Ir al contenido principal

Cuado «muerto de hambre» es un insulto

 Jorge Majfud

Es interesante cómo los fachopobres insultan haciendo referencia a la necesidad económica de alguien. En parte, el señor policía que me acusa de haberme ido a Estados Unidos porque me estaba muriendo de hambre, tiene alguna razón. Me fui de Uruguay por la mega-crisis neoliberal de 2002 (la de ustedes, que les ofende cuando la llamamos así), la que vació bancos y a la clase trabajadora, de la cual siempre he formado parte. Me vine a Estados Unidos invitado por la Universidad de Georgia, no por ser capitalista sino todo lo contario, por no serlo. Los verdaderos capitalistas (no los pobres que se definen como tal y no lo son) no emigran; no necesitan hacerlo a pesar de que tienen garantizada casi cualquier visa de entrada, menos la de estudiante. Los verdaderos capitalistas envían sus inversiones para succionar el esfuerzo ajeno en otros países.

Cuando en 2003 pasé los exámenes internacionales de ingreso a la universidad (TOEFL, GRE…), me vine con mi esposa sin ninguna ayuda familiar, no porque nuestros padres no quisieran ayudar sino porque no podían ni nosotros lo hubiésemos aceptado, como no aceptamos cuando aquí me querían prestar autos y dinero cuando me veían caminando de noche bajo la lluvia. Como muchos inmigrantes, envié remesas (mensuales por unos años) que les sirvió a otros. Trabajé (como lo hago desde los 10 años) y estudié 16 horas al día los 7 días de la semana. Nunca tuve ningún “sueño americano”, así que nunca me sentí frustrado. En Estados Unidos me rodearon nuevos amigos, colegas y gente que los fachos nunca llamarían “muertos de hambre” pero sí “comunistas”, porque los adjetivos son los únicos recursos intelectuales de la mediocridad. Algunos debían serlo. Creo que la mayoría ni eso. Cierto, nunca fui amigo de millonarios, aunque trabajé en muchas comisiones con gente que sí lo era (algunos amigos de los Clinton y de los Bush) y todos ellos saben qué pienso porque conmigo hasta las agencias secretas y los espías pierden dinero: lo que pienso y digo está publicado de antemano. Cené más de una vez en casas de esos multimillonarios, por compromiso profesional. Nunca los insulté, pero en sus mesas repetí lo que pensaba del capitalismo y del robo a la clase trabajadora. Jamás les pedí un favor especial.

Creo haber aprendido bastante de la experiencia, desde ordeñar vacas a las cinco de la madrugada en invierno y plantar papa bajo el sol del verano, repartir remedios en bicicleta a medianoche, dormir en hoteles 5 estrellas en Asia, en carpa en Europa, en la calle en Medio Oriente, en África en la cabina de un camión, entre el rugido de los leones, en la selva de América Central… Y sí, también pasé hambre. Mi récord fueron cinco días sin comer cuando era estudiante de arquitectura en Montevideo, pero hay casos mucho peores y nunca me quejé por eso. Pero resulta que es uno el “resentido social” por no agacharse a lamerle los zapatos a los poderosos.

Siempre me quedarán muchas cosas por comprender, como que un pobre llame “muerto hambre” a otro pobre o a alguien con problemas económicos como si eso fuese un insulto.

Jorge Majfud, febrero 2025

ARCHIVOS

Mostrar más


OTRA INFORMACIÓN ES POSIBLE

Información internacional, derechos humanos, cultura, minorías, mujer, infancia, ecología, ciencia y comunicación

El Mercurio (elmercuriodigital.es), editado por mercurioPress/El Mercurio de España bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra información es posible