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Las autoridades de Irán condenan a muerte a la sindicalista y defensora de los derechos de las mujeres Sharifeh Mohammadi 

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La activista sindical y defensora de los derechos de las mujeres Sharifeh Mohammadi ha recibido una segunda sentencia de muerte de la Sección Dos del Tribunal Revolucionario de Rasht, meses después de que el Tribunal Supremo de Irán revocara, en octubre de 2024, su sentencia de muerte inicial.

Mohammadi enfrenta cargos de “baghi” (rebelión armada), relacionados con su membresía en el Comité de Coordinación para la Formación de Organizaciones Laborales.

Los documentos judiciales citan los supuestos vínculos de la organización con el Partido Komala como fundamento para la pena de muerte en virtud de los artículos 211 y 287 del Código Penal Islámico de Irán.

Mohammadi ha estado detenida desde el 5 de diciembre de 2023, cuando agentes de inteligencia la arrestaron en su casa en Rasht. En este tiempo, la activista estuvo encarcelada en la prisión central de Sanandaj, la prisión de Lakan, en Rasht, y en centros de detención de inteligencia.

Informes de organizaciones de derechos humanos denunciaron que la presa política fue presionada para hacer confesiones forzadas.

La organización Iran Human Rights (IHR) condenó la sentencia a muerte de Mohammadi y la consideró parte de la campaña de intimidación de la República Islámica tras las protestas nacionales conocidas bajo el lema “Mujer, Vida, Libertad”. IHR denunció “el marcado aumento de las ejecuciones, en particular de mujeres” en Irán, por lo que llamó “a la comunidad internacional –en especial a los sindicatos mundiales– a que adopten medidas decisivas para detener las ejecuciones y exijan la revocación inmediata de la sentencia de Sharifeh Mohammadi”.  

El director de IHR, Mahmood Amiry-Moghaddam, afirmó que “condenar a alguien a muerte por pertenecer a una organización sindical revela el profundo temor del gobierno a la organización colectiva. La condena ilegal de Sharifeh Mohammadi, dictada a petición de los órganos represivos para reprimir a la sociedad civil, debe recibir la más enérgica condena internacional. Sólo aumentando el coste político podremos evitar tales atrocidades”.

Los familiares de la presa política declararon que “Sharifeh nunca emprendió acciones armadas y fue condenada a muerte únicamente por su activismo pacífico en organizaciones de derechos de los trabajadores. Fue sometida a tortura física y psicológica durante toda su detención”.

Mohammadi se suma a la lista de ejecuciones que también integran las presas políticas kurdas Verisheh Moradi y Pashkan Azizi.

Bajo el lema “No a la ejecución, sí a la vida libre”, desde Argentina se lanzó una campaña para recolectar firmas para que el Estado iraní suspenda las penas de muerte que pesan sobre Moradi y Azizi, y ahora también sobre Mohammadi.

Hasta ahora, sumaron sus firmas Adolfo Pérez Esquivel (Premio Nobel de la Paz), Elia Espen y Taty Almeida (de Madres de Plaza de Mayo -Línea Fundadora-), el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, la Central de Trabajadores Argentinos (Autónoma) y la Gremial de Abogados y Abogadas, entre muchos otros.

Iran Wire / IHR / Kurdistán América Latina





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