Sin trenes de media ni larga distancia
Estación de Chamartín con un cordón de seguridad que impide entrar en su interior. Paneles apagados y ni rastro de los más de 700 trenes que salen de aquí a diario. Las comunicaciones se hacen a la antigua usanza, megáfono en ristre, porque no funciona nada. Colas para entrar al baño, colas en la cafetería y cientos de personas tiradas en el suelo de la estación, hasta hay personas que están ofreciendo más de 1.000 euros a los taxistas para llegar a sus lugares de destino. Los hay que se lo toman con tranquilidad y los que juegan a las cartas; los que se desesperan y los que se preguntan qué pasará cuando caiga la noche y no haya trenes.
Atlas