OPINi脫N
Amy Goodman

La campa帽a de persecuci贸n que el Gobierno de Trump est谩 llevando a cabo contra estudiantes extranjeros acusados de sostener opiniones que no le agradan se est谩 intensificando y ha sembrando el miedo, separado familias y forzado a muchas personas a vivir en la clandestinidad o a abandonar Estados Unidos. Esta campa帽a atrae de manera particular al presidente Trump y a sus seguidores, ya que refuerza tres pilares del denominado movimiento MAGA, siglas del eslogan de campa帽a trumpista “Make America Great Again” (“Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo”, en espa帽ol). En primer lugar, ataca a las universidades, hist贸ricamente desacreditadas como bastiones del progresismo. En segundo t茅rmino, aviva el resentimiento contra las personas migrantes, un sentimiento promovido durante a帽os por figuras como el asesor de Trump Stephen Miller. En tercer lugar, al tener como blanco a activistas que han expresado su solidaridad con Palestina en los campus universitarios, se refuerza la falacia de que criticar al Estado de Israel equivale a antisemistismo, pese a que muchos de quienes se manifiestan son precisamente jud铆os. Esto permite atacar al mundo acad茅mico y, a la vez, encubrir la limpieza 茅tnica que Israel est谩 llevando a cabo en Gaza, que ha sido recientemente reactivada. La historia nos ense帽a que permanecer en silencio mientras otras personas desaparecen no es una buena estrategia, ya que la pr贸xima persona que agentes federales enmascarados detengan en la calle podr铆as ser t煤.
Mahmoud Khalil, que complet贸 sus estudios de posgrado en la Universidad de Columbia en diciembre, fue uno de los primeros en ser arrestado, el 8 de marzo. Khailil era un residente legal de Estados Unidos, ya que contaba con una tarjeta de residencia permanente, actualmente revocada. Su esposa, la doctora Noor Abdalla, es una ciudadana estadounidense que est谩 a punto de dar a luz al primer hijo de la pareja. Embarazada de ocho meses, Noor film贸 el momento en que su esposo era arrestado al tiempo que ella hablaba por tel茅fono con la abogada de este. Mientras los agentes vestidos de civil arrastraban a Mahmoud hacia un veh铆culo sin identificaci贸n, Noor intent贸 averiguar —sin 茅xito— sus identidades.
Mahmoud particip贸 en las protestas de solidaridad con Palestina que comenzaron a fines de abril de 2024 en la Universidad de Columbia y desempe帽贸 un rol como negociador, aceptado tanto por los manifestantes como por las autoridades universitarias. Por tanto, Mahmoud tuvo un papel p煤blico destacado en el primer gran campamento estudiantil de protesta contra la ofensiva israel铆 en Gaza, que gener贸 acampadas similares en todo Estados Unidos. Es muy probable que esa sea la raz贸n por la que Mahmoud fue escogido para ser deportado. El activista ha estado detenido desde el 9 de marzo en una c谩rcel del Servicio de Inmigraci贸n situada en la localidad de Jena, en el estado de Luisiana. Un juez federal ha bloqueado la deportaci贸n de Mahmoud mientras su equipo legal contin煤a luchando por su liberaci贸n.
D铆as despu茅s del arresto de Mahmoud, el presidente Donald Trump amenaz贸 en un posteo en su red social: “Esta es la primera detenci贸n de muchas que vendr谩n”. Por su parte, durante una rueda de prensa que brind贸 el 27 de marzo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, afirm贸 que se hab铆an revocado al menos 300 visas de estudiante.
D铆a tras d铆a han ido haci茅ndose p煤blicos los nombres de las personas afectadas. Ranjani Srinivasan, otra estudiante de posgrado de la Universidad de Columbia, se fue a Canad谩 despu茅s de que le revocaran la visa y agentes federales fueran a buscarla a su casa. Ranjani escribi贸 en una carta abierta: “Ante la r谩pida escalada de la situaci贸n, la criminalizaci贸n de la libertad de expresi贸n y las inminentes prohibiciones de entrada al pa铆s, lo que me ha sucedido a m铆 podr铆a sucederte a ti tambi茅n. […] Debemos ejercer la m谩xima presi贸n posible sobre Columbia y las otras universidades para que protejan a los estudiantes extranjeros de estas acciones arbitrarias del Estado”.
Por su parte, Momodou Taal, un estudiante de posgrado de la Universidad de Cornell, con doble ciudadan铆a del Reino Unido y Gambia, abandon贸 Estados Unidos para no correr el riesgo de ser deportado o encarcelado. Antes de irse, durante una conversaci贸n que mantuvo con Democracy Now! desde un lugar no revelado, Momodou expres贸: “Lo que estamos presenciando actualmente no es solo una represi贸n contra las expresiones a favor del pueblo palestino […], sino que tambi茅n estamos viendo que cualquier cr铆tica hacia el Estado de Israel y cualquier cr铆tica al Gobierno de Estados Unidos o al Gobierno de Trump pueden ser motivo de deportaci贸n”.
