Por Guerreras por la Amazonía
A lo largo de nuestras vidas, hemos sido testigos del sufrimiento y la devastación que la extracción petrolera ha causado a la Amazonía. Nosotras, las jóvenes que hoy nos identificamos como «Guerreras por la Amazonía«, somos parte de un movimiento que, junto con la Unión de Afectados por Texaco (UDAPT), el Colectivo “Eliminen los Mecheros, Enciendan la Vida”, nuestras comunidades y familias, luchamos por el presente y futuro de la Amazonía frente a la contaminación petrolera.
Crecimos junto a los mecheros petroleros, esos monstruos de fuego utilizados para la extracción del petróleo, que contaminan el aire y el agua. Cada llama de estos monstruos representa más contaminación, más sufrimiento, y más enfermedades para nuestra gente, además de más destrucción para el hogar que compartimos con miles de especies. Vemos cómo a diario los insectos y animales se queman en el fuego. La contaminación está matando a nuestros seres queridos: madres, padres, abuelos, vecinos y amigos sufren de enfermedades graves como el cáncer. Muchos de ellos deben recorrer largas distancias hasta Quito o a otras ciudades para obtener atención médica especializada. Algunos no logran sobrevivir a esta realidad injusta.
Los mecheros son, además, una bomba de tiempo, ya que emiten metano y otros contaminantes que calientan nuestra atmósfera y contribuyen a desastres climáticos que nos afectan aún más a quienes ya somos víctimas de la contaminación.
A pesar de todo esto, el Estado ecuatoriano sigue permitiendo que estos mecheros sigan operando y multiplicándose sin control. Desde 2020, junto con la UDAPT, otros colectivos, nuestras familias y comunidades, hemos presentado acciones legales para exigir la eliminación de los mecheros. Después de una larga y agotadora batalla, en julio de 2021 los jueces nos dieron la razón. Sin embargo, por más de tres años el Estado nos ha ignorado. El número de mecheros ha aumentado de 447 en 2019 a 486 en 2023. Esta situación es insostenible, y es una violación a nuestros derechos humanos.
No pedimos que apaguen los mecheros, sino que, como dicta la sentencia, eliminen todos los mecheros que afectan nuestras vidas, la naturaleza y las demás comunidades. El Estado ecuatoriano, y todos aquellos países donde existen mecheros, no solo deben comprometerse a eliminarlos, sino también a reparar los daños ya causados. No podemos permitir que la extracción petrolera siga destruyendo vidas.
Hacemos un llamado al electo presidente de Ecuador, Daniel Noboa, para que comprenda que su deber no es solo gobernar, sino también proteger la vida, la salud y la naturaleza. Durante 50 años de explotación petrolera, ningún presidente ha tomado acciones significativas porque los derechos humanos y la justicia ambiental no han sido una prioridad para ellos. En regiones como la Amazonía y Esmeraldas, donde recientemente ocurrió un devastador derrame petrolero debido a la irresponsabilidad de PETROECUADOR, el Estado ecuatoriano continúa extrayendo la riqueza petrolera a costa de los territorios y los derechos de las personas. A quienes vivimos en estas zonas de sacrificio solo nos queda contaminación y muerte. Nuestra lucha no es solo por el caso Mecheros, sino porque no sean violentados nuestros derechos y de quienes se ven afectados por la industria petrolera y el cambio climático.
No podemos permitir que el gobierno ecuatoriano siga siendo indiferente ante la cruda realidad que enfrentan las comunidades de la Amazonía ecuatoriana y a aquellas afectadas por el extractivismo petrolero. Debe dejar de anteponer el dinero a la salud y la vida. En este contexto de crisis climática, la acción urgente no puede postergarse más. Nuestra lucha, que debería ser una lucha común en todo Ecuador, es por un futuro en el que nuestras familias puedan vivir en paz, respirar aire limpio y beber agua libre de contaminación.
Este no es un mensaje de desesperanza, sino de esperanza en el cambio. Sabemos que no estamos solas. Cada día más personas dentro y fuera del Ecuador se suman a nuestra causa, entendiendo que nuestra lucha es una lucha por la vida misma. En este momento crítico, les pedimos a los candidatos presidenciales que no se queden en palabras vacías, sino que tomen medidas concretas. Es hora de construir una verdadera casa común para nosotras y quienes vivan después de nosotras.
*Guerreras por la Amazonía es un movimiento de jóvenes mujeres ecuatorianas que, junto a sus comunidades y familias, luchan por su hogar, la Amazonía, un lugar fundamental para la justicia climática, los derechos humanos y de la naturaleza, y el futuro de todas las personas. "No solo somos activistas, somos hijas de la tierra, de nuestras comunidades, somos las guerreras de la selva que se niega a morir. Somos la Amazonía que resiste a los impactos de la industria petrolera, y por la cual nuestras comunidades y nuestro planeta están ardiendo". https://udapt.org/manifiesto-gerreras-amazonica/