Del 30 de junio al 3 de julio, todas las miradas estar谩n puestas en Sevilla. La ciudad acoge un evento que deber铆a marcar un antes y un despu茅s en la forma en que el mundo financia su presente y futuro: la Cuarta Conferencia sobre Financiaci贸n para el Desarrollo (FfD4).
No se trata de una cumbre m谩s. Esta conferencia, organizada por las Naciones Unidas, se presenta como una “oportunidad 煤nica en una d茅cada” para redise帽ar el sistema financiero global. ¿Cu谩l es la diferencia con otros foros donde se habla de “dineritos”? Pues que aqu铆 todos los pa铆ses participan en pie de igualdad, sin que las decisiones est茅n dominadas por se帽oros trajeados de las grandes potencias, la banca o los fondos de inversi贸n.
Y llega en un momento cr铆tico: el mundo est谩 muy lejos de avanzar para reducir la desigualdad, proveer de derechos b谩sicos, situar al planeta en la zona de seguridad clim谩tica y ambiental y atender a las personas que son v铆ctimas de conflictos o de la crisis clim谩tica. Para cumplir con estos objetivos, el d茅ficit de financiaci贸n global se calcula en torno a los 4 billones de d贸lares anuales para los pa铆ses m谩s empobrecidos y 10 billones para todo el mundo. Una brecha que ha crecido tras la pandemia y como consecuencia de la policrisis global: guerras, fen贸menos clim谩ticos extremos, desastres humanitarios y un sistema econ贸mico cada vez m谩s injusto.
La realidad es contundente: el sistema financiero actual no est谩 dise帽ado para servir al bien com煤n. En 2023, 130 pa铆ses del Sur Global estaban en situaci贸n de crisis de deuda y destinaron 1,4 billones de d贸lares a su pago. Hablamos de 3.300 millones de personas viven en pa铆ses que gastan m谩s en intereses que en salud o educaci贸n. Los pa铆ses pobres se enfrentan a tasas de inter茅s el doble de altas que los pa铆ses ricos y las condiciones impuestas a menudo perpet煤an la dependencia neocolonial. Adem谩s, los pa铆ses en desarrollo son las primeras v铆ctimas del escaqueo fiscal de las grandes corporaciones y no est谩n recibiendo la financiaci贸n clim谩tica necesaria que fue acordada en las Cumbres del Clima.
El desequilibrio estructural es evidente. Organismos como el FMI y el Banco Mundial funcionan con reglas neocoloniales dise帽adas para beneficiar a los pa铆ses ricos. Estados Unidos, por ejemplo, tiene suficiente poder de voto en el FMI como para vetar cualquier decisi贸n y los recursos extraordinarios que el FMI ha distribuido para salir de la crisis del Covid -denominados Derechos Especiales de Giro (DEGs)- han ido en el 98 % a pa铆ses de renta media y alta. Mientras tanto, los pa铆ses m谩s empobrecidos siguen sin acceso a mecanismos de protecci贸n financiera o a redes de seguridad frente a la especulaci贸n y los flujos de capital vol谩tiles.
En otras palabras: el sistema est谩 dise帽ado para sostener privilegios, no para garantizar derechos.

La FfD4 no puede quedarse en promesas vac铆as. Desde Greenpeace, junto con muchas otras organizaciones sociales, exigimos compromisos concretos para cambiar las reglas del juego:
- Un avance real de la cooperaci贸n fiscal internacional: los ultrarricos y las multinacionales deben pagar lo que les corresponde. Basta de evasi贸n, elusi贸n y para铆sos fiscales.
- Responsabilidad fiscal de las grandes contaminadoras: si destruyes el planeta, pagas. No puede ser que quienes m谩s contaminan sean quienes m谩s se beneficien.
- Financiaci贸n p煤blica clim谩tica y de bienestar: la acci贸n clim谩tica y los derechos b谩sicos no se pueden dejar en manos del mercado. Hace falta inversi贸n p煤blica, sostenida y justa.
