Ir al contenido principal

No por casualidad

OPINIÓN

Jorge Majfud


Creo que comparto con muchos la angustia y la sensación de estar a la merced de psicópatas dirigiendo un manicomio global y sin otra salida que las armas más poderosas que ha inventado la especie humana. Una vez más en la historia, la legalidad internacional se vuelve a mostrar como una formalidad que, como las leyes civiles, están escritas por los de arriba para que las cumplan los de abajo.




La ONU la fundaron básicamente los países latinoamericanos y fue con el propósito de que las atrocidades internacionales no se repitiesen “nunca más”. Hoy apenas tiene un valor simbólico, o casi. No hay organismo internacional ni corte de pena internacional que evite las atrocidades cometidas por los ponderosas del mundo, para quienes no hay leyes que los detenga.

Si fuese por la mayoría del mundo, no creo que hubiese una sola guerra en curso a esta altura. No creo ser ingenuo. Aun aceptando que los humanos somos seres entre el bien y el mal, la particularidad natural consiste en que los poderosos hoy son una evidencia del puro mal destilado por su maniático egoísmo individual y de clase. Si en cada país se eligiesen presidentes al azar en una lotería nacional entre todos los ciudadanos, y aun teniendo la mala suerte de que cada tanto gane un psicópata o un ignorante total, creo que sería imposible alcanzar estos niveles de insensatez, miedo, pobreza, violencia, destrucción y muerte a escalas industriales cuando en realidad la humanidad tiene todos los medios materiales para vivir en paz y sin un solo niño sufriendo de hambre, violencia o de alguna enfermedad prevenible.

En 1997, en Pemba, Mozambique, escribí un libro de ensayos que publiqué un años después en Montevideo con el título "Crítica de la pasión pura. Reflexiones sobre los habitantes de Gea". Uno de los párrafos reflexionaba:

326, NATURALEZA. No es por casualidad que la mayoría de los jugadores de basquetbol sean hombres altos, ni que la mayoría de los travestís sean homosexuales. Tampoco es casualidad de que la mayor parte de aquellos que ostentan el poder sea gente ambiciosa. Es decir, no es casualidad que el mundo esté gobernado por gente que no debería gobernarlo.




ARCHIVOS

Mostrar más


OTRA INFORMACIÓN ES POSIBLE

Información internacional, derechos humanos, cultura, minorías, mujer, infancia, ecología, ciencia y comunicación

El Mercurio (elmercuriodigital.es), editado por mercurioPress/El Mercurio de España bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra información es posible