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Francisco, el Papa de los desposeidos y revolucionario por progresista

Por Teodoro Renter铆a Arr贸yave

 

SEGUNDA PARTE

 

Continuamos, m谩s que con la biograf铆a con el an谩lisis de la vida y obra de Jorge Mario Bergolio, el Papa Francisco, de la autor铆a del colega franc茅s Jean-Beno卯t Poulle, con apostillas de este reportero, por eso mismo agregamos que, el Papa que ya mora en el 茅ter eterno, adem谩s de ser el pont铆fice de los despose铆dos, fue de los migrantes, por ello se convirti贸 en el pont铆fice m谩s preclaro, revolucionario y progresista de la grey cat贸lica.


El papa Francisco (d) saluda a una pareja de reci茅n casados ​​durante la audiencia general semanal en el Aula Pablo VI del Vaticano el 17 de enero de 2024. © AF
El papa Francisco (d) saluda a una pareja de reci茅n casados ​​durante la audiencia general semanal en el Aula Pablo VI del Vaticano el 17 de enero de 2024.  AFP


 

A contraparte de los traidores que desconocen sus or铆genes por vulgares intereses econ贸micos-pol铆ticos, el Papa Francisco, hasta el 煤ltimo aliento de su preclara vida, manifest贸 su defensa, aliento y reconocimiento a los migrantes que deambulan en todo el mundo por defender sus existencias de ellos y de los suyos para lograr estadios de vida al menos congruentes con la calidad de seres humanos y de acuerdo con las ense帽anzas de la Iglesia Cat贸lica de “Hijos de Dios”, y por sus propios or铆genes, haber sido hijo de migrantes.   Continuemos:

 

En 1957, Jorge Mario Bergolio, a los 21 a帽os, ingres贸 en el seminario diocesano de Villa Devoto, en los suburbios residenciales de Buenos Aires. Cabe se帽alar que, para la 茅poca, se trataba casi de una vocaci贸n tard铆a: a diferencia del futuro Benedicto XVI, Bergoglio no pas贸 por un seminario menor, esas canteras de sacerdotes con vocaci贸n precoz que serv铆an como ense帽anza secundaria.

 

Su t铆tulo de educaci贸n superior, antes de ingresar al seminario, constituye otra rareza en esos a帽os cincuenta: su perfil innovador, en el fondo, corresponde mucho m谩s con lo que se espera hoy en d铆a de los candidatos al sacerdocio, incluso en cuanto a la madurez de vida. Sin embargo, el seminario diocesano es solo una breve etapa de discernimiento, que le permite confirmar que tiene vocaci贸n no solo sacerdotal, sino tambi茅n religiosa. Ese es el dilema actual de la Iglesia Cat贸lica Apost贸lica y Romana, su sucesor ser谩 un progresista o un conservador que continu茅 con la vor谩gine de menos sacerdotes y menos creyentes.     

 

Posteriormente, el papa Francisco declara a menudo que su primera vocaci贸n fue ser misionero en un pa铆s lejano, y especialmente en Jap贸n, hacia el que se sent铆a misteriosamente atra铆do. El 11 de marzo de 1958, ingres贸 como novicio en la Compa帽铆a de Jes煤s, la orden de los jesuitas.

 

Esta congregaci贸n, que en derecho can贸nico es una compa帽铆a de cl茅rigos seculares (y, por lo tanto, permite una presencia en el mundo m谩s activa que una orden mon谩stica o de religiosos mendicantes), era entonces percibida por muchos como la 茅lite del clero cat贸lico. Hoy en d铆a es dif铆cil hacerse una idea del poder y la influencia que adquirieron los jesuitas en la Iglesia antes del Concilio Vaticano II: en 1959, con m谩s de 34 mil miembros en los cinco continentes, constitu铆an, por mucho, la congregaci贸n religiosa m谩s numerosa del mundo. 

 

La amplia red de sus colegios y universidades impart铆a, en todos los pa铆ses cat贸licos y m谩s all谩, una formaci贸n intelectual muy exigente, y difund铆a una espiritualidad asc茅tica en las 茅lites laicas de las clases superiores. Su percepci贸n como la 茅lite de choque de la Iglesia cat贸lica tambi茅n se deb铆a a que, a los tres votos religiosos tradicionales (pobreza, castidad, obediencia al superior), los jesuitas a帽ad铆an un cuarto, de obediencia especial al papa. 

