Ir al contenido principal

Putin vs Greenpeace: la historia de los Arctic 30

Greenpeace .- En el fr铆o oto帽o de 2013, un equipo de Greenpeace se embarc贸 en una misi贸n para visibilizar los peligros de las perforaciones petrol铆feras en el 脕rtico. Esta misi贸n se convertir铆a en un momento decisivo para el movimiento ambientalista, aunque no exactamente como lo hab铆an planeado.

Este grupo de activistas y periodistas de Greenpeace lleg贸 a ser conocido como los Arctic 30, y su historia se cuenta en la serie documental de la BBC On Thin Ice: Putin vs. Greenpeace

La misi贸n: salvar el 脕rtico de las perforaciones petroleras

El viaje comenz贸 en el barco Arctic Sunrise de Greenpeace, que zarp贸 hacia la plataforma petrol铆fera Prirazlomnaya, en el mar de Pechora. Prirazlomnaya fue la primera en iniciar la producci贸n de petr贸leo en alta mar en el 脕rtico, con un gran riesgo para el fr谩gil ecosistema 谩rtico. El objetivo de Greenpeace era claro: llamar la atenci贸n mundial sobre los peligros ambientales de las perforaciones en el 脕rtico y protestar pac铆ficamente contra las operaciones de Gazprom.

El 18 de septiembre de 2013, el Arctic Sunrise lleg贸 a la plataforma. Varios activistas intentaron escalarla y organizar una protesta pac铆fica de varios d铆as contra las perforaciones petroleras en el 脕rtico. Sin embargo, sus acciones fueron brutalmente reprimidas por las autoridades rusas.

Un oficial de la Guardia Costera rusa apuntando con un arma a un activista de Greenpeace Internacional mientras cinco activistas intentan escalar ‘Prirazlomnaya’, una plataforma petrol铆fera operada por el gigante energ茅tico estatal ruso Gazprom.

Acuchillado, incautado y retenido a punta de pistola

En las siguientes horas, apuntaron a la cara con pistolas a los activistas, acuchillaron sus embarcaciones y dispararon armas autom谩ticas contra el agua que les rodeaba. El buque de la Guardia Costera rusa dispar贸 a la proa del rompehielos Arctic Sunrise. Despu茅s, comandos enmascarados descendieron de un helic贸ptero hasta la cubierta, detuvieron a los activistas a punta de pistola y se apoderaron del Arctic Sunrise.

Los servicios de seguridad rusos descienden de un helic贸ptero hasta la cubierta del Arctic Sunrise y se apoderan del barco a punta de pistola.

Al ver las fotos de ese d铆a (¡llevadas a casa a escondidas en una tarjeta de memoria oculta en el zapato de un activista!), cuesta creer que todas esas pistolas y helic贸pteros estuvieran all铆 para detener una protesta pac铆fica contra el cambio clim谩tico. La brutalidad de la respuesta es un poderoso recordatorio de por qu茅 estas protestas son importantes: las grandes corporaciones contaminantes ven a Greenpeace y a sus simpatizantes como una verdadera amenaza para sus ganancias.

Los activistas, junto con dos periodistas que documentaban la protesta, fueron trasladados a M煤rmansk, una ciudad portuaria del noroeste de Rusia. Inicialmente, se enfrentaron a cargos de pirater铆a, que conllevaban una posible pena de 15 a帽os de prisi贸n. La gravedad de los cargos conmocion贸 a muchos en todo el mundo, dado el car谩cter pac铆fico de su protesta.

Los servicios de seguridad rusos confiscan el Arctic Sunrise a punta de pistola.

El incidente deriv贸 r谩pidamente en un conflicto diplom谩tico. Greenpeace argument贸 que las acusaciones eran infundadas y que los activistas estaban ejerciendo su derecho a la protesta pac铆fica. Pero el Gobierno ruso, bajo el mando de Vladimir Putin, se neg贸 a ceder.

Una protesta internacional

En ese momento de m谩ximo peligro, Greenpeace lanz贸 una de sus campa帽as m谩s grandes hasta la fecha: un enorme esfuerzo global que abarc贸 varios continentes e implic贸 m煤ltiples batallas legales, decenas de protestas y cientos de miles de seguidores.

     

Ya no se trataba s贸lo de salvar el 脕rtico: ahora tambi茅n ten铆amos que traer a los Arctic 30 a casa.

En ese momento parec铆a una tarea casi imposible, pero toda la organizaci贸n entr贸 en acci贸n y los seguidores se ofrecieron a ayudar.

