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La infancia, la herida y la palabra

Cien a帽os de Ana Mar铆a Matute

Por Almudena Orellana. Madrid. EFE

Este 26 de julio se cumple un siglo del nacimiento de Ana Mar铆a Matute (Barcelona, 1925), una de las grandes narradoras de la literatura espa帽ola del siglo XX, que trascendi贸 durante generaciones hasta llegar a nuestros d铆as con la misma vigencia y relevancia que hace un siglo.

Foto de archivo de la escritora Ana Mar铆a Matute firmando ejemplares de sus obras en una biblioteca de Sitges, Barcelona, en 1971. EFE


M谩s all谩 de sus numerosos premios y reconocimientos —como el sill贸n ‘K’ en la Real Academia Espa帽ola (RAE) que hab铆a ocupado Carmen Conde, el Premio Planeta en 1954, el Nadal en 1959, o el Premio Cervantes en 2010—, la autora destac贸 por su lucha contra la desigualdad, la opresi贸n, la injusticia y la incomprensi贸n a trav茅s de sus personajes, demostrando una gran sensibilidad y una capacidad anal铆tica fundamental para el buen uso de la palabra.

“Estaba oscuro all铆, no se ve铆an los ojos siquiera, pero notaban sus vidas pegadas, aferradas, latiendo una contra otra. «No te marches nunca. De ahora en adelante, todo nos pertenece, aunque no tengamos nada. Seremos libres, mira tus manos vac铆as (...)»”, fragmento de Luci茅rnagas (Matute, BlackList, ed. 2010).

Y es que la autora, que creci贸 en una Espa帽a fracturada y transit贸 por escenarios tan duros como el de la Guerra Civil o la Dictadura, escribi贸 desde la herida y contra el silencio, sin olvidar nunca la mirada inocente y resiliente de la ni帽ez, lejos de posicionamientos y contiendas.

"La posguerra fue algo peor que la guerra misma- Cay贸 un tel贸n de mediocridad siniestra, donde todo era gris, amorfo, sin luz ni color. Una vida nueva en la que no pasaba nada. En realidad pasaba, y mucho, era una farsa. Todo estaba prohibido.", fragmento de entrevista a Ana Mar铆a Matute, publicada de manera p贸stuma en 2014 (Rtve, 2011).

Precisamente, su propia infancia se convertir铆a en la incre铆ble materia literaria de buena parte de sus obras, muchas de las cuales ser铆an censuradas durante el franquismo, como Los hijos muertos o Luci茅rnagas.

La ‘voz’ sensible que dio vida a la realidad m谩s cruda

Matute fue una mujer consciente del poder de su libertad en un mundo donde 茅sta no estaba permitida, especialmente para las mujeres, y por ello su obra est谩 llena de ni帽as libres, sensibles e inteligentes como Paulina, o de mujeres invisibilizadas como Matia, de Primera Memoria.

Pero tambi茅n de personas hu茅rfanas o atormentadas por los dramas familiares o la guerra, porque, como a menudo explicaba, "en la gran literatura se entra con dolor". Sin embargo, nunca son m谩rtires, pues profundiz贸 en las miserias humanas m谩s cotidianas y tristes de la vida sin ning煤n tipo de condescendencia, solo desde esa realidad inc贸moda que a veces olvida a los m谩s vulnerables.

Por eso la infancia es tan recurrente en la literatura de esta autora, porque es la inocencia de los ni帽os la que permite poner al lector frente a las injusticias de una forma objetiva y sin edulcorantes. Esa infancia llena de ilusi贸n y de capacidad de inventiva, capaz de ver el reflejo de Aranmanoth (Matute, 2000) entre las aguas, moverse al unicornio de Para铆so Inhabitado (Matute, 2008), o ver la silueta de las paredes de la casa en Los Abel (Matute, 1948).

"Cualquier ni帽o hubiera pintado la casa. Era cuadrada, simple, con ventanas sim茅tricas y un largo balc贸n de hierro que cruzaba de lado a lado la fachada. Pero nadie sabr谩 de ella sin haber sido ni帽o dentro, cerca de sus muros o sus 谩rboles. Nadie sabr谩 de ella sin haber corrido con diez a帽os sobre la hierba de su prado”, escribi贸 la autora en su libro Los Abel (1948).

Una inocencia, la que tienen todas las ni帽as y ni帽os y con la que observan el mundo, que le permiti贸 desvelar la hipocres铆a de los adultos ("los Gigantes"), las cicatrices de la guerra, o la desigualdad de las almas m谩s vulnerables.

La sensibilidad como forma de ver el mundo y resistir

Uno de los rasgos m谩s inconfundibles de la narrativa de Ana Mar铆a es su sensibilidad y ternura, dispuesta a ver en todo momento la realidad del ser humano sin estereotipos ni sentimentalismos. Por eso narr贸 la tristeza siempre desde el m谩s absoluto respeto, aunque consciente de la necesidad de hacerlo, siendo una de sus se帽as inequ铆vocas de identidad.