 

Su superior general, al que simplemente se le llamaba el general (lo que reforzaba a煤n m谩s su asimilaci贸n a un ej茅rcito), ¿no era llamado el papa negro, debido al inmenso cr茅dito que se supon铆a que ten铆a ante el verdadero papa, el hombre de blanco? Sin duda, precisamente debido a este cr茅dito, ver a un jesuita elegido para el trono de Pedro era entonces poco concebible: el gran poder de la Compa帽铆a tambi茅n fue muy criticado, no solo en los c铆rculos laicos y anticlericales que a veces se complac铆an en exagerarlo, sino tambi茅n en el seno mismo del catolicismo, en el clero diocesano o entre las otras 贸rdenes, sus rivales.

 

Su reputaci贸n de congregaci贸n de 茅lite se deb铆a en 煤ltima instancia a la duraci贸n de los estudios que se realizaban en su seno: en lugar del noviciado relativamente r谩pido que se realizaba en otras 贸rdenes, el per铆odo de prueba de m谩s de quince a帽os en los jesuitas era tan extenso que tend铆a a convertirse en una especie de formaci贸n continua, lo que permit铆a producir verdaderos eruditos.

 

Las amplias competencias de estos 煤ltimos eran reconocidas incluso en el mundo secular, en teolog铆a y ex茅gesis, pero tambi茅n en filosof铆a, historia, filolog铆a, etc., sin que ello anulara su vocaci贸n pastoral. Jorge Bergoglio se destin贸 a una formaci贸n tan exigente, y con pleno conocimiento de causa, cuando fue admitido como novicio.

 

Sus primeros a帽os en la Compa帽铆a, marcados por la experiencia del desarraigo, muy importante en el pensamiento jesuita, transcurren en el extranjero: es enviado a Chile, mucho m谩s cerca que el Jap贸n so帽ado. En 1963 regresa a Buenos Aires para cursar filosof铆a, luego vienen los a帽os de regencia, es decir, una experiencia docente, que lo llevan a ser profesor de literatura en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe y en el Colegio del Salvador de Buenos Aires (1964-1966), seguidos de sus tres a帽os de estudio de teolog铆a (1967-1970) en el teologado San Miguel, anexo de la Universidad del Salvador, la gran universidad jesuita del pa铆s.

 

Una etapa central de su trayectoria fue su ordenaci贸n como sacerdote el 13 de diciembre de 1969: la fecha es importante, porque el final de ese a帽o 1969 marca precisamente la entrada en vigor de la reforma lit煤rgica promulgada por Pablo VI, tras el Concilio Vaticano II, reforma marcada por el paso a la lengua vern谩cula y una gran simplificaci贸n de los ritos. Jorge Mario Bergoglio, de nuevo a diferencia de sus predecesores, nunca celebr贸 la misa en lat铆n seg煤n la forma tradicional (llamada misal de 1962): por un sorprendente efecto generacional, es plenamente un sacerdote de la reforma lit煤rgica.

 

Su formaci贸n jesuita se completa en 1971-1972 con la etapa conocida como del Tercer A帽o: una nueva estancia de retiro en el extranjero, en la Universidad de Alcal谩 de Henares en Espa帽a, al t茅rmino de la cual pronuncia su cuarto voto de obediencia particular al papa y a la Iglesia. De vuelta a Argentina, se convierte en maestro de novicios del colegio jesuita de San Miguel, tambi茅n en las afueras de la capital. Su profesi贸n solemne en la orden, coronaci贸n de su formaci贸n, tiene lugar el 22 de abril de 1973. Tres meses despu茅s, a la edad de 36 a帽os, es nombrado provincial, es decir, superior de todos los jesuitas de Argentina.

 

Durante esos a帽os de estudio, trabaj贸 en varios peque帽os oficios para mantenerse, entre ellos, el de cadenero en un s贸rdido club nocturno de C贸rdoba, sin duda inusual para un futuro papa. CONTINUAR脕.

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