El neocolonialismo de la ropa desechable
Sergio Ferrari
Cada segundo, un cami贸n de basura exclusivamente de ropa va a parar a un vertedero o se incinera en alg煤n lugar del planeta. La moda r谩pida atenta contra el medioambiente y afecta las condiciones sociales de los trabajadores.
OIT Asia-Pac铆fico Trabajadoras de una f谩brica textil de Vietnam cosen chaquetas hinchables, destinadas sobre todo a los mercados occidentales
La producci贸n textil ha venido cambiando su l贸gica y ha pasado de las fibras naturales a la generalizaci贸n del empleo de productos sint茅ticos. En paralelo, el taller local con reglas proteccionistas ha abierto paso a la deslocalizaci贸n y los grandes centros textiles -muchas veces maquilas en zonas francas- donde predomina la velocidad de la producci贸n y la voracidad de la distribuci贸n.
En este contexto, se viene imponiendo la industria de la moda r谩pida o fast fashion, que significa, tendencialmente, mayor n煤mero de colecciones anuales, precios bajos, calidad desmejorada y duraci贸n cada vez menor de la vida de cada prenda. Como corolario directo: la acelerada sobreproducci贸n y el consumo desmedido de las vestimentas. No es dif铆cil encontrar tiendas en las distintas ciudades europeas donde se puede comprar un vestido de mujer, un pantal贸n de hombre o camisas juveniles casi el mismo precio que un caf茅 con un croissant en un bar.
Este aumento descontrolado de la producci贸n y la distribuci贸n textil, por otra parte, promueve un mercado de ropa de segunda mano cada vez m谩s activo. Con un volumen que en 2021 ya representaba m谩s de 9.300 millones de d贸lares a nivel internacional, creci贸 un 10,3% anual las 煤ltimas tres d茅cadas, pasando de 541.000 toneladas en 1992 a casi 3.6 millones de toneladas en 2021. La Uni贸n Europea, el Reino Unido, China y los Estados Unidos son los principales centros exportadores, en tanto que numerosos pa铆ses del Sur Global, entre ellos Pakist谩n, Kenia, Chile y Guatemala (los dos latinoamericanos m谩s importadores), son las naciones destinatarias de este mercado de segunda mano. (https://unece.org/sites/
ONU. "Los seres humanos generamos en todo el mundo m谩s de 2.000 millones de toneladas de residuos al a帽o”
Moda vs medioambiente
La industria de la moda es hoy una de las actividades m谩s contaminantes del mundo, responsable de hasta el 8% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. Seg煤n un reciente art铆culo de las Naciones Unidas, esta industria consume la astron贸mica cifra de 215 billones de litros anuales de agua, equivalente a 86 millones de piscinas ol铆mpicas. Emplea, adem谩s, miles de productos qu铆micos, muchos de ellos nocivos para la salud humana y los ecosistemas. A pesar de este impacto preocupante, la ropa se produce y se descarta a un ritmo sin precedentes, resultado de modelos de negocio que priorizan la rapidez y lo desechable en lugar de la sostenibilidad. La moda, afirma este art铆culo, representa una industria en la que las tendencias cambian r谩pidamente y las prendas suelen desecharse despu茅s de haberse usado un pu帽ado de veces. Los expertos calculan que, si se duplicara la vida 煤til de la ropa, se podr铆a lograr una reducci贸n significativa de un 44% en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Para visualizar la dimensi贸n de los desechos mundiales en toda su magnitud - de los cuales textiles y pl谩sticos ocupan un lugar especial-, el art铆culo subraya que “los seres humanos generamos en todo el mundo m谩s de 2.000 millones de toneladas de residuos al a帽o”, suficientes como para darle 25 vueltas al planeta si los mismos se empaquetaran en contenedores de transporte est谩ndar. Por supuesto, contaminando la tierra, el aire y el agua y afectando de manera desproporcionada a las comunidades m谩s pobres. M谩s de 1.000 millones de personas viven en barrios marginales o asentamientos informales que carecen de una gesti贸n adecuada de los residuos, lo que conlleva graves riesgos para la salud. Los vertidos no regulados y las malas pr谩cticas de eliminaci贸n de residuos agravan la contaminaci贸n y la p茅rdida de biodiversidad en todo el mundo (https://news.un.org/es/story/
La Casa de Gobierno en Berna, Suiza cubierta por desechos textiles. Gráfico de Public Eye.
Un clamor africano
La noche del 1 al 2 de enero de 2025, un incendio destruy贸 el 65% de la superficie del mercado Kantamanto en Accra, la capital de Ghana, lo que equivale a la superficie de entre seis y ocho estadios de f煤tbol. Alrededor de 3.000 puestos de vendedores ardieron por completo y cientos de toneladas de ropa quedaron reducidas a cenizas, afectando a unos 15 mil comerciantes que perdieron sus medios de vida. Kantamanto es el mercado de ropa de segunda mano m谩s grande de 脕frica Occidental. All铆 se clasifican, reparan y revenden aproximadamente 50 millones de prendas de vestir cada a帽o. Sin embargo, esto representa s贸lo una peque帽a parte de los cientos de millones de prendas que llegan anualmente a ese pa铆s.
