Por Teodoro Renter铆a Arr贸yave
SEXTA PARTE
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El papa Francisc durante un encuentro anual de organizaciones profamilia en el Auditorio de la Conciliaci贸n, en Roma, el 10 de mayo de 2024. (AP Foto/Alessandra Tarantino) |
Ya dejamos asentado que Francisco, adopta la “Teolog铆a del Pueblo, m谩s moderada que la Teolog铆a de la Liberaci贸n, por ello logra sostenerse en el cargo de provincial durante 7 a帽os (1973-1980), y mantener la unidad de la provincia de Argentina, cuando le sorprende y enfrenta la criminal dictadura. As铆 contin煤a la biograf铆a del colega franc茅s, Jean-Beno卯t Poulle:
Con la dictadura militar del general Videla (1976-1981) y sus ep铆gonos (1981-1983), una sangrienta represi贸n de una magnitud completamente diferente se abate sobre Argentina. La Iglesia misma se encuentra dividida entre la franca aprobaci贸n del «proceso nacional», expresada por algunos de sus jerarcas en nombre del anticomunismo, y el compromiso de los sacerdotes y las comunidades de base en la resistencia abierta. Como provincial, Bergoglio mantiene una actitud prudente que busca proteger a sus religiosos, al tiempo que brinda apoyo material discreto a los opositores al r茅gimen.
El influjo del peronismo lo mantiene ideol贸gicamente al margen de la dictadura de extrema derecha, pero tambi茅n de una buena parte de sus opositores m谩s decididos. Es cierto que ha encubierto o escondido a sacerdotes en resistencia y que en ocasiones ha corrido riesgos personales para liberar a algunos detenidos, cl茅rigos o laicos (como la abogada Alicia Oliveira).
En 2005, la controversia sobre su papel exacto se reaviv贸 con un libro del periodista Horacio Verbitsky, que se帽ala su pasividad durante la detenci贸n y tortura de dos jesuitas opositores, Orlando Yorio (1932-2000) y Franz Jalics (1927-2021), acusaci贸n de la que este 煤ltimo lo exculpar谩. En 2012, la Conferencia Episcopal de Argentina, que presid铆a entonces, present贸 sus disculpas por su actitud dilatoria durante la dictadura. Su comportamiento personal no puede disociarse de la actitud de la Iglesia y de la sociedad argentina en su conjunto, que sufrieron la dictadura en lugar de levantarse contra ella. En cualquier caso, la acusaci贸n de complicidad con Videla que a veces se lanza parece excesiva.
Bergoglio se convierte en el hombre adecuado para evitar la ruptura de la provincia jesuita de Argentina, ya que encarna un camino intermedio: se sabe que est谩 cerca de la «teolog铆a del pueblo», la variante m谩s moderada de la teolog铆a de la liberaci贸n, pero se niega a mezclar su voz con la de los contestatarios.
La traves铆a del desierto del padre Bergoglio
Despu茅s de su provincialato, el P. Bergoglio fue nombrado profesor de teolog铆a y rector de la facultad de filosof铆a de San Miguel en 1980, al tiempo que asum铆a el cargo de p谩rroco en la misma ciudad.
Se trata de una salida totalmente normal para una orden dedicada a la ense帽anza, y Bergoglio no teme denunciar los problemas sociales en sus homil铆as. Sus relaciones con la direcci贸n de la Compa帽铆a se vuelven m谩s dif铆ciles en ese momento, sobre todo porque sufre una nueva crisis en agosto de 1981, cuando el P. Arrupe sufre una trombosis cerebral que lo deja paralizado. El papa Juan Pablo II aprovech贸 la oportunidad para retomar el control de una orden que, en su opini贸n, se estaba alejando de sus orientaciones restauradoras, y nombr贸 por la fuerza a un delegado pontificio personal para dirigir la Compa帽铆a, el muy tradicional P. Paolo Dezza.
Esta intromisi贸n fue muy mal recibida por los jesuitas, cuyas constituciones especifican que solo la congregaci贸n general tiene autoridad para elegir a su superior. En 1983, una asamblea de este tipo pudo celebrarse finalmente con el permiso del papa, y eligi贸 al holand茅s Hans-Peter Kolvenbach (1928-2016) para salir de la crisis, un hombre de consenso cuya l铆nea «centrista» es b谩sicamente la misma que la de Bergoglio en Argentina: se dedic贸 a restaurar la confianza.
Sin embargo, Bergoglio mantiene relaciones dif铆ciles con varios jesuitas argentinos, que le reprochan una cierta intransigencia en su gesti贸n de la facultad, especialmente con su nuevo provincial elegido en 1986. Decide tomar distancia y se va a Alemania ese mismo a帽o para realizar una tesis doctoral en teolog铆a en la Universidad de Fr谩ncfort sobre el te贸logo y liturgista Romano Guardini (1885-1968), uno de los grandes inspiradores del Concilio Vaticano II y de Benedicto XVI. Durante su formaci贸n, hab铆a aprendido alem谩n y algunos rudimentos de ingl茅s y franc茅s. Por razones que siguen siendo en parte misteriosas, nunca complet贸 este trabajo.
En general, seg煤n varios testimonios coincidentes, esta mitad de la d茅cada de 1980 parece corresponder a un per铆odo de traves铆a por el desierto en la carrera y la vida de Jorge Mario Bergoglio.
Por cierto, el 煤ltimo veh铆culo automotor que us贸 el Papa Francisco en su recorrido por la plaza de San Pedro en el Vaticano fue “El Papam贸vil”, un dise帽o y un obsequio de M茅xico. CONTINUAR脕.