En Chile hay dos tipos de izquierda: la que tiene vocaci贸n de poder y la que carece de ella. Esta dicotom铆a ha quedado de manifiesto especialmente en las 煤ltimas d茅cadas. Salvador Allende, seguramente el principal l铆der que tuvo el progresismo criollo, fue una mixtura de ambas expresiones. No hay duda que 茅l a muy temprana edad (como se lo prometiera a su madre) tuvo la f茅rrea voluntad de llegar a ser Presidente de la Rep煤blica, pero todo dice que fue de esos izquierdistas que jam谩s acomod贸 sus posiciones ni, menos, las abandon贸 al llegar a La Moneda.
Muchas cosas se pueden decir de Allende y no pocas han servido para motejarlo. Sin embargo, desde que era dirigente universitario hasta su propia muerte dio testimonio de su lealtad hacia las ideas y se propuso emprender cambios en el 谩nimo de realizar verdaderamente una revoluci贸n. Vocablo, este, que entonces no provocaba esc谩ndalo ni estupor, aunque si causara miedo en la derecha y en los ecl茅cticos de siempre que se unieron y movilizaron para derrocarlo.
Existe una suerte de izquierdismo para los cuales lo m谩s importante es llegar al poder. No importa a qu茅 precio; incluso si es de la mano de los que los combatieron, encarcelaron o exiliaron. Desertando de las convicciones que proclamaron en las calles, al interior de sus partidos, sindicatos o en el seno de las organizaciones populares.
Siempre apelando al “realismo”, incluso para cogobernar con la derecha, abuenarse con la clase empresarial y, en materia internacional, abjurar de aquellos reg铆menes proscritos por los Estados Unidos, pa铆s al que ya no califican de imperialista. Personajes verdaderamente ansiosos por lograr una cu帽a televisiva, un espacio en la prensa, olvid谩ndose de haber colgado, otrora, en el frontis de la Pontificia Universidad Cat贸lica un enorme lienzo que rezaba ¡Chileno, El Mercurio Miente!
En su af谩n de poder desfilaron los Mapu, las izquierdas cristianas y otras denominaciones, integradas por quienes conminaron a Allende a realizar acciones m谩s radicales de las que pudo emprender. Emborrachados en sus pugnas personales, hasta dividieron en catorce fracciones al Partido del extinto Presidente. Para despu茅s proclamar al socialismo “renovado”, al instrumental PPD, o integr谩ndose a la Concertaci贸n Democr谩tica con sus viejos adversarios.
En lo principal, ahora su intenci贸n ser铆a la de desdibujar sus propuestas m谩s radicales y, por supuesto, convencer a la derecha, a los empresarios y al Departamento de Estado Norteamericano de que ellos se encontraban “reciclados” y perfectamente pod铆an asumir como ministros de Patricio Aylwin y Eduardo Frei Ruiz Tagle. Hasta que fueron capaces, incluso, de ungir a Ricardo Lagos y a Michelle Bachelet como cartas progresistas, aunque para muchos estos dos gobiernos resultaran ser las mejores administraciones de la derecha, como lo destacara el ex senador socialista Carlos Altamirano.
En el poder, ya no dudaron m谩s de que el r茅gimen neoliberal, la creaci贸n de las AFP, de las isapres, la universidad pagada y otros desprop贸sitos podr铆an arribarnos a una sociedad m谩s igualitaria, m谩s justa y con una pol铆tica de probidad. Porque entre las nuevas generaciones que llevaron a Boric al poder exist铆a, como aseguraron, una “superioridad moral”, una ausencia de voracidad respecto de los recursos fiscales. Aunque a los pocos meses se destapara el mayor esc谩ndalo de corrupci贸n de los gobiernos de la posdictadura, como lo es el caso “convenios” que investigan actualmente los Tribunales. Aunque ciertamente se hace a paso cansino, a objeto de que sus inevitables resoluciones no afecten los escrutinios electorales y su continuidad como gobernantes.
