La soja se ha convertido en un producto comercializado en todo el mundo cuyo consumo ha crecido exponencialmente en la última década. Su uso indiscriminado está estrechamente vinculado con el deterioro de los bosques, principalmente en países como Brasil, Argentina o Paraguay, y en España su importación destruye 32ooo hectáreas de bosques al año, según Ecologistas en Acción.
El informe “La soja que destruye bosques”, elaborado por Ecologistas en Acción, analiza la cadena de valor de la soja en España así como su impacto en la deforestación global, y revela que España es el tercer país importador de soja en Europa.
La importación de soja en España está vinculada con la destrucción de alrededor de 32000 hectáreas de bosques cada año, y la Unión Europea es responsable de más del 10 % de la deforestación global. Esto se debe a la importación de materias primas como la soja, que se emplea para la producción de piensos, carne y biocombustibles.
La importación de soja tiene un impacto directo en el cambio climático, amenaza la biodiversidad y, además, tiene efectos en las comunidades locales, a las que fuerza al desplazamiento.
El informe de Ecologistas en Acción elaborado en colaboración con Rainforest Foundation de Noruega explica la cadena de valor de la soja desde su inicio hasta el final analizando el papel de las empresas multinacionales importadoras, las industrias cárnicas, de piensos, bancos, fondos de inversión y los supermercados implicados.
Ecologistas en Acción reclama la aprobación de una ley estatal que garantice la aplicación del Reglamento Europeo contra la Deforestación y la Degradación Forestal (EUDR),que regula a una serie de productos listados que contengan o se hayan elaborado utilizando las materias primas pertinentes, ganado bovino, cacao, café, palma aceitera, caucho, soja o madera y su aplicación afecta a operaciones a nivel aduanero así como a operaciones dentro del mercado interior.
“Es fundamental que las empresas y los gobiernos asuman su responsabilidad en la protección de los bosques y en la garantía de que las materias primas importadas no contribuyan a su destrucción”, explica Nacho Escartín Lasierra, portavoz de Ecologistas en Acción.
Ecologistas en Acción - EFE
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