Con el polvo a煤n elev谩ndose por las carreteras de Alepo y los ecos de la resistencia resonando en las calles de Kobane y ahora en Qamishlo, la periodista y experta en Kurdist谩n Fr茅derike Geerdink informa directamente desde el terreno. Su viaje por el norte de Siria trae historias que rara vez llegan a los titulares internacionales, pero revelan una regi贸n en f茅rrea defensa de su autonom铆a ganada con mucho esfuerzo. Desde entrevistas con residentes locales y activistas hasta observaciones realizadas en lugares estrat茅gicos como la presa de Tishreen, los despachos de Geerdink ofrecen una perspectiva excepcional de las luchas cotidianas y las maniobras pol铆ticas que configuran el norte y el este de Siria, conocida como Rojava. En un contexto de continua agresi贸n turca, alianzas cambiantes con Damasco y una persistente movilizaci贸n popular, este reportaje especial captura a una comunidad que, a pesar del trauma y la incertidumbre, contin煤a luchando por la dignidad, la seguridad y un futuro en sus propios t茅rminos.
En Rojava, los kurdos luchan por proteger sus logros
En el centro de Kobane, ciudad kurda del norte de Siria, un hombre en silla de ruedas est谩 sentado junto a una mesa donde se recogen firmas. Numerosos transe煤ntes firman la petici贸n que exige al gobierno aut贸nomo que haga todo lo posible para proteger a la comunidad alauita en Siria de las bandas sedientas de sangre. Por esta violencia, cientos de alauitas ya han muerto. El gobierno aut贸nomo (AADNES), seg煤n los recolectores de firmas, debe seguir presionando al gobierno interino de Damasco para que proteja a todas las comunidades sirias.
El hombre, que prefiere permanecer en el anonimato porque viaja regularmente a Damasco para recibir tratamiento m茅dico, recuerda c贸mo hace dos a帽os perdi贸 ambas piernas, un brazo y casi toda la audici贸n en un ataque con drones turcos contra el cementerio local de m谩rtires. A pesar de sus discapacidades, sigue siendo un activista. Recientemente, form贸 parte de un grupo de civiles que intentan detener la violencia turca en la presa de Tishreen con su mera presencia en el lugar.
All铆 se encontr贸 de nuevo con drones turcos sobrevolando su cabeza. ¿No entr贸 en p谩nico? “No. Simplemente me quit茅 el aud铆fono, as铆 que no pod铆a o铆rlos. Entonces la escena se convierte en una especie de pel铆cula”, dice.
La presa de Tishreen, que cruza el r铆o 脡ufrates, hab铆a sido escenario de enfrentamientos entre las Fuerzas Democr谩ticas Sirias (FDS), lideradas por los kurdos, y el Ej茅rcito Nacional Sirio (ENS), respaldado por Turqu铆a, desde la ca铆da de Bashar al Asad. Con apoyo a茅reo turco, el ENS intent贸 capturar la presa. Las FDS se defendieron con el apoyo de civiles que actuaban como escudos humanos. Turqu铆a mat贸 a dos docenas de estos escudos humanos.
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan esperaba que el presidente interino sirio Mohammed al Sharaa apoyara sin duda el objetivo de Turqu铆a de acabar con la autonom铆a de los kurdos. Y si Donald Trump decidiera entonces retirar las tropas estadounidenses del pa铆s, Turqu铆a podr铆a avanzar hacia Kobane y m谩s al este tras tomar la presa. Entonces, el experimento kurdo llegar铆a a su fin.
Sanciones
Pero Al Sharaa elige su propio camino. Equilibra su pol铆tica exterior. No depende 煤nicamente de Turqu铆a. Busca la estabilidad interna para liberarse de las sanciones internacionales. El comandante general de las FDS, Mazloum Abdi, lo aprovecha con inteligencia. Ambos ya han cerrado acuerdos para integrar las FDS en el ej茅rcito sirio (que deber铆a concluirse a finales de a帽o, pero existen muchos obst谩culos antes de que esto suceda) y para asegurar conjuntamente dos barrios kurdos en Alepo.
Una visita a uno de esos barrios, Sheikh Maqsood, y una entrevista con las fuerzas de seguridad interna locales, muestran claramente la importancia del acuerdo.
Uno de los residentes coment贸, mientras sub铆a por una calle bastante empinada: “Aqu铆 tambi茅n las monta帽as son amigas de los kurdos”. Lo que quer铆a decir no era solo que, en la antigua y bulliciosa ciudad de Alepo, los kurdos viven en las zonas monta帽osas.
Al final de la calle, se desplegaba una amplia vista de la ciudad, con la imponente ciudadela visible a lo lejos. Sheikh Maqsood y Ashrafiyeh, el otro barrio kurdo, se encuentran estrat茅gicamente ubicados. Quien tenga el control aqu铆, tiene un lugar en la mesa.
Puntos de control
Las FDS abandonaron los barrios como parte del acuerdo, pero las fuerzas de seguridad interna (Asayish) asumieron su responsabilidad. Los puestos de control conjuntos de la Asayish y las fuerzas afines a Damasco se encuentran fuera de los barrios. Las mujeres de la Asayish responsables de los puestos de control declararon en una entrevista: “Actualmente, no hay mujeres trabajando en los puestos de control conjuntos, aunque para nosotras es importante. Pero con el tiempo esto cambiar谩. Las educaremos indirectamente y luego lo aceptar谩n”. A帽adi贸 que la situaci贸n tambi茅n se desarroll贸 de la misma manera en Shehba, cerca de Afrin, cuando exist铆an puestos de control compartidos con el r茅gimen de Asad: al principio no hab铆a mujeres, pero con el tiempo eso cambi贸.
Y ahora est谩 la presa de Tishreen: quedar谩 bajo el control conjunto de la Administraci贸n Aut贸noma y Damasco. La violencia turca ha cesado.
El viernes, el comandante Abdi realiz贸 un recorrido por la presa. Con protecci贸n estadounidense, porque sin ella podr铆a haber sido alcanzado por un dron turco. En la conferencia de prensa posterior, declar贸: “En la Siria actual, resolvemos nuestras diferencias mediante el di谩logo”.
Es de esperar que los alauitas tambi茅n se beneficien de ello.
Fr茅derike Geerdink / Medya News / Traducci贸n y edici贸n: Kurdist谩n Am茅rica Latina