Por Mauricio Casta帽o H
Historiador
Colombiakr铆tica
Se Nace Mortal
Todo ser viviente es nacido mortal. Quiz谩s la consciencia de vida viene de la posibilidad de dar muerte y as铆, lo m谩s seguro, esquivarla. Los enterramientos, las tumbas y las flores que ofrecen respeto a los muertos son prueba de saberse mortal y sobre todo el temor por lo desconocido que pueda ocurrir en un m谩s all谩, en la creencia de otra vida por fuera de la terrenal. Todo cuerpo vivo es un cuerpo compuesto por 贸rganos, constantemente amenazados por su pronta disoluci贸n, por una f谩cil corrupci贸n pero a la vez dotados de una disposici贸n contraria y opuesta a su deterioro. La vida interior, el medio interior se construye apuntalado desde el mundo exterior. (Georges Canguilhem, Vida).
Anexo a la vida est谩 la enfermedad, la vejez con su deterioro, hasta que la parca muerte adviene sorpresivamente. La vida constantemente se reafirma en sus defensas para combatir la enfermedad en su diversidad que amenaza a toda hora, en cada momento, nacer es empezar a morir en su desgaste constante, una d铆a de vida es un d铆a de muerte, la vida lleva inscrita la muerte, pulsi贸n de muerte, la cual combatimos en cada momento. Todo se lo lleva el tiempo, todo se corroe, todo es del gusano.
La vida son las fuerzas que contrarrestan a la muerte, sin hay vida, hay lucha, y si hay lucha hay resistencia. «Entre m谩s activa es la vida m谩s continuos son sus intercambios y sus metamorfosis (metamorfosis quiere decir m谩s all谩 de la forma). Y el momento indivisible de reposo absoluto, que se llama muerte completa, no es m谩s que el precursor de los movimientos nuevos de la putrefacci贸n. La muerte est谩 presente en la vida.» (Cuvier). La vida es el conjunto de funciones que resisten a la muerte, la sentencia es de Bichat. Vencer la enfermedad es lo propio de los remedios, las vacunas que enga帽an a los agentes malignos y de manera soterrada los destruyen, por ejemplo.
El Deseo de Metamorfosis
El miedo a la muerte echa mano de la metamorfosis. Quien no se ha sentido atra铆do por los deseos de inmortalidad. Y es en la metamorfosis que el hombre ha encontrado la manera de delegar, de transferir su vida a otras existencias, a otros cuerpos de formas diferentes. Pese a no identificarse, eso se cree, con cualidades de animales de especies diferentes a la propia, en el t贸tem se le asigna propiedades humanas a los animales: el jaguar, el tigre defensivo, ellos hablan, piensan. Igual pasa con las aves de rapi帽a, veloces que encarnan el esp铆ritu humano y vuelan a cielo abierto sin limitaciones de fronteras.
Se percibe all铆 un poder ilimitado del deseo, el animal en el cual el hombre desea metamorfosearse. Lo ilimitado del deseo es posible materializarse en la metamorfosis, el hombre se convierte ora en un tigre, ora en una 谩guila, ora en un pez veloz que surca la extensa y vasta mar, all铆 est谩 la realizaci贸n de un s煤per animal.
Nuestros sentidos nos informan, nos entregan el mundo circundante, nos hacen un reporte del mundo en el que estamos, pero no de manera neutra o ingenua, ellos doblan esa realidad seg煤n percepciones que nuestra cultura ha forjado, los sentidos, adem谩s de ser receptores, tambi茅n son productores de cualidades. Muy lejos est谩 el racionalista que desprecia los sentidos y la informaci贸n que ellos filtran, el puritanismo lo ha absorbido.
La muerte es la pr贸rroga final de la existencia particular de cada especie mutante, ella dar谩 espacio, lugar a otras que vienen despu茅s de nosotros. «La muerte (o su alusi贸n) hace preciosos y pat茅ticos a los hombres. Estos conmueven por su condici贸n de fantasmas; cada acto que ejecutan puede ser 煤ltimo; no hay rostro que no est茅 por desdibujarse como el rostro de un sue帽o. Todo entre los mortales tiene el valor de lo irrecuperable y de lo azaroso.» (Borges, El Aleph).