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No al secuestro de la niña, no al secuestro de migrantes y no a políticas laborales fraudulentas que imponen a los trabajadores

OPINIÓN

Carlos Luna Arvelo

A pocas horas del 1M, las expectativas de mejoras salariales de los trabajadores en Venezuela han sido empañadas con anuncios del aumento del pasaje. Dicho aumento, como se sabe, formalmente apenas ha sido de 3 bs., en los hechos fue de 5, con tendencia a que el aumento ascienda a los 10 bs., dado que todos sabemos que los camioneteros no tendrán vuelto para entregar y ya todos adivinan que pasará (menos quienes gobiernan, porque, claro ellos no utilizan el transporte público).

No es que los trabajadores hayamos tenido grandes expectativas este 1 de mayo sobre anuncios del Ejecutivo sobre mejoras de los ingresos de los trabajadores, porque claro la consolidación de la política laboral fraudulenta que desde 2018 existe, genera, entre otras cosas desesperanza en la clase trabajadora. 

El anuncio del incremento del pasaje, incluyendo también el costo del boleto del sistema subterráneo Metro, (en un 50%), días previos a cualquier anuncio de incremento de los ingresos de los trabajadores, deja claro que el gobierno se desentiende de los problemas que afectan a los trabajadores.

Aunque sigan repitiendo en el discurso que están a favor de la clase trabajadora, que el Presidente viene de la clase obrera (que fue representante sindical del M), que gobiernan para el pueblo, en los hechos va quedando demostrado que las políticas que han venido imponiendo desfavorecen a los trabadores y al pueblo en general. No hay manera que alguien pueda creer que quienes han venido desconociendo los derechos laborales de los trabajadores, quienes han puesto en marcha políticas laborales desfavorables a los trabajadores, son quienes terminaran favoreciendo a estos trabajadores que han dejado en desamparo.

Los derechos laborales han existido como una manera de que los Estados amparen a quienes jurídicamente son considerados la parte más débil en la relación trabajador -empleador. En Venezuela están claramente establecidos los derechos laborales de los trabajadores en la hoy ignorada e inaplicada Ley Orgánica de los trabajadores, Trabajadoras y del Trabajo (2012); pero además la propia Constitución Nacional (1999) establece principios acerca del trabajo y del salario, que al día de hoy son olímpicamente desestimados por los patronos, comenzando por el Estado, como uno de los mayores empleadores del país.

Parece insólito que un gobierno que ideológicamente dice representar a las mayorías, haya impuesto de manera permanente una política laboral que sin lugar a dudas representa un fraude a la clase trabajadora y sus intereses. Es comprensible que las circunstancias de asedio a la Patria, por parte del imperio y sus aliados, obligaran al gobierno a afectar transitoriamente las políticas sociales que desde 1999 se venían implementando en el país, pero de allí a imponer un modelo económico de corte neoliberal y contrario a los intereses de las mayorías hay un largo trecho. 

Los trabajadores venezolanos al día de hoy se enfrentan al desamparo absoluto frente al patrono (sean trabajadores públicos o privados) y la relación trabajador-patrono ha retrocedido a épocas superadas, no solo a partir de 1999, sino incluso mucho antes, es decir en la aun añorada por algunos, cuartarepública. 

Claro que la mayoría de los venezolanos este 1 de mayo del 2025 rechazamos y denunciamos: el secuestro de la bebe Maikelys Espinoza por parte de los Estados Unidos; el secuestro de venezolanos migrantes en Estados Unidos que fueron enviados a El Salvador y que permanecen en un campo de concentración en este país; la “política laboral fraudulenta” que ha impuesto el gobierno venezolano desde 2018 y que vulnera los derechos laborales vigentes en nuestras leyes; las sanciones económicas de EE UU y sus aliados contra un país libre y soberano que tiene derecho a vivir en paz.

Carlos Luna Arvelo


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