Eduardo Madro帽al Pedraza
“Isidro no abr铆a pozo del que no manase abundante caudal, aun trat谩ndose de tierras secas.” C贸dice de Juan Di谩cono, an贸nimo, 1275.
Era para el d铆a 15 de mayo, San Isidro Labrador (1082-1172) en el santoral, pero en estos veloces tiempos convulsos, con el c贸nclave de los 133 cardenales arrancando el 7 de mayo, con sus deliberaciones arr铆tmicamente urgentes, para elegir sucesor de Francisco, y su crucial consecuencia mundial, apostamos por la anomal铆a espaciotemporal.
Que la hojarasca no cubra las ra铆ces profundas de nuestra vida, individualmente social, para sentir que alguien tan antiguo como san Isidro Labrador -sean cuales sean nuestras creencias y nuestra ideolog铆a- nos habla, todav铆a hoy, de las necesidades de la gente trabajadora del campo, de la lucha contra la sequ铆a, y de los principios que practicamos d铆a a d铆a.
Las benditas anomal铆as
Si hay algo que caracteriza a Ysidorus Agr铆cola -o Isidro Labrador- son sus preciosas anomal铆as, sus luminosos mestizajes. Un santo muy tard铆amente santificado por la jerarqu铆a religiosa, en 1622, con existencia ya documentada desde 1275, un siglo despu茅s de su fallecimiento y larga vida, transmitida por tradici贸n oral.
En esa 茅poca, los santos cristianos eran eclesi谩sticos con poder u hombres de familia noble, y sus milagros estaban unidos a una pr谩ctica social privilegiada y contemplativa. En cambio, Isidro, de origen bereber, proced铆a de la clase trabajadora y sus milagros estaban vinculados 铆ntimamente a su trabajo campesino.
En contra de lo dominante en la esfera cristiana Isidro era laico y estaba casado, era pocero adem谩s de agricultor, y su santidad eran sus milagros agr铆colas y acu铆feros; y sus or铆genes y su vida parece m谩s la de un sant贸n musulm谩n, con su matrimonio con la que posteriormente ser铆a Santa Mar铆a de la Cabeza en el santoral cristiano, su hijo Ill谩n, y su esforzado trabajo, que derrot贸, en el imaginario popular y en sus derroteros por la historia, a los pudientes santos de entonces y de despu茅s.
Ciertamente es una anomal铆a en el santoral la existencia de un santo, producto del mestizaje religioso y cultural, musulm谩n y cristiano, en aquellos tiempos. Quiz谩s Isidro fue en realidad un sant贸n musulm谩n de origen berebere de un Mayrit -nombre musulm谩n de Madrid- asumido por la religi贸n cristiana de los nuevos due帽os de Madrid.
Una anomal铆a de clase social -frente al aplastante origen social de los santos de sectores eclesi谩sticos y de familias nobles-, un sabio campesino y zahor铆 -aquel que tiene la facultad de descubrir manantiales subterr谩neos- y una anomal铆a religiosa -que integra en su santidad elementos de ambas creencias- pero que, destacadamente, expresa con su vida y su trabajo, unos valores antag贸nicos a los dominantes en los santos de entonces.
Necesidad social e individual de la religi贸n
La conciencia social humana ha creado a los dioses para explicar el mundo material y sus fen贸menos, y para justificar o denunciar el poder de las clases dominantes de las distintas sociedades. Por lo que hay dos posiciones antag贸nicas, apoyar a los opresores contra los oprimidos o apoyar a los oprimidos contra los opresores, en esto 煤ltimo coinciden, 835 a帽os los unen (de 1172 a 2025), San Isidro y Francisco.
La conciencia individual humana alimenta la creencia personal en dios para aceptar 铆ntimamente que a uno le han tra铆do a este mundo -as铆 como todo lo que le acontece mientras vive- y va a morirse inexorablemente, pero que su alma viajar谩 a un lugar eterno donde se encontrar谩 con sus seres queridos. Mientras haya humanos habr谩 dioses.
San Isidro Labrador, amigo de los trabajadores
S贸lo desde la humilde sabidur铆a popular de Isidro -que la tradici贸n nos transmite- se puede entender su expansi贸n imparable, y a contracorriente en el universo hispano, como patrono de todos las poblaciones agr铆colas y ganaderas donde el agua va unida 铆ntimamente a la vida y la supervivencia. Es inacabable la lista de pueblos y ciudades, de las que es patrono, porque recorre toda la geograf铆a espa帽ola e hispanoamericana.
Desde el Madro帽al de Madr铆 hasta la Mar de Llanera hay una popular riqueza geogr谩fica que empieza en nuestro entra帽able Madr铆 y llega a Filipinas, pasando por Canarias, Andaluc铆a, Extremadura, Castilla-La Mancha, Murcia, Comunidad Valenciana, Catalu帽a, Arag贸n, Navarra, Cantabria, Castilla y Le贸n, Galicia, y Argentina (de Tucum谩n a C贸rdoba), Chile, Per煤, Paraguay, Uruguay, Colombia, Panam谩, Venezuela, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, M茅xico hasta Quez贸n (Filipinas), y acaba en Llanera (Asturias).
“Ay, Mar de Coru帽o/ Garz贸n de Lavapi茅s/ siempre hay un punto/ ay, todo del rev茅s”. Eduardo Madro帽al-Jim茅nez Pedraza-Garz贸n
15 de mayo de 2025