Khadija Amin se vio forzada a huir de Afganist谩n, donde trabajaba como periodista. Hoy, refugiada en Espa帽a, lucha para que el mundo no se olvide de las mujeres afganas.
Lurdes Calvo. ACNUR

Khadija Amin se vio forzada a huir de Afganist谩n en 2021, donde presentaba el informativo matinal de la televisi贸n nacional. Hoy, refugiada en Espa帽a, contin煤a ejerciendo como periodista.© ACNUR/脡bano Stories
Cuando el 15 de agosto de 2021 dio los buenos d铆as a los espectadores del informativo, todav铆a no sospechaba que aquella ser铆a la 煤ltima vez. Khadija Amin, 31 a帽os, periodista, presentaba la edici贸n matinal de las noticias en la televisi贸n nacional en Kabul. Un hito profesional que alcanz贸 tras superar una carrera de obst谩culos.
Pionera, valiente y decidida, hab铆a sobrevivido a un matrimonio forzado, a la violencia de g茅nero, a los prejuicios sociales y a los riesgos de ser reportera en un pa铆s golpeado por el terrorismo y la inseguridad. Pero lo que estaba por venir pondr铆a a prueba la resistencia de esta mujer excepcional, que se enfrenta a las dificultades con una sonrisa y que nunca contempla rendirse.
Desde peque帽a, Khadija fue consciente de las diferencias que se impon铆an a ni帽as y ni帽os en Afganist谩n. Nacida en Kabul en 1993, durante parte de su infancia no pudo ir a la escuela, como s铆 lo hac铆a su hermano, y fue a trav茅s de clases clandestinas, desde el hogar, como tuvo acceso a la educaci贸n. La primera semilla de un deseo de libertad y aprendizaje que no la abandonar铆an nunca.
Con 19 a帽os, escogieron para ella un marido al que no hab铆a visto antes. Un matrimonio que estuvo marcado por la violencia y el control, obligada a vestir burka y privada de libertad en las decisiones m谩s b谩sicas. Seis a帽os despu茅s de su boda, Khadija no aguant贸 m谩s y pese al estigma social al que se expon铆a, decidi贸 divorciarse.

Khadija Amin presentaba el informativo matinal en la televisi贸n nacional de Afganist谩n.© Imagen cedida por Khadija Amin
Ten铆a apenas 24 a帽os y empezaba de cero, pero quer铆a perseguir sus sue帽os, y a la vez, contribuir a que otras mujeres y ni帽as pudieran hacerlo. Por eso decidi贸 matricularse en Periodismo, una carrera con la que so帽aba desde peque帽a. Todas las ma帽anas iba a la universidad, y por las tardes ejerc铆a una profesi贸n llena de riesgos, cubriendo atentados como reportera, informando sobre los derechos de la mujer en programas de debate y, finalmente, como la cara visible de un informativo nacional.
"Varias veces me pas贸 que, yendo a cubrir una noticia, explotaba una bomba. Es una vida llena de horror, en la que siempre te puede pasar algo, pero ten铆amos la esperanza de que todo iba a cambiar. Ten铆amos que seguir luchando por nuestras pr贸ximas generaciones".
Sin embargo, esa carrera mete贸rica se trunc贸 un 15 de agosto, cuando los talibanes tomaron el poder en Afganist谩n. En cuesti贸n de horas no ten铆a trabajo y su vida corr铆a peligro. "En aquel momento pens茅: mi vida se ha acabado. Llegar a la televisi贸n nacional como presentadora no era f谩cil, mi familia no estaba de acuerdo y tuve que luchar mucho para llegar a ese plat贸. En cuesti贸n de horas, todo hab铆a terminado."

Khadija compagina su trabajo en una productora audiovisual y un peri贸dico con intervenciones en otros medios y participaci贸n en eventos por toda Espa帽a.© ACNUR/脡bano Stories
Durante una semana, Khadija, que habla cinco idiomas, fue entrevistada por medios de todo el mundo, a los que informaba sobre las ca贸ticas jornadas que viv铆a el pa铆s, y que atemorizaban sobre todo a las mujeres. Su voz reson贸 para millones de oyentes a miles de kil贸metros de donde ella permanec铆a escondida.
Un d铆a, recibi贸 la llamada de una periodista espa帽ola, que le ofreci贸 ayuda para poder huir del pa铆s en uno de los vuelos organizados por el gobierno de Espa帽a. "No me dio tiempo a preparar mi maleta, a despedirme de mis seres queridos o a abrazar a mis hijos, solo record茅 coger la bandera de mi pa铆s y salir rumbo al aeropuerto".
Khadija, que nunca pens贸 que se ver铆a forzada a huir de su pa铆s, se convert铆a as铆 en uno de los 6,1 millones de refugiados afganos, aproximadamente la mitad de ellos mujeres y ni帽as, la tercera nacionalidad del mundo en desplazamiento forzado.
A pesar del apoyo con el que cont贸 al acceder al sistema de acogida, el aterrizaje de Khadija en Espa帽a fue de todo menos f谩cil, sin familia, sin amigos, en un pa铆s desconocido y con un idioma que no entend铆a. "Es duro dejar tu pa铆s, tu vida, todo atr谩s. No sabes ad贸nde vas, c贸mo va a ser tu destino, si vas a seguir con tu profesi贸n… No sabes nada."
Pero fue precisamente en su profesi贸n y en asociaciones de mujeres, como NetWomening, donde encontr贸 una red de seguridad y un apoyo fundamental para salir adelante.

Khadija Amin participa en una mesa redonda sobre mujeres afganas en Espa帽a, organizada por Clifford Change y Netwomening.© ACNUR/脡bano Stories
Casi cuatro a帽os despu茅s de su llegada a Espa帽a, Khadija lleva un ritmo fren茅tico de activismo y trabajo, para los que emplea el espa帽ol, un idioma que aprendi贸 a dominar en tiempo r茅cord. Escribe art铆culos para el peri贸dico 20 Minutos sobre las mujeres en Afganist谩n, trabaja para una productora audiovisual desarrollando documentales, es vocal de Reporteros Sin Fronteras, imparte charlas por toda la geograf铆a espa帽ola para concienciar sobre la situaci贸n de las mujeres afganas y est谩 creando una asociaci贸n con la que ayudar a las que permanecen en su pa铆s, Hope of Freedom (Esperanza de Libertad), con el apoyo de ACNUR.
"Es nuestra responsabilidad, de las refugiadas, dar visibilidad a las mujeres en Afganist谩n".
Khadija Amin, periodista y refugiada afgana
El sacrificio de un d铆a a d铆a vertiginoso porque, como sab铆a cuando decidi贸 ser periodista, su voz proyecta la de muchas otras. "Lo que quiero es que llegue nuestro mensaje. Es nuestra responsabilidad, de las refugiadas, dar visibilidad a las mujeres en Afganist谩n. No es mi voz, es la voz de las mujeres afganas".
Khadija re煤ne en su experiencia el exilio de las periodistas perseguidas por ejercer su profesi贸n, de las mujeres refugiadas que sufren violencia y privaci贸n de derechos por ser mujeres, de las afganas a las que se niega la libertad de decidir sobre sus propias vidas. Pero Khadija re煤ne tambi茅n la pasi贸n por contar el mundo e informar, el liderazgo y la resiliencia, y tambi茅n la esperanza de un futuro mejor. Y el tes贸n y la convicci贸n de que no puede rendirse.
"Lo que sufr铆 yo no quiero que lo sufran otras mujeres. Tenemos que luchar no solo por nuestros derechos, sino para que todas las mujeres puedan tener libertad".