OPINIÓN
Jose Leopoldo Lindo*
La interrupción eléctrica total que paralizó la Península Ibérica el 28 de abril de 2025 no fue un evento aislado, igual que no los fue la DANA, Es la materialización de un riesgo sistémico inherente a la transición energética que podría haberse gestionado de manera más efectiva si damos la misma importancia a las soluciones de NO mercado vs las soluciones de mercado. El fenómeno del canibalismo energético, donde el rápido despliegue de energías renovables puede afectar a su propia rentabilidad y estabilidad, encuentra en este apagón histórico un caso de estudio interesante a la vez que polémico. La caída del sistema, revela un sistema cada vez más dependiente de tecnologías limpias, pero con dificultades para sostener su propia infraestructura ante fluctuaciones extremas.
Es importante tener en cuenta que cambios bruscos en la producción o el consumo, como olas de calor o frío, como las ineludibles tormentas solares, pueden tener un impacto significativo en los precios en un corto período de tiempo. Permítame señalar que existen ciertos factores geopolíticos que además de animar a la conspiranoica, pueden afectar los precios del gas, el petróleo y la electricidad. Entre ellos, podemos mencionar los conflictos internacionales, las sanciones o las inestabilidades en las regiones productoras de energía, y como consecuencia, en el precio final. Este desafortunado incidente ha puesto en evidencia ciertas debilidades técnicas, al mismo tiempo que generó un nuevo enfoque sobre la seguridad energética como parte integral de la soberanía nacional. La declaración de emergencia en ocho comunidades autónomas y la movilización de reservas petroleras estratégicas han puesto de manifiesto que los riesgos sistémicos actuales se miden no solo en precios de mercado, sino también en horas de oscuridad y paralización económica. Este desafío nos invita a reflexionar sobre los fundamentos del diseño eléctrico.
En el ámbito de la energía eléctrica, se observa una tendencia hacia la implementación de mercados de capacidad con un enfoque geopolítico. Esta propuesta, presentada por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO), busca no solo remunerar la generación de energía, sino también su disponibilidad. Este enfoque cobra especial relevancia ante la evidencia de que hasta el 60 % de la oferta eléctrica puede desaparecer en cuestión de segundos. En lo que respecta a las subastas híbridas, se hace imperativo que incorporen criterios de resiliencia territorial, otorgando prioridad a las instalaciones dotadas de capacidad de black start y sistemas autónomos de almacenamiento distribuido. El modelo inspirado en el Grid Forming requerirá inversiones de 1.200 millones anuales hasta 2030 para crear "islas energéticas" críticas.
Las interconexiones como instrumento de defensa a nivel europeo. Desde que empezaron los rumores sobre un ciberataque, preferí buscar una lógica igual de humana que la guerra, la pérdida de una visión de comunidad. La desconexión automática del sistema ibérico durante el apagón revela la paradoja de una Unión Europea que promueve la creación de mercados únicos, pero carece de protocolos de estabilización transfronteriza con Francia. La reforma europea de 2024, al permitir la negociación intradiaria hasta 30 minutos antes de la entrega, debe complementarse con corredores energéticos militarizados, donde las interconexiones operen bajo estándares OTAN para ciberseguridad. La situación se torna aún más compleja cuando, como lo evidencia el propio S&P Global, proyectando ya el año pasado, una disminución de entre el 30 % y el 60 % en los precios mayoristas para el año 2030.
El concepto de canibalismo energético, descrito por Jordi Solé en el proyecto MEDEAS, adquiere aquí una relevancia práctica: la inversión masiva en renovables, si no se acompaña de sistemas de almacenamiento o generación síncrona, puede convertir la abundancia energética en vulnerabilidad. La red, privada de sus "amortiguadores" tradicionales, se vuelve frágil ante perturbaciones que anteriormente podían ser manejables. No comprendo cómo el canibalismo energético es un concepto que muchísima gente formada no conoce, y le pone los pelos de punta. Una transición acelerada y sin una planificación adecuada puede resultar en la devoración de sus propios recursos. La solución propuesta implica la implementación de cuotas dinámicas de penetración renovable, estableciendo la vinculación de cada nuevo GW solar/eólico a inversiones obligatorias en almacenamiento (0,3 GW/GW renovable). Este enfoque, análogo a los mecanismos de capacidad fósil, impediría la saturación destructiva que resultó en la pérdida de 10 GW fotovoltaicos durante el apagón. Esto me irrita de una una forma increíble, sobre todo porque tengo un amigo muy genio, que no citaré pero con iniciales JRP, lleva una década hablando de las oportunidades de almacenamiento que disponemos en la Península Ibérica.
Este nuevo paradigma implica una transformación en la concepción de la energía, situándola como un bien de interés nacional y equiparando su gestión con la protección de infraestructuras críticas. Las afirmaciones de Teresa Ribera respecto a la "incorporación de componentes energéticos al componente militar" llegó en el mejor momento, y sugieren la implementación de normativas que podrían implicar la asunción de responsabilidades penales por parte de operadores privados en caso de fallos sistémicos, una medida que concuerda con las exigencias del 78 % de los ciudadanos, de acuerdo con las encuestas realizadas tras el apagón. El mercado ya no será un fin, sino el medio para garantizar lo que Sánchez definió como un "derecho constitucional".
¡Y por último, pero no menos importante...! ¡Apredenderemos alguna conclusión! ¿Pasaremos de la autofagia a la simbiosis climática y energética multisoluciones en lugar de pelearnos patéticamente? España tiene ahora la oportunidad de liderar un nuevo paradigma donde la abundancia solar no sea sinónimo de fragilidad, sino de resiliencia sistémica. ¿Sabías que solo se requerirán inversiones anuales del 1,5 % del PIB para modernizar las redes? Si vamos a elevar al 2% el PIB para Defensa, y la Energía es vital, vayamos a por ese 3,5% sumado. También evitará pérdidas económicas como los 2.300 millones estimados por el apagón. El futuro energético no consiste en elegir entre tecnologías, sino en crear una sinfonía de posibilidades que toquemos como una orquesta.
*José Lindo es cofundador y director del think tank The World in 2050 (España)
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