- Un mecanismo justo para la resoluci贸n de deudas soberanas: no m谩s pa铆ses rehenes de los fondos y la banca de inversi贸n y la especulaci贸n financiera. Hay que proteger a las personas, no solo a los acreedores.
- Defender a la sociedad civil: frente al auge autoritario y las amenazas corporativas, hay que garantizar el espacio democr谩tico para que las organizaciones ciudadanas sigan siendo una fuerza de cambio.

Hoy m谩s que nunca, necesitamos valent铆a para se帽alar a quienes imponen la ley del m谩s fuerte. El llamado “trumpismo global”, ese que desprecia los derechos humanos, niega la crisis clim谩tica, y rechaza cualquier forma de solidaridad o cooperaci贸n internacional, no puede marcar el rumbo del mundo. Ese movimiento quiere borrar del mapa al pueblo palestino, a las personas migrantes, al colectivo LGTBIQ+, a los derechos de las mujeres, al Acuerdo de Par铆s, los impuestos y a la democracia misma. Por eso, uno de los mensajes m谩s importantes que debe salir de Sevilla es este: Aislar a los matones es posible. Y vamos a hacerlo.
Ya son 192 pa铆ses los que han firmado el documento del Compromiso de Sevilla. Trump se ha quedado solo en su boicot. Pero eso no basta. No podemos permitir que este aislamiento sirva como excusa para que los pa铆ses m谩s poderosos rebajen la ambici贸n y se queden en pa帽os calientes.
S铆, has le铆do bien. Dinero hay, solo que en los lugares equivocados. Bajo el discurso “antiimpuestos” hay elecciones pol铆ticas que priorizan los recortes en bienestar y acci贸n clim谩tica en favor de subsidiar los combustibles f贸siles, conceder regalos fiscales a los ultrarricos, hacer la vista gorda con los para铆sos fiscales y avanzar en una desquiciada carrera armament铆stica. Una fiscalidad justa y verde puede financiar servicios p煤blicos dignos, una vida mejor para millones y un planeta habitable. Pero hoy, los ultrarricos y las grandes corporaciones contaminantes siguen evadiendo su responsabilidad mientras el planeta colapsa. Se calcula que entre el 10 y el 20 % de la riqueza mundial est谩 en los para铆sos fiscales. Concretamente en 2024, las 500 mayores fortunas de la UE ten铆an 2,4 billones de d贸lares en estas guaridas, a costa del bienestar de la ciudadan铆a. Impuestos evadidos que t煤 pagas y que van en detrimento de nuestro bienestar colectivo. Pero adem谩s, los ultrarricos, con sus estilos de vida insostenibles, y empresas contaminantes, est谩n a la cabeza del da帽o ambiental que todos pagamos. Un dato brutal: En un solo a帽o, los jets privados de los ultrarricos contaminaron lo mismo que una persona durante 300 a帽os. Sus yates, lo mismo que 860 a帽os. Y seguimos destinando el 8 % del PIB mundial a subvenciones a los combustibles f贸siles. ¿Tiene sentido?
Que los ultrarricos paguen impuestos justos
Hasta incluso algunos multimillonarios denuncian el absurdo de esta situaci贸n. Phil White, multimillonario y miembro de Patriotic Millionaires. “Quiero pagar impuestos. No quiero vivir en una mansi贸n mientras la mitad del mundo pasa fr铆o y hambre”. La propuesta es clara: apoyar una Convenci贸n Fiscal de la ONU, donde todos los pa铆ses puedan acordar impuestos globales justos, verdes y solidarios. Que quienes m谩s contaminan paguen. Y con ello financiar un futuro justo, seguro y sostenible.
En Sevilla se juega el futuro
En Sevilla, miles de personas estar谩n en las calles y en los pasillos de la conferencia llevando un mensaje com煤n:
“Las personas por encima de la avaricia.”
Porque queremos otra econom铆a. Porque sabemos que hay alternativas. Porque estamos organizadas, somos mayor铆a y no tenemos miedo. Sevilla puede ser el punto de inflexi贸n para poner fin al saqueo global y abrir paso a una econom铆a para la vida. ¿Te unes?