Hab铆a abogados litigando en m煤ltiples casos legales, simpatizantes protestando en las embajadas rusas de todo el mundo, Paul McCartney escribiendo a Putin, activistas colocando pancartas en un partido de f煤tbol patrocinado por Gazprom, personas cuidando de nuestros compa帽eros en prisi贸n y personal trabajando sin descanso para mantener la noticia en los medios. Greenpeace presion贸 a todos, prob贸 todas las t谩cticas y moviliz贸 todos los recursos para darles a nuestros colegas la oportunidad de luchar.

Liberando a los Arctic 30

Bajo una intensa presi贸n internacional, las autoridades rusas finalmente rebajaron la categor铆a de pirater铆a a un cargo menor de vandalismo. Sin embargo, los Arctic 30 permanecieron detenidos durante dos meses, enfrent谩ndose a duras condiciones y un futuro incierto.

La activista de Greenpeace Internacional Ana Paula Alminhana Maciel (de Brasil) en el Tribunal Primorskiy en San Petersburgo.

El punto de inflexi贸n finalmente lleg贸 en diciembre de 2013. Con la atenci贸n medi谩tica a punto de centrarse en los Juegos Ol铆mpicos de Invierno organizados en Rusia y la creciente presi贸n mundial, el Kremlin decidi贸 que estos prisioneros se hab铆an convertido en una distracci贸n. El parlamento ruso vot贸 a favor de conceder una amnist铆a a los activistas, y los Arctic 30 finalmente pudieron regresar a casa.

El Arctic Sunrise tambi茅n fue liberado en junio de 2014, despu茅s de permanecer retenido en Rusia durante casi un a帽o.

La fiebre del petr贸leo en el 脕rtico que finalmente nunca ocurri贸

No logramos impedir que Gazprom iniciara la producci贸n en esa plataforma petrol铆fera en el 脕rtico, pero la campa帽a ayud贸 a presionar a Shell para que abandonara su intento de perforar en el 脕rtico en 2015. Y Prirazlomnaya sigue siendo la 煤nica plataforma petrol铆fera marina operativa de Rusia en el 脕rtico.

Desde entonces, muy pocas empresas han intentado extraer el petr贸leo 谩rtico en alta mar. Lo que a principios de la d茅cada de 2010 parec铆a una inminente fiebre mundial por explotar esta pr铆stina regi贸n, se ha reducido ahora a tan solo un par de pa铆ses que producen petr贸leo en alta mar por encima del C铆rculo Polar 脕rtico.

La lucha contin煤a

Greenpeace es uno de los pocos grupos con capacidad para enfrentar los cr铆menes ambientales en cualquier parte del mundo. Desde el 脕rtico hasta la Ant谩rtida, siempre plantaremos cara a los villanos y grandes contaminantes que intentan destruir nuestro hogar com煤n.

Desde que los Arctic 30 salieron libres, Greenpeace ha seguido cosechando importantes victorias. Junto con nuestros amigos y simpatizantes, hemos:

Pero a煤n queda mucho por hacer. Y a medida que la crisis clim谩tica se agrava, los activistas y organizaciones clim谩ticas est谩n sufriendo una oleada de persecuci贸n y represi贸n en Europa y en todo el mundo.

Actualmente, Energy Transfer ha amenazando con una demanda multimillonaria tras una protesta pac铆fica contra el oleoducto Dakota Access. El uso de las SLAPP se ha convertido en una verdadera amenaza contra la libertad de expresi贸n, derecho humano recogido en la Declaraci贸n Universal de Derechos Humanos y protegido en nuestra Constituci贸n. Adem谩s, muchos gobiernos intentan silenciar la disidencia con las ya conocidas leyes mordaza contra las protestas.

La dignidad y determinaci贸n de los Arctic 30 y sus numerosos simpatizantes en todo el mundo demostraron al mundo que este movimiento no se dejar谩 intimidar, ni siquiera por las superpotencias mundiales, los grupos armados o un sistema judicial defectuoso.

No importa lo que hagan para silenciarnos, no lo lograr谩n. Lo que hicieron esas treinta personas normales y corrientes, y lo que representan, es incre铆blemente empoderador. Sufrieron meses en prisi贸n, se enfrentaron a la posibilidad de a帽os tras las rejas, pero siempre se mantuvieron comprometidos con la necesidad de actuar pac铆ficamente para proteger el planeta. Cuando finalmente salieron de prisi贸n, sentimos que nos hab铆an pasado el testigo para que continu谩ramos lo que ellos empezaron.


Greenpeace 

ARCHIVOS

Mostrar m谩s


OTRA INFORMACI脫N ES POSIBLE

Informaci贸n internacional, derechos humanos, cultura, minor铆as, mujer, infancia, ecolog铆a, ciencia y comunicaci贸n

El Mercurio (elmercuriodigital.es), editado por mercurioPress/El Mercurio de Espa帽a bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra informaci贸n es posible