Mientras tanto, la otra izquierda, la que evita el poder, continua en su incesante af谩n de dividirse, poblarse de referentes y adoptar hasta las causas m谩s repugnantes, como aquella de defender la dinast铆a sandinista y poblar a Chile de toda suerte de manifiestos en pro de causas mundiales y tan distantes que muy dif铆cilmente pueden animar la solidaridad nacional. Cuando nuestra poblaci贸n, hoy, muy poco sabe de geograf铆a, movimientos de liberaci贸n y de toda esa parafernalia inventada por quienes quieren seguir viajando por el mundo y ser financiados por las hip贸critas entidades mundiales del progresismo. Concurriendo con su pu帽o cerrado a cuanto evento internacional exista y en Chile hacer poco o nada para que el pueblo, su adorado pueblo, tome conciencia de c贸mo a diario lo enga帽an y desencantan. En vez de alentarlo a rebelarse contra la flagrante injusticia e inequidad en todo nuestra largo y angosto territorio.
Por lo mismo es que ya se teme que otra vez toda esta profusa cantidad de izquierdistas sin vocaci贸n de poder no tenga tiempo y unidad para competir en los pr贸ximos comicios presidenciales y parlamentarios. Ni siquiera despu茅s del papel贸n del Frente Amplio y del propio Boric en La Moneda. Despu茅s de que tan airadamente le advirtieran que al Presidente Pi帽era que lo pondr铆an ante los Tribunales por los cr铆menes cometidos durante el 煤ltimo Estallido Social.
Renunciando a una aut茅ntica reforma de las pensiones, tiritando de miedo ante la posibilidad de que Trump les suprima la Visa waiber para ingresar expeditamente a Miami, como a otras grandes ciudades. All铆 donde vacacionan no pocos de nuestros altos funcionarios p煤blicos.
Dispuestos, con desesperaci贸n, a hacer lo imposible para que la se帽ora Bachelet se postule para un tercer per铆odo presidencial y no deje en evidencia el caos y la falta de alternativas y liderazgos de las izquierdas gobernantes. Dejando, una vez m谩s, en rid铆culo a nuestra pobre democracia, cuya tan bullada alternancia en el poder sigue reservada solamente para la casta pol铆tica.
Juan Pablo C谩rdenas Squella es un periodista y profesor universitario de vasta trayectoria. En el 2005 recibi贸 en premio nacional de Periodismo y, antes, la Pluma de Oro de la Libertad, otorgada por la Federaci贸n Mundial de la Prensa. Tambi茅n obtuvo el Premio Latinoamericano de Periodismo, la Houten Camara de Holanda (1989) entre otras m煤ltiples distinciones nacionales y extranjeras. Forma parte de los sesenta periodistas del mundo considerados H茅roes de la Libertad de Expresi贸n, reconocimiento hecho por la Federaci贸n Internacional de Periodistas.
Ha sido director y columnista de las revistas Debate Universitario, An谩lisis y Los Tiempos, as铆 como del diario electr贸nico primeral铆nea.cl. Tambi茅n fue por m谩s 18 a帽os director de la Radio Universidad de Chile y de su diario digital. Se ha desempe帽ado como profesor de varias escuelas de periodismo de Santiago y Valpara铆so y en la Universidad de Chile alcanz贸 el grado de profesor titular y senador universitario.
En tiempos de la dictadura, fue procesado y encarcelado por las fiscal铆as militares y los jueces abyectos en m煤ltiples oportunidades. As铆 como condenado a un a帽o y medio de reclusi贸n nocturna, adem谩s de otras m煤ltiples formas de acoso tanto a 茅l como a su familia, como el incendio intencional de su casa. Pertenece a la n贸mina oficial de personas v铆ctimas de la tortura y la c谩rcel pol铆tica. Su autobiograf铆a “Un Peligro para la Sociedad” mereci贸 el primer premio del concurso Escrituras de la Memoria del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, y en el 2012 galardonado con el premio Alejandro Silva de la Fuente, otorgado por la Academia Chilena de la Lengua.
Es autor y coautor de m谩s de una docena de libros de periodismo y cr贸nicas.
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