Entre las personas que han sido blanco de persecuci贸n se encuentran las estudiantes de la Universidad de Columbia Leqaa Kordia, una mujer palestina oriunda de los territorios ocupados de Cisjordania; y Yunseo Chung, una joven surcoreana con residencia legal permanente que ha vivido en Estados Unidos desde que ten铆a siete a帽os. La doctora Rasha Alawieh, profesora de la Universidad de Brown, fue deportada al L铆bano. Badar Khan Suri, investigador de la Universidad de Georgetown, ha sido detenido por el Servicio de Inmigraci贸n, no por su activismo, sino probablemente debido a que su esposa —ciudadana estadounidense y, por tanto, no sujeta a deportaci贸n— es activista.
En uno de los incidentes m谩s perturbadores, ocurrido en una calle de las afueras de Boston, media docena de agentes enmascarados del Servicio de Inmigraci贸n se llevaron por la fuerza a Rumeysa Ozturk, una estudiante de doctorado de la Universidad de Tufts y beneficiaria de la beca Fulbright. Rumeysa iba camino a encontrarse con unos amigos para celebrar el iftar, un comida que marca el fin del ayuno diario durante el Ramad谩n. El arresto, registrado por las c谩maras de vigilancia de una vivienda cercana, fue una aterradora muestra de las brutales t谩cticas que se est谩n empleando contra esta poblaci贸n vulnerable. Al d铆a siguiente del arresto de Rumeysa, m谩s de 1.000 personas se manifestaron cerca de la Universidad de Tufts para exigir su liberaci贸n.
Mientras tanto, en la Universidad de Columbia, las protestas contin煤an. El mi茅rcoles, alrededor de una docena de estudiantes jud铆os se encadenaron a dos portones del campus de ese centro educativo. Aharon Dardik, un estudiante israel铆-estadounidense habl贸 con Democracy Now! y explic贸 los motivos de esa acci贸n de protesta:
“Nosotros, como estudiantes jud铆os, […] dijimos que no nos mover铆amos hasta que la universidad revelara qui茅n o qui茅nes de los miembros del consejo directivo colabor贸 con el Gobierno fascista de Trump para detener a nuestro compa帽ero Mahmoud Khalil e intentar deportarlo”.
Entre las pancartas que portaban los estudiantes hab铆a una que dec铆a: “Primero vinieron por Mahmoud”, en referencia al famoso poema del pastor y te贸logo alem谩n antinazi Martin Niem枚ller que termina: “Y yo no dije nada […]. Luego vinieron por m铆, y ya no quedaba nadie para hablar por m铆”.
© 2025 Amy Goodman
Amy Goodman

La campa帽a de persecuci贸n que el Gobierno de Trump est谩 llevando a cabo contra estudiantes extranjeros acusados de sostener opiniones que no le agradan se est谩 intensificando y ha sembrando el miedo, separado familias y forzado a muchas personas a vivir en la clandestinidad o a abandonar Estados Unidos. Esta campa帽a atrae de manera particular al presidente Trump y a sus seguidores, ya que refuerza tres pilares del denominado movimiento MAGA, siglas del eslogan de campa帽a trumpista “Make America Great Again” (“Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo”, en espa帽ol). En primer lugar, ataca a las universidades, hist贸ricamente desacreditadas como bastiones del progresismo. En segundo t茅rmino, aviva el resentimiento contra las personas migrantes, un sentimiento promovido durante a帽os por figuras como el asesor de Trump Stephen Miller. En tercer lugar, al tener como blanco a activistas que han expresado su solidaridad con Palestina en los campus universitarios, se refuerza la falacia de que criticar al Estado de Israel equivale a antisemistismo, pese a que muchos de quienes se manifiestan son precisamente jud铆os. Esto permite atacar al mundo acad茅mico y, a la vez, encubrir la limpieza 茅tnica que Israel est谩 llevando a cabo en Gaza, que ha sido recientemente reactivada. La historia nos ense帽a que permanecer en silencio mientras otras personas desaparecen no es una buena estrategia, ya que la pr贸xima persona que agentes federales enmascarados detengan en la calle podr铆as ser t煤.
Mahmoud Khalil, que complet贸 sus estudios de posgrado en la Universidad de Columbia en diciembre, fue uno de los primeros en ser arrestado, el 8 de marzo. Khailil era un residente legal de Estados Unidos, ya que contaba con una tarjeta de residencia permanente, actualmente revocada. Su esposa, la doctora Noor Abdalla, es una ciudadana estadounidense que est谩 a punto de dar a luz al primer hijo de la pareja. Embarazada de ocho meses, Noor film贸 el momento en que su esposo era arrestado al tiempo que ella hablaba por tel茅fono con la abogada de este. Mientras los agentes vestidos de civil arrastraban a Mahmoud hacia un veh铆culo sin identificaci贸n, Noor intent贸 averiguar —sin 茅xito— sus identidades.
