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HRW: Grandes empresas en Estados Unidos violan los derechos de quienes trabajan en la economía gig

EE. UU.: Grandes empresas violan los derechos de quienes trabajan en la economía gig:

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(Washington D.C.) – Grandes plataformas digitales de trabajo, también conocidas como empresas de la economía gig, que operan en Estados Unidos clasifican equivocadamente a quienes trabajan realizando pequeños encargos como contratistas independientes, y les niegan así derechos laborales, señaló Human Rights Watch en un informe publicado hoy.

El informe de 155 páginas, La trampa de la economía “gig”: Explotación algorítmica, salarial y laboral en el trabajo a través de plataformas en EE. UU. (The Gig Trap: Algorithmic, Wage, and Labor Exploitation in Platform Work in the US), centra su análisis en siete grandes empresas que operan en EE. UU.: Amazon Flex, DoorDash, Favor, Instacart, Lyft, Shipt y Uber. Estas empresas afirman ofrecer “flexibilidad” a quienes trabajan realizando pequeños encargos, pero a menudo terminan pagándoles menos que el salario mínimo estatal o local. Seis de las siete empresas utilizan algoritmos con reglas poco claras para asignar trabajos y determinar salarios, lo que implica que las trabajadoras y los trabajadores no saben cuánto se les pagará hasta después de completar la tarea.

“Las plataformas digitales de trabajo han creado un modelo de negocio que permite que los empleadores eludan sus responsabilidades, a la vez que mantienen a los trabajadores bajo un control algorítmico estricto, propiciado por decisiones poco transparentes e imprevisibles”, explicó Lena Simet de Human Rights Watch. “Prometen flexibilidad pero, en realidad, dejan a quienes trabajan a merced de remuneraciones inestables y por debajo del mínimo, escasa protección social y el temor constante de despido sin recurso”.

A quienes trabajan a través de las siete plataformas analizadas, se les asignan órdenes de trabajos, se les supervisa, se les paga y se les despide en función de algoritmos. Todas, excepto Amazon Flex, que aplica un pago fijo por hora, a menudo usan algoritmos poco claros y cambiantes para calcular lo que se paga por tarea o turno. Las aplicaciones y plataformas están diseñadas para que las personas que realizan pequeños encargos trabajen durante horarios sumamente extensos y por una remuneración baja, y los algoritmos de fijación de precios dinámicos hacen que les resulte extremadamente difícil planificar sus horarios y administrar lo que ganan. Gestionados por algoritmos, los trabajadores y las trabajadoras tienen poca información acerca de cómo se les asigna el trabajo, o cómo se calcula la remuneración que perciben. Sin ningún tipo de transparencia, a esas personas les resulta extremadamente difícil objetar las decisiones que se toman respecto de su trabajo o el pago.

Human Rights Watch examinó las condiciones laborales de trabajadores en el sector de transporte, compras y entrega de alimentos, en particular en Texas. El informe se realizó a partir de entrevistas semiestructuradas a 95 trabajadores de plataformas en Texas y otros 12 estados de Estados Unidos, así como una encuesta a 127 trabajadores en Texas.

Los salarios bajos, el control algorítmico y los obstáculos a la sindicalización implican que muchos trabajadores quedan atrapados en una situación de inseguridad económica, incluso mientras empresas que ganan miles de millones aumentan su participación en el mercado y sus ingresos, concluyó Human Rights Watch.

Las regulaciones deficientes permiten que estas empresas clasifiquen erróneamente a trabajadoras y trabajadores como contratistas independientes en lugar de empleados, a pesar de que la naturaleza del trabajo y el grado de control ejercido por las empresas a menudo coinciden con los criterios legales para la condición de empleado. Esto permite a las empresas eludir el cumplimiento de las leyes sobre salario mínimo, pago de horas extras y contribuciones a beneficios no salariales. Para los trabajadores, implica poner a disposición sus propios vehículos, combustible, seguro y mantenimiento, así como pagar la parte que corresponde al empleador de las contribuciones al Seguro Social y Medicare.

Las personas en Texas que fueron encuestadas ganaron casi un 30% por debajo del salario mínimo federal y alrededor de un 70% menos de lo que el Instituto de Tecnología de Massachusetts considera que es un salario digno en Texas. Estos hallazgos refuerzan los de gobiernos localesinstituciones académicas e investigadores de políticas, que han concluido en forma reiterada que estas personas ganan el salario mínimo local o una cantidad inferior, y muy por debajo de los umbrales necesarios para tener un nivel de vida digno.

