Ir al contenido principal

Estados Unidos nos embiste, España soberana resiste

OPINIÓN

Eduardo Madroñal Pedraza 

Más tributos al imperio, más gasto militar y puertas abiertas al capital estadounidense. Este es la triada que constituye los planes de Estados Unidos para nuestro país. Y ante ello los núcleos principales de la oligarquía española acatan la dictadura mundial de Trump, con el mezquino objetivo antipatriota de sumisión para seguir obteniendo beneficios. Pero las cada vez mayores exigencias de la superpotencia se enfrentan a una amplia lucha popular que sigue ejerciendo, mal que le pese a algunos, una notable influencia.



BlackStates acapara nuestra riqueza aún más

La inversión extranjera directa -mayoritariamente estadounidense- en España creció un 15% en 2024; unas inversiones encabezadas por el núcleo de la clase dominante yanqui, sus inmensos fondos y sus grandes bancos.

BlackRock se apropia ahora también de activos alternativos como infraestructuras y crédito privado, por lo que el pasado año destinó casi 30.000 millones de dólares a adquisiciones como la de Global Infrastructure Partners (GIP) -accionista destacado de la energética española Naturgy- por 12.500 millones de dólares. BlackRock compite cada vez más con los negros fondos buitre como Blackstone, Apollo Global Management y KKR.

Con el apagón lanzó un mensaje subliminar –“aquí mando yo”- a la oligarquía española y nuestras instituciones vendiendo pocos días después algunas de sus acciones -del 5,020% del capital al 4,992%- en Redeia -la empresa matriz de Red Eléctrica- donde el fondo estadounidense era el primer accionista privado de la compañía por detrás del Estado -que controla un 20% a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI)- lo que dejaba a Amancio Ortega, como el primer accionista privado de Redeia, con el 5% que mantiene desde 2021.

Pocos días después recompró acciones para volver a ser el primer accionista privado con el 5,008 %, por delante otra vez de Amancio Ortega. BlackRock es además el primer o segundo socio de las principales empresas de la energía -estratégicas para España- como Iberdrola, Repsol, Naturgy, Enagás y Solaria.

Los grandes bancos yanquis no se quedan atrás. Con amplia inversión en las empresas del Ibex35 están JPMorgan -el mayor banco estadounidense- que exhibe un 10% más de beneficios en el primer trimestre del año. El banco de inversión Morgan Stanley alardea de unos beneficios que aumentan un 27% también en este primer trimestre. Y el banco Wells Fargo celebra un 7% más de beneficios que en el mismo periodo del año anterior.

 

El factor oculto


Ante tales agresivos planes de EEUU y los núcleos del Ibex-35 -que atentan contra los intereses básicos de la mayoría de la población española- se levanta continuadamente una lucha y una movilización popular que sigue determinando lo que sucede en España.

Así. el amplio movimiento por la paz explica que el español sea el gobierno de la UE que con más claridad se ha pronunciado contra el genocidio en Palestina. La lucha popular ha impedido que puedan llevar a cabo el asalto a las pensiones públicas -ha revertido los recortes de la reforma de 2013, y ha impuesto la continuidad de medidas sociales que los centros de poder internacionales y nacionales querían abolir. La movilización social ha obligado a aprobar leyes, aunque limitadas, en favor de los inquilinos, y a paralizar privatizaciones sanitarias.

Se empeñan en decirnos que “el ciclo del 15-M ha pasado”, y que ahora la lucha del pueblo se ha convertido en un factor poco menos que insignificante. No es cierto. La notable influencia de la lucha y movilización popular choca frontalmente con los proyectos cada vez más agresivos que vienen desde la superpotencia. Enfrentamos un panorama, internacional y nacional, complejo y difícil. Pero disponemos de recursos para defender en él los intereses populares.

 

Un momento “caliente” 


Estamos ante un momento “caliente”, se están incrementando las tensiones globales, y previsiblemente habrá más sacudidas e inestabilidad en España. Es el momento de defender unos intereses populares que están siendo amenazados.

Desde España debemos movilizarnos contra la dictadura mundial de Trump, uniéndonos al conjunto de países y pueblos del planeta que ya se movilizan contra ella. Los gélidos aires que vienen desde Washington atacan a todo el planeta, pero también, y especialmente, a Europa y España. Hay en nuestro país una amplia mayoría que se posiciona contra las políticas que Trump representa.

Es el momento de la unidad para defender la paz y la democracia; para luchar -frente a la nueva oleada de recortes que pretenden imponer- por una política de redistribución de la riqueza.

Eduardo Madroñal Pedraza


ARCHIVOS

Mostrar más


OTRA INFORMACIÓN ES POSIBLE

Información internacional, derechos humanos, cultura, minorías, mujer, infancia, ecología, ciencia y comunicación

El Mercurio (elmercuriodigital.es), editado por mercurioPress/El Mercurio de España bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra información es posible