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La hipocresía de no comer carne en semana Santa por motivos religiosos

OPINIÓN

Diego Nevado Martínez


La tradición de no consumir carne en días específicos de la Semana Santa tiene raíces que mezclan la historia y la teología cristiana. 




Desde los primeros siglos del cristianismo, el ayuno y la abstinencia se establecieron como medios "para purificar el alma y prepararse para las festividades más importantes". Aunque las costumbres han variado a lo largo del tiempo y entre diferentes comunidades, la esencia de la práctica se ha mantenido: una llamada a la introspección, al supuesto sacrificio personal y a la solidaridad con "el sufrimiento de Cristo".

Todo esto es un paripé anticuado y rancio para aliviar malas conciencias, pues supuestamente por motivos religiosos no puedes comer carne pero sí la de animales marinos asfixiados con una tremenda angustia y financiando la mayor causa de la crisis climática. 

No voy a entrar hoy en posicionarme sobre la religión, pero si de verdad creen en un ser bondadoso lo primero que deberían hacer es dejar de comer animales y derivados.

La pesca es una forma de explotación animal consistente en el asesinato de peces por su captura y asfixia fuera del agua. Es tal el desprecio social hacia los animales marinos que se cuentan no por individuos (ejemplares) sino por kilos y toneladas. Incontables cantidades de peces y otros animales marinos son criados o capturados en alta mar para satisfacer la demanda.

La publicidad aduce que el pescado es bueno o necesario para la obtención de Omega 3. Al igual que ocurre con la leche y el calcio, la publicidad es un arma de manipulación de masas que dista radicalmente de la verdad y de la realidad.

Gran prueba de ello está en la modificación que se va a hacer en los comedores escolares, donde, aunque es un avance que se vaya a garantizar la opción vegana para quien lo solicite, van a introducir más pescado con la cínica excusa de la salud.

Los grupos bienestaristas se pronuncian contra la extinción de especies y de animales como los atunes, las especies «invasoras», la desertización y la sequía, la contaminación en los océanos, la caza furtiva, la pesca desmedida y los descartes pesqueros porque perciben a los animales como recursos que debemos explotar con moderación para que no se agoten.

Se trata siempre de intereses antropocéntricos y egoístas. El origen de todas las injusticias que padecen radica en esta mentalidad especista. Los peces y otros animales marinos son individuos que sienten, padecen y que desean vivir tanto como nosotros. Y no tenemos ninguna necesidad de comerlos para estar sanos ni de causarles ningún mal adrede.

No podrá haber justicia para los peces ni para otros animales, ni ninguno recibirá una protección legal que los libre del asesinato y del exterminio sistemático mientras no evolucione nuestra mentalidad. Rechazar la pesca y adoptar el veganismo es lo mínimo que podemos hacer por todos los animales. No sólo por aquéllos que se parezcan más a nosotros o que nos caigan más simpáticos.





CRISIS CLIMÁTICA 

Un reciente estudio de Metabody y Rebeldes Indignadas presenta la pesca como industria más destructiva de la historia, seguida de la acuicultura, la ganadería y la avicultura como principal fuente de destrucción de los océanos, que son vitales para el sostenimiento de la vida en la Tierra y están actualmente al borde del colapso, con una amenaza renovada de océanos muertos y extinción humana.

El estudio expone la urgencia de transicionar a dietas vegetales para salvar los océanos y la vida terrestre, y denuncia el silenciamiento del problema y las soluciones, no solo por parte de los gobiernos sino también de las principales organizaciones ecologistas, debido en gran parte al LOBBY pesquero y de la industria alimentaria, y hace una llamada a la acción.

Los océanos, principales pulmones y mayor ecosistema de la Tierra, fundamentales en la regulación del clima terrestre, están gravemente deteriorados y amenazados y con ellos el total de la vida en la Tierra, humana incluida.

La principal causa de destrucción y amenaza a los océanos es, con diferencia, la pesca, la actividad humana más destructiva, seguida de la acuicultura, la ganadería y la avicultura: el conjunto de la Industria Alimentaria de Explotación Animal es la principal fuente de destrucción de los océanos.

La pesca devasta cada año 150 veces más fondos marinos que el total de la deforestación terrestre, como la mitad de África al año, y aniquila el 90% de las poblaciones de animales en una superficie 4 veces mayor que la agricultura mundial, más del 55% del océano, exterminando 8.000 millones de seres sintientes al día, como el total de la población humana.

Este estudio contrasta informes existentes y concluye que la pesca genera al menos tres veces más impactos en cambio climático que la aviación al destruir el mayor sumidero de carbono del planeta a la par que crea destrucción masiva de biodiversidad.

En destrucción de océanos la pesca va seguida de la acuicultura así como de la ganadería y avicultura, también grandes consumidores de pesca y con grave impacto propio en los océanos.  

El total de alimentación humana de origen animal es pues la causa primordial de destrucción de los océanos, como lo es también de los bosques.

Para proteger y restaurar los océanos debería prohibirse la pesca sobre todo industrial y de arrastre, así como la acuicultura, la ganadería y la avicultura.

Por ello y ante la inacción de los gobiernos, la principal solución, imprescindible para poder restaurar y proteger los océanos es dejar de consumir productos animales.

