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Humano se hace, no se nace

OPINI脫N

Jorge Majfud

Cuando nace un ni帽o, lo que nace no es un humano: es un peque帽o, adorable animal con la capacidad de convertirse en humano, reconocido desde antes de nacer como humano por sus padres y por la sociedad. El amor de los padres no lo hace humano. Tambi茅n los lobos aman y protegen a sus cr铆as. Poco a poco se convertir谩 en un individuo, algo que no existe fuera de la sociedad, porque no existe un individuo sin sociedad.

No entrar茅 en consideraciones ontol贸gicas sobre qu茅 es un ser humano (“un b铆pedo implume”) para no complicar algo que puede ser entendido de una forma m谩s f谩cil. Consideramos algo por dem谩s obvio: el color amarillo de ese tigre que procede de su pantalla de tel茅fono, computadora o televisor no existe. Esto es extremadamente f谩cil de entender. Las pantallas s贸lo pueden emitir en un tubo de rayos cat贸dicos del siglo XX o en cada pixel de nuestro tiempo tres ondas visibles espec铆ficas: rojo, azul y verde. Ni una m谩s. Tampoco es necesario―bastante cost贸 el azul. El amarillo es s贸lo la combinaci贸n de rojo y verde con una misma intensidad.

Tampoco tenemos en nuestras retinas c茅lulas sensibles al amarillo. De los siete millones de conos que poseemos los humanoides, ninguno es sensible al amarillo. S贸lo detectan tres colores. ¿Parecen pocos? S铆, si consideramos que un peque帽o p谩jaro posee cinco tipos de conos, y pueden ver la luz ultravioleta. Pero los humanoides somos privilegiados al poseer una c茅lula retiniana m谩s que los jabal铆es y los ciervos, que s贸lo poseen dos y, por lo tanto, ven al tigre de color verde.

Entonces, ¿son los tigres verdes o amarillos? La afirmaci贸n tambi茅n parece una provocaci贸n in煤til, pero si decimos que los tigres son amarillos, estamos omitiendo dos cosas: uno, que son amarillos para los humanoides, pero verdes para otras especies. De hecho, que los tigres sean verdes es m谩s l贸gico, desde el punto de vista de la evoluci贸n a su favor (ya que mejora su camuflaje) y es una ventaja evolutiva de los humanos, ya que mejora la visibilidad del peligro en la selva. Es muy probable que a este simple detalle los humanos, o al menos los asi谩ticos, le deban su exitosa sobrevivencia. Por otro lado, como mencion茅 m谩s arriba, lo que significa “amarillo” en el tigre es un fen贸meno puramente mental que no existe en el mundo exterior. Es una ilusi贸n. Una ilusi贸n consistente, por lo cual no podemos decir exactamente qu茅 ven otros humanos cuando en un cruce con sem谩foro se enciende la luz roja, pero s铆 podemos decir que, sea lo que sea, es siempre lo mismo, por lo cual no hay accidentes si todos estamos atentos al cambio de color. (Los dalt贸nicos no pueden distinguir verde de rojo, pero saben que el rojo est谩 abajo.)

Est谩 de m谩s decir que lo mismo aplica a los olores. Los olores no existen fuera del cerebro de alg煤n animal. Una rosa emite qu铆micos. El olor no es una realidad sino un efecto neuronal. Nada m谩s. Pod铆amos seguir con los sonidos: Nocturna de Chopin, fuera del cerebro humano, es s贸lo una secuencia de vibraciones de mol茅culas de aire. Se convierten en “sonido” dentro del cerebro animal. A eso, debemos agregar el factor humano, es decir, el factor cultural: Nocturna, como cualquier otro sonido (un disparo de rev贸lver, por ejemplo), est谩 fuertemente ligada a una experiencia humana que, adem谩s de sonido, se convierte en significados y emociones.

Ahora, consideremos de la misma forma eso que llamamos ser humano y, m谩s espec铆ficamente, individuo. El individualismo es un dogma capitalista (uno de los m谩s destructivos de la historia), pero el individuo tambi茅n es una construcci贸n, aunque mucho m谩s universal. Est谩 centrada en la ilusi贸n de que un humanoide nace ser humano y todo su ser se concentra en un cuerpo humanoide, independiente, que vive asociado con otros para formar una sociedad y una cultura. El error radica en que el individuo es parte de una cultura y de una evoluci贸n hist贸rica de decenas de miles de a帽os. La cultura crea m谩s al individuo humano que el individuo humano crea cultura. Una cultura puede existir sin muchos individuos, siempre y cuando existan “individuos”, pero no viceversa.

Consideremos el caso de “el individuo”. Su condici贸n est谩 definida por una sociedad. Todo lo que desea, aspira, teme, rechaza, promueve; todas sus alegr铆as, tristezas, 茅xitos, fracasos est谩n definidas en relaci贸n a una sociedad, a lo que esa sociedad espera o no espera de 茅l, a lo que esa sociedad le provee o le impone. Consideremos una persona que naufraga y sobrevive nadando hacia una isla sin humanos. Esa persona podr谩 vivir por a帽os sin ver a un solo ser humano, pero la sociedad y la cultura que dej贸 (los otros) nunca la abandonar谩n. Todas sus emociones podr谩n cambiar, pero hasta el 煤ltimo momento de su vida, el mundo perdido estar谩 en ella, como una lengua materna y los recuerdos infantiles (“las ra铆ces son lo 煤ltimo que se seca”) permanecen hasta el 煤ltimo minuto de conciencia de un ser humano, ya sea que acepte o que rechace ese pasado, como nostalgia o como trauma. Es decir, seguir谩 siendo un individuo humano porque seguir谩 estando definido y condicionado por esa sociedad que perdi贸.

Ahora consideramos que esa mujer n谩ufraga, siete o nueve meses despu茅s no sobrevive a un parto, pero su hija s铆 porque, supongamos, es salvada del hambre por la leche de una loba, como afirma el mito fundacional de Roma―dejemos de lado que es probable que haya sido una confusi贸n ling眉铆stica, ya que en italiano y en lat铆n loba y prostituta (lupa-lupanar) es lo mismo.

Esa ni帽a no ser铆a un ser humano, aunque si alguien llegase a esa isla la identificar铆a como tal y la rescatar铆a de su supuesta desgracia inhumana. No ser铆a un ser humano sino una loba con cuerpo humanoide y con habilidades humanoides, como la de articular un lenguaje verbal que nunca desarrollar谩. Ser铆a una loba experta en la caza de conejos que por las noches aullar铆a llamando a un lobo macho de su clan o de un clan ajeno. Si no lo hiciera, de todas formas, no se representar铆a como un individuo humano, sino como una loba diferente.

De la misma forma que los reci茅n nacidos, los proto humanos (humanoides) tienen derechos humanos que todos defendemos, es posible que la sensibilidad de los seres humanos un d铆a extiendan esos derechos al resto de los no humanos, de la misma forma que hace algunos siglos se dej贸 de considerar un grupo de humanos como elegidos por sus dioses y con derechos especiales sobre las vidas ajenas y se universaliz贸 la idea de la igualdad ―la igualdad de derechos, lo que incluye el derecho a ser diferente.

Claro, nada de esa evoluci贸n evita que hoy existan cavern铆colas que se burlan de ideas como que los humanos no existen, como el color amarillo o el olor de una rosa o Nocturna de Chopin, pero est谩n seguros de que son seres humanos reales y con derechos especiales sobre el resto de la Humanidad.


 jorge majfud, junio 2025





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