OPINIÓN
Carlos Luna Arvelo
Venezuela
Se termina junio y el fin del año escolar llega. A pocos días del cierre y a pocos días del primer año del Ministro Héctor Rodríguez en su repetición en Salas no luce nada favorable el resultado de gestión del exgobernador en el cargo.
![]() |
Héctor Rodríguez Castro |
Más allá de los datos estadísticos, gráficos y números que para efectos de propaganda serán muy buenos, la realidad de las escuelas, liceos y de la educación pública en general no luce nada alentadora.
La brutal desinversión estatal en materia de educación cada día causa mayores estragos; no solo en lo referente al tema de los casi nulos salarios de los trabajadores de la educación, sino en materia de infraestructura, de dotación y de Programas que otrora fueron punta de lanza en los progresos educativos, como el Programa Alimentario Escolar (PAE) por solo mencionar uno de tantos, que al día de hoy apenas existen nominalmente.
Mas desastroso no pudo haber sido el reordenamiento de la nómina ministerial que desde su inicio ha ejecutado el Ministro y su equipo que casi después de 1 año de iniciada no termina de finalizar y pocos dudan de que terminará como esas iniciativas que imponen quienes ejercen el cargo desde la comodidad del poder, en nada.
Si bien hace 10 años este mismo personaje propagandizo sobre la “calidad educativa”, invirtiendo ingentes cantidades de recursos que apenas incidieron en la campaña propagandística de lo “bueno de la educación pública”, al día de hoy se ha colocado sobre la mesa la evaluación de la educación y ya veremos como esto no será más de lo mismo, propaganda engañosa y exaltación de “bondades” que en la realidad la gente no aprecia.
Mientras la realidad de las escuelas, liceos e instituciones educativas cada día está más cuesta arriba, especialmente para quienes deben lidiar con el hacer educativo en las escuelas y liceos, los logros que hasta el 2012 se alcanzaron (porque sí que los hubo, a pesar de que muchos mezquinos los nieguen y traten de ignorarlos) brillan por su ausencia hoy y se desdibujan en campañas y propagandas que solo creen ilusos o beneficiarios del sistema que por conveniencia e intereses exaltan lo que hacen los jefes que desde arriba ordenan.
Ya veremos el balance y la celebración de logros educativos, cuando todos sabemos hoy que la educación que reciben los hijos del pueblo es deficiente, precaria, escasa y depende esencialmente de la pasión y empeño de maestros y personal que solo por vocación acuden a sus labores con la regularidad que la realidad les permite.
Claro la verdad es que esto afecta solo a la mayoría porque quienes tienen cierto poder adquisitivo envían a sus hijos a la educación privada, la cual presenta una realidad totalmente distinta a la de la educación pública. Cualquier parecido con la cuarta es mera coincidencia.
Carlos Luna Arvelo.