OPINI脫N
Pablo Fern谩ndez
En el 煤ltimo pleno del Ayuntamiento de Alicante, se debati贸 una moci贸n presentada por el Grupo Comprom铆s para eliminar las subvenciones p煤blicas a actividades que implican maltrato animal, y reconvertir la Plaza de Toros en un espacio multifuncional abierto a toda la ciudadan铆a. La propuesta fue rechazada, pero lo m谩s llamativo no fue la votaci贸n previsible, sino el discurso del concejal socialista Miguel Castell贸.
Resulta inquietante que alguien con formaci贸n en Humanidades y Filosof铆a no vea la contradicci贸n entre defender una pr谩ctica de violencia ritualizada hacia animales y los valores progresistas y humanistas que su partido, el PSOE, dice representar. Castell贸 no solo evit贸 entrar en el debate 茅tico, sino que se centr贸 en ridiculizar la propuesta, reprochando que no se pidiera directamente la prohibici贸n de los toros, como si pedir que no se financie con dinero p煤blico una pr谩ctica cruel fuera un acto de cobard铆a y no de democracia.
Quienes defendemos una cultura libre de violencia animal no pedimos censuras. Pedimos coherencia: si la tauromaquia quiere seguir existiendo, que lo haga sin fondos p煤blicos. Que se autofinancie. Porque Alicante, como buena parte de Espa帽a, ya no quiere pagar espect谩culos de sangre. Seg煤n el informe de la Fundaci贸n BBVA, citado incluso por el propio concejal, un 72% de la poblaci贸n rechaza la tauromaquia. ¿A qui茅n representan entonces quienes la siguen subvencionando?
Durante el pleno, las intervenciones de los representantes del lobby taurino no aportaron nada nuevo: una defensa emocional de su profesi贸n y la repetici贸n de los t贸picos de siempre. Hablaron de valores, de econom铆a, de tradici贸n. Pero nunca del sufrimiento. Nunca del toro. Nunca del problema moral que implica convertir el dolor de un ser vivo en entretenimiento.
Frente a esa superficialidad, la ciudadan铆a ha dado una lecci贸n de compromiso 茅tico. Muchas personas en Alicante hemos trabajado durante meses como voluntarias y fedatarias para apoyar la Iniciativa Legislativa Popular que propone derogar la Ley 18/2013, que convirti贸 la tauromaquia en Patrimonio Cultural. Nuestra ciudad ha sido uno de los territorios m谩s activos en toda Espa帽a. ¿Y qu茅 respuesta obtuvimos de nuestros representantes en el pleno? Silencio, evasi贸n, y en algunos casos, desd茅n.
No se trata de una guerra entre ideolog铆as. El art铆culo 13 del Tratado de Funcionamiento de la Uni贸n Europea reconoce a los animales como seres sintientes y obliga a tener en cuenta su bienestar en las pol铆ticas p煤blicas. La tauromaquia es una excepci贸n cultural legal, s铆, pero no moral. Y las excepciones no deben blindarse con dinero p煤blico. Porque cuando lo hacemos, estamos diciendo que la tradici贸n est谩 por encima de la compasi贸n. Que el arte justifica el sufrimiento. Que los privilegios pesan m谩s que la evoluci贸n 茅tica.
La historia del pensamiento espa帽ol est谩 llena de voces cr铆ticas con la tauromaquia. El investigador Juan Ignacio Codina document贸 en su tesis doctoral “Pan y Toros. Breve historia del pensamiento antitaurino espa帽ol” c贸mo la cr铆tica a estos espect谩culos ha sido constante desde hace siglos, incluso desde dentro del propio mundo cultural espa帽ol.
Hoy, desde la ciudadan铆a, desde el voluntariado y desde una conciencia colectiva en auge, pedimos algo b谩sico: que nuestros impuestos no se destinen a sufrimiento. Que la pol铆tica est茅 a la altura del progreso 茅tico que ya ha calado en gran parte de la sociedad. Que se escuche la voz de quienes creemos que una ciudad moderna y compasiva es incompatible con el maltrato como espect谩culo.
Alicante merece una cultura viva, s铆. Pero sin sangre.
*Asociaci贸n Dignidad Animal.