La misma causa principal de destrucción de océanos que aquí denunciamos, la Industria Alimentaria de Explotación Animal, es la principal causa de deforestación y destrucción de ecosistemas terrestres, como se pone en evidencia en el estudio “Los incendios se apagan en tu plato”.


INDUSTRIA MENTIROSA 

Más allá de los cínicos sellos de bienestar animal, como si las víctimas quisieran sufrir y ser asesinadas, de las mentiras a nivel de salud o de sostenibilidad, siendo la mayor causa de la destrucción de los océanos, hay diversos estudios sobre las mentiras de la industria pesquera. 

Un trabajo llevado a cabo en 2011, publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry, reveló que el 40% de la merluza que es vendida en España tiene una procedencia trucada, pues la etiqueta afirma que es merluza americana o europea, pero en realidad es africana.

En 2014, un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) detectó etiquetados fraudulentos en el 25% de los productos elaborados con atún en España.

Un trabajo llevado a cabo en 2011, publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry, reveló que el 40% de la merluza que es vendida en España tiene una procedencia trucada, pues la etiqueta afirma que es merluza americana o europea, pero en realidad es africana.

En 2014, un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) detectó etiquetados fraudulentos en el 25% de los productos elaborados con atún en España.

Oceana hablaba de "timo" global tras analizar más de 200 estudios de 55 países, entre ellos España. Estas falsificaciones en el etiquetado están presentes en toda la cadena del sector, señalaba la organización, incluyendo comercios minoristas y mayoristas, gran distribución, importación y exportación.

En 2018, la Universidad Autónoma de Barcelona denunciaba fraude en el pescado a nivel mundial, estimando que dicho fraude se daba en el 34% de las transacciones a nivel global.

En 2021, la Universidad de Oviedo destapó un fraude intencionado en el etiquetado del pescado congelado, principalmente merluza, atún, anchoas y bacaladillas.

En 2024, el estudio Gato x Liebre, demostró un nuevo fraude en el pescado congelado, donde el 60% del producto es agua congelada, un porcentaje muy por encima del límite aceptable a nivel mundial, que es de 12%.

A la vista de estos datos, provoca sonrojo que la patronal pesquera pretenda fingir preocupación por los consumidores, cuando de forma deliberada y persistente realiza prácticas fraudulentas de todo tipo.

La industria pesquera es el segundo sector que más fraudes intencionales comete en el etiquetado, pero manifiesta "preocupación" con el etiquetado de productos veganos similares en sabor y textura.


LOS ANIMALES ACUÁTICOS TIENEN SUS PROPIOS INTERESES 


La bióloga Valenciana Rosa Más explica que, tanto a nivel de crueldad como de impacto medioambiental, la industria pesquera es insostenible. «Los animales acuáticos se comunican entre sí y, al igual que entre los pájaros, el sonido juega un importante papel en sus vidas. Las vocalizaciones, similares a gruñidos y zumbidos, juegan un papel vital en su comportamiento, incluyendo reproducción, alimentación y defensa del territorio, si bien apenas estamos empezando a apreciar la complejidad involucrada y a tener una idea rudimentaria de lo que está sucediendo en el ambiente acústico submarino», declara.

«Por otra parte, La preocupación por la conservación de los ecosistemas acuáticos es contradictoria con el uso de los animales que en ellos viven, pues la pesca causa graves perjuicios sobre fondos de ríos, lagos y mares; consecuencia de considerar al entorno y a los demás animales como fuente de recursos que solo tienen valor según el beneficio que se pueda sacar de ellos.», zanja la bióloga. 

Recomiendo ver el documental Seaspiracy y acudir al próximo acto organizado por la plataforma Defensa Animal junto a Dénia Animal Save que tendrá lugar a las 11:00 del próximo sábado 19 de abril frente al Oceanográfico para denunciar el cautiverio animal y explotación. 

Los acuarios son empresas lucrativas que secuestran animales de su hábitat para esclavizarlos, someterles a un infierno por intereses económicos, dañar todavía más el medio ambiente y engañar a la infancia que va porque le gustan los animales y desconoce su situación. 

Para participar en el acto, escríbeme un mensaje al 691093886 y te explico el funcionamiento del mismo, así como para cualquier duda sobre el veganismo. 

Es una completa hipocresía no comer carne durante unos días cuando lo hacen durante el resto del año, además de que hacerlo con los animales acuáticos es igualmente sádico y destructivo, al igual que consumir también estos días otros productos como el huevo o los lácteos que se basan también en la explotación y muerte de animales sumado a la destrucción del planeta.

Las personas veganas disfrutamos de todo con el mismo sabor y textura, pues estos días disfrutaré de las deliciosas típicas monas de Pascua en versión vegana y deliciosa, de los huevos de chocolate típicos (con “leche” vegetal) y todo lo que queramos lo podemos disfrutar e incluso elaborar con productos vegetales de proximidad.

Por ello, seas o no cristiano lo mínimo que puedes hacer es dejar de financiar a la industria que explota animales y además de salvar a los protagonistas involuntarios de un infierno, también evitarás el colapso al que nos enfrentamos a nivel medioambiental, muchos problemas de salud u otras lacras como el hambre en el mundo por los recursos que hace falta para mantener a las industrias de explotación. 

Recuerda la necesidad de escribirme para cualquier duda y para participar el sábado a las puertas de la cárcel de un montón de inocentes explotados en el Oceanográfico.

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