que creen en la coexistencia y esperan mi llamado.
Abdullah Öcalan
Agencia Mezopotamya