OPINIÓN
Partido Socialismo y Libertad
El domingo 25 de mayo se llevaron a cabo las elecciones legislativas y regionales en nuestro país. El gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y sus aliados, según el Consejo Nacional Electoral (CNE), habrían obtenido 4.553.484 votos, el 82,6% del padrón electoral, mientras que los partidos de los distintos sectores de la oposición patronal obtuvieron un 17,3%, discriminados de la siguiente forma: Alianza Democrática obtuvo 344.422 (6,25%); la alianza Un Nuevo Tiempo y Única, encabezada por Manuel Rosales y Henrique Capriles, 285.501 votos (5,18 %) y Fuerza Vecinal sacó 141.566 votos (2,57%). El CNE informó que la abstención habría sido de un 57,4% del total de votantes.
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PSL: Solo resta luchar por un plan obrero y popular y libertades democráticas |
El Psuv logró la mayoría de los diputados a la Asamblea Nacional. La Alianza Democrática obtuvo 3 diputados (Timoteo Zambrano, Bernabé Gutiérrez y Alfonso Enrique Campos). UNT-Única, se acreditó otros 3 diputados, a saber, Henrique Capriles, Stalin González y Luis Emilio Rondón. El gobierno ganó 23 gobernaciones de un total de 24, incluyendo la de la Guayana Esequiba. Recuperó las gobernaciones de Zulia, Nueva Esparta y Barinas, mientras que la oposición burguesa conservó la del estado Cojedes.
Alta abstención: signo de descontento
Lo más resaltante de estas elecciones es la altísima abstención. El CNE las ubicó en poco menos del 58%, lo cierto es que las imágenes que se hicieron virales en las redes sociales, pusieron en evidencia la ausencia alarmante de votantes en todos los centros de votación a lo largo del país.
De acuerdo a algunas encuestas, la abstención extraoficialmente habría rondado el 80%, incluso hasta un 85%. Si el propio gobierno habla de una participación que no llegó al 43%, seguramente la abstención fue mucho mayor. Ya en las semanas previas a las elecciones el desinterés de la población era manifiesto, y contrastaba con la gran disposición a votar que se hizo patente en los días previos a las elecciones presidenciales del mes de julio del pasado año.
María Corina Machado y sus simpatizantes quieren atribuirse un supuesto triunfo con la alta abstención. Quieren hacer creer que ésta fue producto de su llamado a no votar. En rigor, la alta abstención fue expresión del hartazgo y el genuino descontento que anida en el seno del pueblo. Fue una manifestación de repudio al gobierno, y de descreimiento en el sistema electoral. La gente no votó porque alguien le haya dicho que no lo hiciera, simplemente porque no percibe que a través de la vía electoral haya posibilidades de algún cambio en la situación política y social del país.
Después del fraude escandaloso ejecutado por el gobierno en las elecciones presidenciales del año pasado, se hizo evidente para millones de personas que hay pocas posibilidades de derrotar en las urnas electorales al gobierno. Pero, además, tampoco se identifica con los candidatos de la oposición patronal que participaron en las elecciones, después de haber llegado a acuerdos con el gobierno, tal como fue el caso de Henrique Capriles, quien negoció su habilitación a cambio de participar en las elecciones sin hacer demasiadas críticas.
La oposición patronal encabezada por María Corina Machado y sus aliados, sembraron falsas expectativas en las pasadas elecciones del 28 julio de 2024. En un proceso que desde que fue convocado estaba lleno de irregularidades, ventajismo, inhabilitaciones, robo de tarjetas y una gran represión y persecución.
Esta oposición desmovilizó el descontento que se expresó al día siguiente de las elecciones, lo cual resultó conveniente para el gobierno dictatorial de Maduro. En aquellas elecciones el fraude fue descarado, y para las recién realizadas, persistían las mismas condiciones antidemocráticas agravadas por los efectos de la brutal represión post 28J.
Efectivamente, como incluso dijimos en nuestra declaración previa a las elecciones, estos comicios se iban a realizar en medio de condiciones adversas, con unas 900 personas detenidas por razones políticas y otras 10 mil con medidas cautelares; partidos ilegalizados o intervenidos por el Tribunal Supremo de Justicia, otros con solicitudes del nombre sin tramitar; dirigentes políticos en el exilio o inhabilitados. Incluso en los días previos a las elecciones, se produjo una nueva razzia represiva del gobierno, la cual se saldó con la detención de unas 70 personas. Todo con el trasfondo de un uso abusivo de los recursos del Estado por parte del partido de gobierno.
De esta forma el gobierno consuma un nuevo fraude, controlando todos los instrumentos del régimen político, con el objetivo de mantenerse contra viento y marea en el poder.
Solo resta luchar por un plan obrero y popular y libertades democráticas
Desde el partido Socialismo y Libertad decimos que solo con la lucha, con la movilización unitaria y masiva, podremos recuperar las libertades democráticas conculcadas; lograr elecciones libres y trasparentes; conquistar la libertad de las y los presos políticos y derrotar el plan de ajuste que aplica Maduro en acuerdo con el empresariado.
Solo con nuestra movilización independiente del gobierno y la oposición patronal en todas sus variantes, podremos imponer un plan obrero y popular de emergencia para darle respuesta todos los graves males que aquejan al pueblo trabajador.
Partido Socialismo y Libertad (Sección venezolana de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI)