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Que dios castigue a los genocidas de la Franja de Gaza. Yo los maldigo

OPINI脫N 

Juan de Dios Ram铆rez-Heredia Montoya

 

Perd贸nenme mis amigos y los lectores que se hayan querido asomar al contenido de estas letras por el testimonio de dolor e indignaci贸n que siento a la hora de dar testimonio de mis sentimientos.

     Cada d铆a cuando sentado en el sof谩 de mi casa miro atentamente la televisi贸n para conocer las 煤ltimas noticias que con tanta persistencia nos ofrece la corrompida actividad pol铆tica del pa铆s, hay un momento en que pierdo los estribos y sin poderlo evitar increpo de viva voz a los soldados israel铆es que, con sus armas asesinas, est谩n causando tanto dolor injustificado a miles y miles de seres inocentes.

      Muchas veces hemos oido decir en la Facultad de Periodismo que “una imagen vale m谩s que un millar de palabras”. Pero eso era antes. Cuando la televisi贸n no exist铆a. Hoy en d铆a no es necesario contemplar fotograf铆as para ver decenas de cad谩veres de ancianos, hombres. mujeres y ni帽os inocentes llenando las destruidas calles de Gaza, porque las bombas asesinas han ca铆do, como una maldici贸n enviada por el mismo Demonio, sobre edificios que eran hogares de familias inocentes.

 

Pero hay algo infinitamente peor

     O al menos a m铆 as铆 me lo parece. ¿C贸mo se puede dejar morir de hambre a ni帽os indefensos cuando sus padres son vilmente asesinados cuando se acercan a los camiones que transportan la comida?

     Les ruego que me crean y me disculpen. Son im谩genes que me soliviantan y me hacen llorar. Y lloro no porque ahora soy viejo y los viejos somos m谩s vulnerables. Lloro porque todav铆a est谩n vivas en el recuerdo de mi primera infancia, los esfuerzos de mi joven madre viuda por “sacarle los ojos al lucero del alba” para darle de comer a sus hijos-

     Llegado a este punto ya deber铆a dejar de escribir. Pero no puedo porque quiero que mi rabia y mi indignaci贸n se unan al de tantas personas honradas y sensibles que no pueden contemplar sin que se les rompa el alma, que los ni帽os de amontonen, con un plato o un cazo en la mano, para que alguien les eche en ellos un poco de comida. Y que mientras suplican por algo que llevarse a la boca los soldados les disparan mat谩ndolos miserablemente.

 

Y, por favor, no me acusen de ofrecer falsas im谩genes

     Fue ayer, 28 de junio cuando vi por televisi贸n a padres y madres desesperados, sacando con sus manos la tierra que hab铆a dejado sepultados a sus hijos por causa de una bomba mientras se amontonaban esperando conseguir algo de comida.

     No les voy a agobiar con datos. Los tienen a su alcance en Internet, en las televisiones y en las redes sociales. Hasta el 25 de junio hab铆an muerto en la Franja m谩s de 58.000 personas. Una serie de estudios acad茅micos han estimado que el 80 % de los palestinos muertos son civiles, entre ellos al menos 17 400 ni帽os y m谩s de 10 000 mujeres (en torno al 72 %), a los que se suman m谩s de 131 848 heridos (incluidos 8.663 ni帽os y 19 000 mujeres) y m谩s de 14 400 desaparecidos.

 

Hay cosas en la vida que no se pueden entender

     Yo mismo en dedicado buena parte de mi vida en defender al Pueblo Jud铆o que junto al Pueblo Gitano, fueron los mayormente sacrificados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Por eso me es imposible entender que sus dirigentes est茅n haciendo con los palestinos lo mismo que antes los nazis hicieron contra ellos.

     No les negar茅 su derecho a defenderse de los ataques que reciben tanto de Hezbol谩,  (que significa Partido de Dios) como de Ham谩s, (que significa fervor), pero eso no les autoriza a cometer el mismo genocidio que antes cometieron contra ellos los miserables racistas.

 

Juan de Dios Ram铆rez-Heredia Montoya
Abogado y periodista





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