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Acto informativo a las puertas de una cárcel llamada Bioparc

OPINIÓN

Diego Nevado Martínez




Activistas del colectivo antiespecista Dénia Animal Save realizamos el sábado junto a We The Free Valencia una protesta frente al Bioparc para rechazar la realidad de los zoológicos y promover la liberación animal. 

Durante el acto se denunció la situación de los animales confinados en zoológicos como Bioparc, vinculando esta situación con el especismo. 

Si consideramos la función educativa, los zoológicos no tienen encaje ni desde el punto de vista pedagógico ni desde el punto de vista ético. Pese a ello, desde los propios centros educativos organizan incluso visitas tanto a zoológicos como a acuarios.




Además, estos lugares reciben grandes cantidades de dinero público, siendo la única finalidad hacer caja, especialmente con campañas de lavado de imagen.

"La calificación como 'Bioparc' intenta disfrazar lo que es un zoo tradicional, es decir, un centro de cautiverio en el que los animales están confinados para servir de entretenimiento a visitantes, lucrándose, de paso, con el precio de las entradas. No es cierto que los animales estén bien atendidos en esos lugares porque es imposible reproducir la complejidad de un ecosistema y de las interacciones intra e interespecíficas que ocurren en la naturaleza", ha explicado Rosa Más, bióloga.

"Por el contrario, los animales ven limitados su movilidad y su comportamiento y vulnerados sus intereses que en ningún caso incluyen formar parte de un espectáculo. Se pretende justificar su existencia mediante presuntos programas de conservación que, o bien constituyen una mínima parte de la actividad del zoo y de los que no se conocen resultados, o son, directamente, inexistentes", explica Más.

"La cautividad no es la manera adecuada de conocer a otras especies; además, en el caso particular de la infancia, se da el mensaje de que es correcto usar a los demás animales según un criterio supremacista que ignora totalmente sus necesidades. El modo adecuado de aprender aspectos del comportamiento animal es visionar documentales hechos con foto trampeo, sin causar molestias o interferencias, desde el respeto que merecen y la obligación de respetar sus hogares", zanja la bióloga.


LAS MENTIRAS DE LOS ZOOLÓGICOS


Los zoológicos son centros de explotación animal. A menudo se los llama «cárceles» en un sentido metafórico o expresivo; pero son más que eso. El argumento de que sirven para conservar especies animales es tanto falso como falaz. 

Nadie puede ser feliz viviendo entre cuatro paredes. Los animales poseen el interés inalienable de moverse libremente y de que sus acciones no sean coartadas por terceros. Debido al encierro, desarrollan zoocosis. Ninguna excusa como la «conservación de especies» puede cambiar este hecho evidente.

Los zoológicos son centros de explotación animal que retienen animales de por vida, los exhiben para obtener lucro y los desechan cuando ya lo valen para este propósito.

Tal como sucede con los circos, sólo se diferencian de una granja en que los animales no tienen una «fecha de caducidad» determinada desde el propio nacimiento y en que no tienen por qué ser cruzados sistemáticamente, aunque también ocurre. Los zoológicos ejecutan a crías y a aquellos animales que no les rentan o que carecen de sitio.

La mentalidad del ser humano para con los animales no ha cambiado desde hace siglos. Todavía se siguen alegando, desde entonces, las mismas falacias (conservación de especies, bienestar animal, cultura social, etc.) para justificar la cautividad, encierro, aislamiento y la separación de familias animales en centros que los exhiben como simples objetos y mercancías.

Como cualquier otra forma de explotación animal y lugar donde se practique, la mera existencia de los zoológicos vulnera los intereses inalienables de las víctimas que allí se encuentren.

Ningún animal desea verse separado de sus familias, privado de libertad, manipulado ni coaccionado de ninguna forma. Los zoológicos, por definición, implican separación, manipulación y coacción; pues ningún animal, voluntariamente, se deja separar, manipular ni coaccionar.

Los zoológicos aplican medidas de contención para evitar que los animales se escapen. Los animales se escapan, precisamente, porque no les gusta estar encerrados. 


AMPLIACIÓN DEL BIOPARC 


Rain Forest la empresa concesionaria de Bioparc València, ha presentado a la alcaldesa, Mª José Catalá, sus nuevos planes de ampliación para los terrenos sin uso de la concesión, ubicada junto al Parque de Cabecera.

Una ampliación que pasa por la creación de tres nuevas áreas temáticas cuyo hilo conductor será la Ruta de la Seda. 

El alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, rechaza “seguir siendo la puerta de atrás del complejo” y “sufrir más olores, basura y tráfico pesado”, aunque las entidades convocantes afeamos que la situación de los animales utilizados como entretenimiento sea indiferente para el primer edil.

“Los zoológicos son empresas que solamente buscan ganar dinero a costa de los animales y siempre nos vamos a oponer a toda explotación animal como colectivo antiespecista porque todos los animales merecen y necesitan la misma protección”, ha explicado Laura Sánchez, portavoz de Dénia Animal Save.

Igualmente, las altas temperaturas derivadas de la crisis climática afectan a los animales confinados en el zoológico.

Desde las entidades buscamos combatir la desinformación para crear un mundo mejor para los animales, además del verdadero respeto a la naturaleza. 

Conocer a los animales no es conocer meramente su aspecto. Lo que les hace fascinantes es su comportamiento, cómo se interrelacionan con otros individuos, también de otras especies, cómo viven y cómo se expresan. Ser conscientes de la importancia de preservar los ecosistemas no pasa por visitar animales encerrados de por vida con un más o menos cuidado decorado de fondo.