La autora crey贸 que no hab铆a que endulzar las historias a los m谩s peque帽os, pues deb铆an crecer siendo conscientes de cuanto sucede a su alrededor, como plasm贸 en cuentos –por el que ser铆a incluso criticada– como El verdadero final de la Bella Durmiente u Olvidado Rey Gud煤, en el que quiso reinventar los tradicionales cuentos de hadas desde una 茅pica femenina y fuerte.

Ana Mar铆a Matute

Foto de Matute en un coloquio celebrado en la Escuela Oficial de Periodismo tras su Premio Planeta por "Peque帽o teatro". Madrid, 15 de octubre de 1954. EFE/MANUEL IGLESIAS.

Consideraba, con respecto a la infancia, que "no hay que decirles am茅n a todo y que al final Caperucita se hace amiga del lobo", y por eso no hay que dulcificar tampoco la literatura, porque la vida tiene cosas "buenas, malas y tremendas".

Que los libros "est茅n destinados a los ni帽os no quiere decir que los cuentos tengan que ser blandos. Los ni帽os tienen que saber desde el principio que la vida hay que gan谩rsela", se帽al贸 la autora en una entrevista a EFE el 10 de abril de 2013.

Con Los ni帽os tontos, uno de sus libros censurados por el franquismo, Matute ofreci贸 otro ejemplo de relato valiente y lleno de dolor, con ni帽os abandonados a su suerte e incomprendidos por los adultos, pero capaces de resistir a pesar de los obst谩culos, gracias, sobre todo, al poder de su imaginaci贸n. Y es que, como dijo en el discurso de apertura que dio la autora tras recibir el Premio Cervantes en 2010, "el que no inventa, no vive'".

Una mujer en lucha contra el machismo y la opresi贸n

Matute tambi茅n dio voz al silencio y al dolor de las mujeres a trav茅s de personajes que, como ella misma, experimentaron las dificultades de ser mujer en tiempos muy grises, en los que parec铆a imposible escapar de la opresi贸n y de las convenciones sociales, empe帽adas en menospreciar la val铆a de las mismas y anular su opini贸n.

Algo que la autora sufrir铆a particularmente tras el divorcio que puso fin a su matrimonio con Ram贸n Eugenio de Goicoechea (1952-1962), el cual le arrebatar铆a la custodia de su 煤nico hijo, Juan Pablo, en 1963. Y es que las leyes franquistas otorgaban autom谩ticamente ese derecho al padre, lo que convertir铆a aquel momento en el m谩s duro de su vida.

"Existe una fotograf铆a, bell铆sima, tomada cuando el ni帽o debe tener unos cuatro a帽os. La madre est谩 escribiendo a m谩quina, con Juan Pablo sentado en la falda. Guap铆simos los dos y trist铆simos. (...). Matute, en aquellos a帽os, me parec铆a la viva imagen de la desolaci贸n y el desamparo", palabras de Esther Tusquets en el pr贸logo de Luci茅rnagas (Matute, edit. BlackList, 2010).

Coment贸 la autora en m谩s de una ocasi贸n que no quedar铆an ah铆 los intentos de su exmarido de silenciarla, con acciones aparentemente m谩s ‘livianas’ pero igual de dolorosas, como vender su m谩quina de escribir, promover la censura de sus obras o tratar de frenar su carrera.

“Ram贸n Eugenio puede resultar de lo m谩s divertido y hasta simp谩tico, pero tiene los rasgos de la m谩s genuina picaresca, y arrastra a Ana Mar铆a (...) a una existencia precaria e inc贸moda, con permanentes problemas econ贸micos y situaciones que pueden calificarse de siniestras” (Tusquets, Luci茅rnagas, BlackList, 2010).

Sin embargo, a pesar de las barreras, y al igual que muchos de sus personajes, la resiliencia de Matute hizo que, a帽os despu茅s, lograse recuperar a su hijo, y sigui贸 publicando sus obras.

El legado de una autora que cumple cien a帽os y sigue vivo

Son muchos los eventos en torno al centenario de Ana Mar铆a Matute que se llevan sucediendo desde inicios de 2025, m谩s los pr贸ximos que tendr谩n lugar en estos d铆as cercanos a la fecha de su cumplea帽os, el 26 de julio.

Todos pensados para homenajear a una autora inolvidable y demostrar que sigue viva en cada p谩gina, as铆 como para aproximar a los m谩s j贸venes a su literatura, compuesta por m谩s de quince novelas y una veintena de colecciones de cuentos. Y es que, "lo que se vivi贸 de ni帽o es algo que no se separa nunca de ti", y por ello la autora no deber铆a faltar en la infancia y la vida de nadie.

cien a帽os de ana mar铆a matute

Foto de archivo de Ana Mar铆a Matute, recibiendo homenaje de unos alumnos de infantil y primaria en en Dos Hermanas, Sevilla, el 26 de mayo de 2011. EFE/Juan Ferreras.

Cien a帽os despu茅s del nacimiento de la gran escritora -una de las mejores novelistas de posguerra y de todos los tiempos-, su legado sigue vivo, dando color a todos los grises.

«Quisiera que mis libros duraran, porque yo estoy en mis libros, y si alguien me ha querido y me recuerda, y me quiere volver a encontrar, estoy en todos mis libros, en los peores y en los mejores», dijo Ana Mar铆a Matute (Rtve, 煤ltima entrevista, 2011).





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