En una reciente entrevista publicada por la ONG suiza Public Eye (Mirada ciudadana), el empresario ghan茅s Yayra Agbofah, quien concentra su actividad en el reciclaje y el redise帽o de vestimentas y adem谩s es el fundador de la asociaci贸n local The Revival (Renacimiento), explic贸 que su pa铆s recibe toneladas de textiles de segunda mano del hemisferio norte. Aun cuando esto permite que millones de personas tengan acceso a ropa barata, tambi茅n significa que esas personas casi nunca compran ropa producida localmente. Por ello, muchas f谩bricas textiles se han visto obligadas a cerrar sus puertas. Agbofah y su asociaci贸n trabajan activamente desde despu茅s del incendio en la reconstrucci贸n del mercado Kantamanto.
Por otra parte, seg煤n Agbofah, la ropa que no se puede reutilizar -aproximadamente entre el 20 y el 30%- termina obstruyendo r铆os y arroyos, contaminando playas o acumul谩ndose en enormes vertederos: “Estas monta帽as de ropa a veces se incineran ilegalmente, lo que tambi茅n contamina el aire que respiramos”. Y lo que es peor, lamenta, el Norte todav铆a cree que tiene derecho a enviar sus residuos textiles al Sur. El Norte promueve ropa de mala calidad con materiales sint茅ticos como el poli茅ster, y esas prendas terminan en su pa铆s. Agbofah remarca que “ciertas tendencias de consumo, como la sobreproducci贸n, la moda r谩pida y la producci贸n insostenible tienen consecuencias directas para nosotros aqu铆 en Ghana”; califica la actual realidad como de “colonialismo de residuos” y llama a sus compatriotas a que reduzcan su consumo de ropa producida en Europa, Estados Unidos y Asia, as铆 como a promover el reciclaje.
Mirada cr铆tica y propuestas realizables
Desde hace varios a帽os, Public Eye ha dedicado una parte importante de sus esfuerzos al tema de los productos textiles y en noviembre de 2023 public贸 un estudio titulado “En modo avi贸n, Zara alimenta la crisis clim谩tica”, que tuvo una repercusi贸n significativa a nivel europeo. “Cada vez m谩s r谩pido, cada vez m谩s contaminante”, afirma el art铆culo, “la industria de la moda r谩pida se centra en tendencias a muy corto plazo y env铆a toneladas de ropa por avi贸n a todo el mundo”. Debido a su modelo de negocio, el gigante de la moda espa帽ola Inditex, propietario de la marca Zara, y tiendas online internacionales como Shein, dependen en gran medida del transporte a茅reo. Public Eye demand贸 a la textil espa帽ola que abandone esta forma de transporte tan perjudicial para el clima. Aunque Inditex afirma haber reducido sus emisiones en otros 谩mbitos, las del transporte y distribuci贸n de mercanc铆as han continuado en aumentar en un 10 % en 2024 (https://www.publiceye.ch/fr/
En diciembre del a帽o pasado, Public Eye public贸 un nuevo aporte conceptual (“La moda de una sola Tierra”), donde sostiene que este sector de actividad necesita una transformaci贸n profunda. El sector de los textiles, de la confecci贸n, del cuero y del calzado es uno de los m谩s contaminantes e injustos porque se basa en la explotaci贸n generalizada del trabajo mal pagado y de los recursos del planeta. Esta publicaci贸n imagina un futuro diferente y trata de alimentar el debate internacional sobre la transformaci贸n socioecol贸gica del sector con una propuesta que incluye 33 objetivos concretos (https://www.publiceye.ch/fr/
La segunda semana de mayo, Public Eye acaba de lanzar una petici贸n, esta vez ante el Gobierno helv茅tico, para la creaci贸n de un Fondo Suizo de la Moda que obligue a las empresas que comercian ropa a que asuman el costo del da帽o social y ambiental causado por su modelo comercial. Los promotores de la petici贸n sostienen que Suiza “env铆a toneladas de ropa de moda r谩pida al extranjero y hace la vista gorda respecto a su destino final”. Y explican que, “con demasiada frecuencia, [esta ropa] termina sum谩ndose a monta帽as de basuras textiles en vertederos a cielo abierto o se quema”. Seg煤n Public Eye, en Suiza cada persona desecha anualmente once kilos de residuos textiles.
Este Fondo Suizo operar铆a en tres niveles. Por cada nueva prenda producida, las empresas de moda deber铆an hacer un aporte al mismo. El modelo empresarial de la moda r谩pida, basado en la sobreproducci贸n y el sobreconsumo, perder铆a as铆 su atractivo. Por otra parte, cuanto m谩s duradera fuese la ropa, menor la contribuci贸n solicitada. De esta forma, el fondo promover铆a fuertes incentivos para una moda de calidad, justa y respetuosa del medio ambiente. En tercer lugar, buscar铆a promover activamente una econom铆a de la moda circular, con un aumento de los bienes de segunda mano, la promoci贸n del reciclaje de calidad y una producci贸n m谩s sostenible (https://www.publiceye.ch/fr/
El poli茅ster envenena el medioambiente, en tanto un nuevo tipo de colonialismo, el de los residuos, multiplica el traslado de los desechos textiles hacia el Sur Global. Algo anda mal con la moda r谩pida, aunque sus promotores envuelvan la ropa con vistosos papeles de colores.