"CONSERVACIÓN" DE ESPECIES 


Desde sectores proteccionistas (ecologistas), se oye la justificación de que los zoológicos sirven para conservar especies. Esto incurre en una falacia y una falsedad.

No existe ningún argumento válido para justificar la explotación animal sin incurrir en falacias dialécticas. El caso de los zoológicos no es una excepción. A menudo, se alega que cumplen un papel relevante para la «conservación de especies» (nótese que el término ya viene cargado de cosificación). Este argumento es doblemente falaz:

Este argumento parte desde la petición de principio de que es necesario, útil o justificable «conservar especies» en cautividad. A nosotros nos corresponde respetar sus vidas. Nada más.

Este argumento elude la evidencia moderna de que, mientras muchas especies en peligro de extinción se hallan en zoológicos, el ser humano sigue devastando sus hábitats naturales.

No es posible «conservar» a una especie animal que se ha quedado sin un hábitat en donde vivir. Un animal sin hábitat es un animal virtualmente extinto.

Obviamente, el argumento de la «conservación de especies», aparte de falaz, resulta una mera excusa con que obtener lucro mediante la absoluta privación y secuelas que implica sobre los animales encerrados.

Los zoológicos no tienen la función biológica, social o comercial de conservar especies. Su origen se remonta a la Época Colonial y son un anacronismo de cuando el ser humano occidental fue a tierras lejanas a estudiar, capturar y comerciar con animales y humanos (ambos esclavos entonces).

Hace apenas unos siglos había zoológicos humanos en las principales ciudades europeas. Y, para entonces, alguno de los argumentos esgrimidos era que éstos permitían que los aborígenes pudieran estar en taparrabos y mantener sus costumbres ahí dentro como en su «hábitat natural». ¿A qué nos recuerda esto?

Y, en segundo lugar, el argumento de conservar especies no justifica la explotación de ningún sujeto (humano o no humano). El concepto de «especie» es una abstracción. Las especies ni sienten ni padecen. Quienes existen son los individuos y sobre ellos debemos responder; pues son ellos quienes poseen intereses inalienables (vida, libertad e integridad).


TODO POR LA PASTA 


Los zoológicos son centros de explotación animal en que los animales cumplen un propósito estético con que la empresa de turno se beneficia. Un ejemplo de ello es este zoológico de Valencia, cuya empresa gestora obtuvo unos beneficios en 2023 de 1,5 millones de euros (más las incontables subvenciones públicas).

No existe ninguna diferencia ética con otros lugares en donde se explota a los animales. Al igual que en las granjas, los zoológicos no dudan en inseminar, marcar y asesinar animales cuando no les resulta rentable mantenerlos.

Los animales están injustamente confinados, y padecen enfermedades y trastornos (zoocosis) de los que somos culpables como sociedad. Los argumentos proteccionistas y bienestaristas, lejos de acabar con los zoológicos o mejorar las condiciones de los animales, sólo refuerzan el especismo que genera y deriva en las atrocidades que dichas organizaciones dicen combatir.

Los Derechos Animales parten desde el principio ético de igualdad para afirmar que no tenemos legitimidad para explotar a otros sujetos y que carece de sentido ético justificar para otros aquello que no querríamos para nosotros mismos.

Si queremos que los animales sean libres, debemos dejar de centrarnos en cómo los tratan y pasar a enfocarnos en que no tenemos legitimidad para regir las vidas de los animales. Los animales podrán recibir un reconocimiento universal de derechos cuando exista una masa social que deje de participar en su explotación.

Los animales sólo podrán recibir protección legal y estar protegidos frente al «maltrato animal» y otras acciones humanas si primero se les reconocen derechos legales. No basta con dejar de asistir a zoológicos, acuarios y análogos. Para ser justos debemos de abandonar la creencia de que seamos superiores a ellos y respetarlos. 

Aquí no hablo solamente del entretenimiento, pues también es necesario dejar de utilizar a los animales en alimentación, vestimenta, experimentos u otros fines.

El especismo es la discriminación de animales no humanos basada en su especie, considerando a los humanos superiores y justificando su uso para beneficio humano. 

¿De verdad te gustaría estar en la piel de cualquier animal explotado por los crueles humanos? 

Además, todo el mal que hacemos nos está viniendo devuelto con catástrofes y temperaturas cada vez más extremas, pero parece ser que mucha gente no está dispuesta a despertar.

En definitiva, tanto los zoológicos como acuarios son prisiones y lugares terroríficos para los animales, al igual que todo sitio donde sean utilizados para beneficio humano.

Además, aprovecharse de la inocencia de la infancia es un alma poderosa para seguir creando un mundo cada vez más insoportable y egoísta. 

Las niñas y niños nacen sin maldad, pero el ser humano normaliza que es el dueño de todo y que cualquier acto que realice estará justificado, aunque perjudique a los demás. De hecho, la mayoría de  personas que acuden a estos espantosos lugares lo hacen con niñ@s a los que les encanta ir para ver a los animales, pero desconociendo su angustiosa situación.

Dejar de explotar a los animales y crear un mundo cada vez más respetuoso mediante el antiespecismo es un deber moral y tremendamente urgente. 

Sé consciente de la importancia de este artículo que has leído y empieza a cambiar tus hábitos antes de que sea demasiado tarde. 

Seguiremos realizando actos con el objetivo de que cada persona tome individualmente conciencia de que los animales son seres únicos con sus propios intereses y características.






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