Estados Unidos alberga uno de los mayores mercados globales para el trabajo en plataformas digitales, y la cantidad de personas que obtienen ingresos del trabajo de pequeños encargos ha aumentado en los últimos años. Las estimaciones sugieren que, para 2021, el 16% de las personas adultas de EE. UU. habían trabajado al menos una vez para una plataforma digital de trabajo. Entre quienes trabajan con plataformas, hay una cantidad desproporcionada de personas negras o latinas y que viven en hogares de bajos ingresos.

Los trabajadores que respondieron a la encuesta de Human Rights Watch recibían, en promedio, USD 16,90 por hora (incluidas propinas), pero casi la mitad de ese dinero se destinaba a gastos relacionados con el trabajo. Tras considerar los beneficios no salariales que los empleadores suelen cubrir para su personal, el pago real de estas personas se reducía a USD 5,12 por hora. Algunos trabajadores informaron que no tenían ninguna ganancia después de descontar los gastos.

Tres cuartas partes de las trabajadoras y los trabajadores encuestados dijeron que habían tenido dificultades para pagar la vivienda en el año precedente, y la mayoría indicaban dificultades para costear alimentos, provisiones, servicoos de electricidad y agua. Más de un tercio dijeron que no podrían cubrir un gasto imprevisto de USD 400.

Algunos trabajadores dijeron a Human Rights Watch que vivían con el temor casi constante de ser “desactivados” o despedidos por una aplicación, a menudo sin explicación ni posibilidad de recurso. En casi la mitad de casos de personas a quienes se había despedido automáticamente, más tarde se determinó que no habían incurrido en irregularidades, lo que sugiere que hay una tasa elevada de desactivaciones erróneas de cuentas.

Hay una diferencia profunda entre la inseguridad financiera de quienes trabajan a través de plataformas y los ingresos cada vez mayores de las propias empresas. Uber, que tiene una participación del 76% en el mercado de viajes compartidos de EE. UU., informó ingresos por USD 43.900 millones en 2024, es decir, un aumento del 17,9% con respecto al año precedente, y resultados netos de USD 9.800 millones. Al mes de abril de 2025, Uber tenía una capitalización de mercado de USD 169.410 millones. DoorDash, con el 67% del mercado de entrega de alimentos en EE. UU., registró ingresos por USD 10.720 millones en 2024 y al mes de abril de 2025 estaba valorada en USD 81.030 millones.

Al clasificar incorrectamente a trabajadores y trabajadoras como contratistas independientes, las empresas de plataformas también evitan contribuir al Seguro Social, Medicare y al seguro de desempleo, e impiden que los fondos públicos reciban recursos críticos. Sobre la base de datos impositivos de las Estadísticas sobre No Empleadores de la Oficina del Censo (Census Bureau’s Nonemployer Statistics), Human Rights Watch estima que Texas podría haber recaudado más de USD 111 millones en contribuciones al seguro de desempleo entre 2020 y 2022 a través de empresas de plataformas, si se clasificara como empleadas a las personas que trabajan de manera domiciliaria, realizan viajes y hacen entregas a través de plataformas. Es probable que el déficit real sea mucho mayor, si se tienen en cuenta ingresos no declarados.

En respuesta a la solicitud de comentarios planteada por Human Rights Watch, Lyft indicó: “El trabajo a través de plataformas ofrece a millones de estadounidenses oportunidades laborales con una flexibilidad excepcional, que les da tiempo para cumplir otros objetivos, compromisos u obligaciones. Les permite trabajar en momentos en los que no están dedicados a los numerosos compromisos reales e imprevisibles y a su agenda ajetreada de formas que no ofrecen los empleos tradicionales de jornada completa”. Amazon se reunió con Human Rights Watch para analizar el informe, pero no brindó una respuesta oficial. Las demás empresas no contestaron.

El derecho internacional de los derechos humanos exige condiciones de trabajo justas y favorables para todos los trabajadores y las trabajadoras, incluidos trabajadores de plataformas digitales.

El Departamento de Trabajo de Estados Unidos, la Comisión Federal de Comercio, la Comisión de Fuerza Laboral de Texas, así como agencias homólogas de otros estados, deberían tomar medidas inmediatas para garantizar la seguridad en el lugar de trabajo de quienes trabajan en la economía gig y proteger sus derechos a sindicalizarse, señaló Human Rights Watch.

“Las plataformas digitales de trabajo han generado una fuerza laboral que no tiene ninguno de los derechos y protecciones por los que los trabajadores han luchado durante décadas”, explicó Simet. “A medida que más personas recurren al trabajo en plataformas para llegar a fin de mes, las autoridades federales y estatales deberían intervenir para garantizarles las protecciones a las que tienen derecho, y deberían colaborar con la Organización Internacional del Trabajo para que se adopte un estándar global vinculante para el trabajo en plataformas”.

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