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Primero de mayo. El eterno retorno

Jorge Majfud

Chicago, Illinois. 1潞 de mayo de 1886—Los trabajadores que desde febrero se negaban a que les descuenten m谩s de su salario para construir una iglesia, redoblaron la apuesta y exigieron una ley que proteja el derecho a las ocho horas laborales. Como un reguero de p贸lvora, doscientos mil obreros iniciaron una huelga masiva en reclamo por los tres ochos que hacen un d铆a de 24 horas: ocho horas para dormir, ocho para trabajar y ocho para vivir como seres humanos. 

Masacre de Haymarket. Harper's Weekly • Public domain


Tres d铆as despu茅s, las protestas pac铆ficas terminaron con la masacre de Haymarket y, finalmente, en la condena a muerte de los trabajadores que no estaban del lado del m谩s fuerte. Ocho l铆deres sindicalistas fueron acusados de anarquismo y cinco de ellos lo pagar谩n con sus vidas. La tragedia fue una de tantas otras y la culminaci贸n de a帽os de reivindicaciones laborales y de una persistente demonizaci贸n por parte de la gran prensa al servicio de los grandes inversores.

Como es costumbre, unas pocas d茅cadas despu茅s, un poderoso empresario de los de arriba secuestr贸 las viejas reivindicaciones de los de abajo. Henrry Ford prohibi贸 todos los sindicatos en su micro rep煤blicas y presumi贸 de haber inventado el beneficio de las ocho horas laborales. El genio racista, admirador y colaborador de Hitler, hab铆a calculado que si los asalariados del pa铆s no ten铆an alg煤n tiempo libre para consumir, nadie pod铆a comprar sus productos.

En recuerdo a la masacre y las ejecuciones en Chicago, los primeros de mayo son feriados no laborables en casi todo el mundo, menos en Estados Unidos y, por extensi贸n, en Canad谩. Para los fan谩ticos nacionalistas, creyentes en el derecho divino de los due帽os del mundo, las dos palabras (internacional y trabajadores) suenan muy peligrosas. La reciente derrota pol铆tica de la Confederaci贸n en favor de la esclavitud se desquit贸 con varios triunfos culturales e ideol贸gicos. Todos pasaron inadvertidos. Uno de ellos consisti贸 en idealizar a los amos y demonizar a los esclavos. Por eso, por las muchas generaciones por venir, en Estados Unidos se celebrar谩 el Memorial Day (en memoria de los ca铆dos en las guerras) y el Veterans Day (en honor a los ex combatientes de esas guerras infinitas). Uno, es un t铆tulo abstracto; el otro, algo concreto por dem谩s. Para los trabajadores no hubo ni hay D铆a de los Trabajadores y, mucho menos, un primero de mayo. Para olvidar este inconveniente, el presidente Cleveland oficializ贸 el Labor Day (Dia del trabajo) en setiembre, casi en las ant铆podas de mayo, como si hubiese trabajo sin trabajadores, lo cual significa un oculto triunfo de los esclavistas derrotados en la Guerra Civil: los negros, los pobres, los de abajo, los que trabajan, no s贸lo son holgazanes, inferiores y, al decir del futuro presidente Theodore Roosevelt, “perfectamente idiotas”, sino tambi茅n son perfectamente peligrosos. Sobre todo por su n煤mero, como, dec铆an, lo eran los negros. Sobre todo por esa costumbre de proponer uniones. 

Los amos (blancos), los de arriba, los sacrificados del champagne, son quienes crean trabajo con sus inversiones. Son quienes, cada tanto, deben ser protegidos por las iglesias y por los militares (en Estados Unidos con el culto al veterano de guerra que “protege nuestra libertad” y en Am茅rica Latina los militares que corrigen los errores de la democracia con sangrientas dictaduras o con eternas amenazas). Para la vieja tradici贸n esclavista, para los amos de lo que el viento se llev贸 pero siempre vuelve, los verdaderos responsables del progreso, de la estabilidad, de la paz y de la civilizaci贸n son los amos de las plantaciones, los empresarios de las industrias. Son la elite del pueblo elegido y representan todo eso que los sucios y mal hablados esclavos (luego blancos asalariados venidos de la pobre Europa; luego mestizos del enfermo y corrupto Sur) siempre quieren destruir.

Por supuesto que no hay poder completo sin poderosos aliados, como la prensa dominante, como las iglesias complacientes. El 17 de mayo de 1886, como tantos otros prestigiosos diarios de diferentes estados, el St. Louis Globe-Democrat de Missouri, en su p谩gina cinco y a siete amplias columnas se explay贸 sobre el conflicto de los trabajadores que no quieren trabajar m谩s de ocho horas por d铆a: 

En esta disputa, la 煤nica instituci贸n imparcial es la iglesia, sostenida por capitalistas y trabajadores, ya que fue fundada por Cristo, un carpintero y, por lo tanto, tiene todo el derecho de hablar por todos trabajadores; la iglesia es due帽a del planeta Tierra, del Sistema solar y del Universo entero, por lo cual tambi茅n puede hablar por los capitalistas.”

Jorge Majfud

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