OPINI脫N
Eduardo Madro帽al Pedraza
“Cuando yo uso una palabra –insisti贸 Humpty Dumpty con un tono de voz m谩s bien desde帽oso- quiere decir lo que yo quiero que diga…, ni m谩s ni menos. La cuesti贸n es -insisti贸 Alicia- si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes. La cuesti贸n es –zanj贸 Humpty Dumpty- saber qui茅n es el que manda…, eso es todo.” (Lewis Carroll, Alicia a trav茅s del espejo)
El presidente estadounidense, Donald Trump, asegur贸 el pasado domingo -en plenos ataques israel铆es a Ir谩n- que “pronto habr谩 paz entre Israel e Ir谩n”. Y a帽adi贸: “Ir谩n e Israel llegar谩n a un acuerdo, igual que consegu铆 que lo hicieran India y Pakist谩n. ¡Pronto habr谩 paz entre Israel e Ir谩n!”. Y que no quede duda, a continuaci贸n, se atribuy贸 la consecuci贸n de la paz entre India y Pakist谩n; entre Serbia y Kosovo y entre Egipto y Etiop铆a. Y primero fue Rusia y Ucrania.
Trump est谩 tan envidioso de que Obama recibiera el Premio Nobel de la Paz en 2009 “por sus esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperaci贸n entre los pueblos” -a sabiendas de que durante el mandato de Obama no hubo ni un solo d铆a en que Estados Unidos no estuviera manteniendo alguna guerra o agresi贸n militar a lo largo y ancho del planeta- que lleva a Trump a considerar que tiene m谩s m茅ritos de “paz” que Obama para proponerse al Premio.
Si traspasamos el histrionismo de Trump y, a煤n m谩s, buceamos en el ocultado car谩cter hist茅rico de sus ataques a los pa铆ses y pueblos del mundo incluido el propio pueblo estadounidense, podremos encontrar -en el personaje Trump- el germen de la clase dominante yanqui que ahora, ha tenido que desarrollar un “nuevo” disfraz de paz para promover la guerra y tratar de detener -o retrasar- su ocaso.
Usar la guerra para imponer la paz injusta
Ahora Trump est谩 labrando -con la sangre de los pueblos del mundo- su tercer asalto al Premio Nobel de la Paz, con su dictadura mundial. Que obviamente sirve de perlas a una burgues铆a monopolista que tiene que esconder su sangrienta naturaleza de 煤nica superpotencia, en su ocaso, en la Tierra.
Los ejemplos m谩s dolorosos son el genocidio del Estado de Israel en Gaza -que se ejecuta con el absoluto apoyo determinante del gobierno de Estados Unidos- donde Trump promociona ya una Florida vacacional despu茅s de la limpieza 茅tnica de toda la poblaci贸n palestina. Trump no se mancha las manos, lo hace su esbirro Netanyahu.
En Ucrania, ha cambiado la correlaci贸n de fuerzas aplicando la ceguera informativa al gobierno de Zelenski ante los ataques a茅reos rusos, y reforzando al agresivo y criminal Putin. Igual ha hecho entre India y Pakist谩n; entre Serbia y Kosovo y entre Egipto y Etiop铆a. Y ahora entre Israel e Ir谩n, habr谩 “paz” una vez Israel haya vencido militarmente a Ir谩n.
¿Trump ser谩 otra vez el Humpty Dumpty de la “paz”?
El actual presidente de Estados Unidos ya intent贸 en dos ocasiones, durante su primer mandato presidencial, que le nominaran candidato al Premio Nobel de la Paz. Los m茅ritos “pacifistas” de Trump eran ya entonces muy destacados.
Ten铆a 200.000 militares distribuidos en 180 pa铆ses y territorios alrededor del mundo, hab铆a dado continuidad a las intervenciones armadas en Afganist谩n e Irak, hab铆a iniciado la guerra en Siria, adem谩s de mantener las de Yemen, Somalia, Libia y N铆ger.
Pero la gota que hab铆a desbordado la copa de la “paz” hab铆a sido su actuaci贸n en la Pen铆nsula Coreana. Con el “pac铆fico” m茅todo de amenazar con una guerra de alcance nuclear, con un provocador despliegue militar en Corea del Sur y Jap贸n, y con el creciente cerco militar a China, Trump se convirti贸 en el adalid de la “paz” en la regi贸n Asia Pac铆fico y, por a帽adidura, en el mundo.
En realidad, su agresiva actuaci贸n contra China, azuzando a todos los pa铆ses vecinos para generar conflictos fronterizos y de aguas territoriales, como India, Filipinas, Jap贸n, Corea del Sur, Indonesia, Malasia y Vietnam; e incluso, en plena pandemia, desplegando tres portaaviones en inesperadas maniobras militares por las aguas circundantes de China, y favoreciendo as铆 la extensi贸n del virus entre sus bases navales instaladas en varios de esos pa铆ses, alcanz贸 el cenit de la “paz”.
Eso s铆, con la ansiedad y la histeria Trump no hab铆a preparado bien al emisario, por lo que hubo gran confusi贸n en los medios de comunicaci贸n mundiales y no se supo a ciencia cierta qui茅n lo hab铆a propuesto, porque Washington se lo pidi贸 a Jap贸n, pero su primer ministro ni confirm贸 ni desminti贸.
Eduardo Madro帽al Pedraza