Mahmoud particip贸 en las protestas de solidaridad con Palestina que comenzaron a fines de abril de 2024 en la Universidad de Columbia y desempe帽贸 un rol como negociador, aceptado tanto por los manifestantes como por las autoridades universitarias. Por tanto, Mahmoud tuvo un papel p煤blico destacado en el primer gran campamento estudiantil de protesta contra la ofensiva israel铆 en Gaza, que gener贸 acampadas similares en todo Estados Unidos. Es muy probable que esa sea la raz贸n por la que Mahmoud fue escogido para ser deportado. El activista ha estado detenido desde el 9 de marzo en una c谩rcel del Servicio de Inmigraci贸n situada en la localidad de Jena, en el estado de Luisiana. Un juez federal ha bloqueado la deportaci贸n de Mahmoud mientras su equipo legal contin煤a luchando por su liberaci贸n.
D铆as despu茅s del arresto de Mahmoud, el presidente Donald Trump amenaz贸 en un posteo en su red social: “Esta es la primera detenci贸n de muchas que vendr谩n”. Por su parte, durante una rueda de prensa que brind贸 el 27 de marzo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, afirm贸 que se hab铆an revocado al menos 300 visas de estudiante.
D铆a tras d铆a han ido haci茅ndose p煤blicos los nombres de las personas afectadas. Ranjani Srinivasan, otra estudiante de posgrado de la Universidad de Columbia, se fue a Canad谩 despu茅s de que le revocaran la visa y agentes federales fueran a buscarla a su casa. Ranjani escribi贸 en una carta abierta: “Ante la r谩pida escalada de la situaci贸n, la criminalizaci贸n de la libertad de expresi贸n y las inminentes prohibiciones de entrada al pa铆s, lo que me ha sucedido a m铆 podr铆a sucederte a ti tambi茅n. […] Debemos ejercer la m谩xima presi贸n posible sobre Columbia y las otras universidades para que protejan a los estudiantes extranjeros de estas acciones arbitrarias del Estado”.
Por su parte, Momodou Taal, un estudiante de posgrado de la Universidad de Cornell, con doble ciudadan铆a del Reino Unido y Gambia, abandon贸 Estados Unidos para no correr el riesgo de ser deportado o encarcelado. Antes de irse, durante una conversaci贸n que mantuvo con Democracy Now! desde un lugar no revelado, Momodou expres贸: “Lo que estamos presenciando actualmente no es solo una represi贸n contra las expresiones a favor del pueblo palestino […], sino que tambi茅n estamos viendo que cualquier cr铆tica hacia el Estado de Israel y cualquier cr铆tica al Gobierno de Estados Unidos o al Gobierno de Trump pueden ser motivo de deportaci贸n”.
Entre las personas que han sido blanco de persecuci贸n se encuentran las estudiantes de la Universidad de Columbia Leqaa Kordia, una mujer palestina oriunda de los territorios ocupados de Cisjordania; y Yunseo Chung, una joven surcoreana con residencia legal permanente que ha vivido en Estados Unidos desde que ten铆a siete a帽os. La doctora Rasha Alawieh, profesora de la Universidad de Brown, fue deportada al L铆bano. Badar Khan Suri, investigador de la Universidad de Georgetown, ha sido detenido por el Servicio de Inmigraci贸n, no por su activismo, sino probablemente debido a que su esposa —ciudadana estadounidense y, por tanto, no sujeta a deportaci贸n— es activista.
En uno de los incidentes m谩s perturbadores, ocurrido en una calle de las afueras de Boston, media docena de agentes enmascarados del Servicio de Inmigraci贸n se llevaron por la fuerza a Rumeysa Ozturk, una estudiante de doctorado de la Universidad de Tufts y beneficiaria de la beca Fulbright. Rumeysa iba camino a encontrarse con unos amigos para celebrar el iftar, un comida que marca el fin del ayuno diario durante el Ramad谩n. El arresto, registrado por las c谩maras de vigilancia de una vivienda cercana, fue una aterradora muestra de las brutales t谩cticas que se est谩n empleando contra esta poblaci贸n vulnerable. Al d铆a siguiente del arresto de Rumeysa, m谩s de 1.000 personas se manifestaron cerca de la Universidad de Tufts para exigir su liberaci贸n.
Mientras tanto, en la Universidad de Columbia, las protestas contin煤an. El mi茅rcoles, alrededor de una docena de estudiantes jud铆os se encadenaron a dos portones del campus de ese centro educativo. Aharon Dardik, un estudiante israel铆-estadounidense habl贸 con Democracy Now! y explic贸 los motivos de esa acci贸n de protesta:
“Nosotros, como estudiantes jud铆os, […] dijimos que no nos mover铆amos hasta que la universidad revelara qui茅n o qui茅nes de los miembros del consejo directivo colabor贸 con el Gobierno fascista de Trump para detener a nuestro compa帽ero Mahmoud Khalil e intentar deportarlo”.
Entre las pancartas que portaban los estudiantes hab铆a una que dec铆a: “Primero vinieron por Mahmoud”, en referencia al famoso poema del pastor y te贸logo alem谩n antinazi Martin Niem枚ller que termina: “Y yo no dije nada […]. Luego vinieron por m铆, y ya no quedaba nadie para hablar por m铆”.
© 2025 Amy Goodman