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Caso Montoro

OPINI脫N
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Dada la lamentable extensa casu铆stica de casos de corrupci贸n pol铆tica desde la instauraci贸n de la Democracia, se pod铆a llegar a pensar que ya lo hab铆amos visto todo en ese aspecto. La tipolog铆a m谩s utilizada por unos y otros ha sido la de la mordida y el cobro de comisiones en las adjudicaciones fraudulentas o no (mayormente lo primero) de obras p煤blicas a empresas. En dicha modalidad de corrupci贸n pol铆tica, el cobro de mordidas o comisiones y en las propias adjudicaciones de obras p煤blicas han transitado desde las m谩s chapuceras y burdas hasta las m谩s ingeniosas y sofisticadas.

Sin embargo, en este universo delictivo de la corrupci贸n, el caso Montoro se lleva la palma por su sofisticaci贸n y trascendencia. La investigaci贸n revela una red de influencia il铆cita que favoreci贸 a empresas, gasistas entre otras energ茅ticas y de juego online, mediante modificaciones legislativas, supuestamente a cambio de pagos millonarios, con comisiones por valor de hasta 50 millones de euros y beneficios fiscales estimados en 2.200 millones solo en 2012.

Montoro y 27 altos cargos del Ministerio de Hacienda han sido imputados por presunto fraude, cohecho, prevaricaci贸n y tr谩fico de influencias, vinculados a la consultora Equipo Econ贸mico, que 茅l fund贸 y dirigi贸. La trama recuerda el funcionamiento de la “Kitchen pol铆tica”, pero aplicada en el 谩mbito fiscal: uso del estado como herramienta para castigar opositores y proteger pol铆tica y fiscalmente a aliados.

Sin embargo, para evaluar la dimensi贸n del caso, no solo es necesario evaluar lo estrictamente delictivo. Hay una consecuencia muy evidente y esta viene de las manos de los medios de comunicaci贸n y la cobertura que vienen haciendo del caso.

Usuarios en X (antes Twitter) y P煤blico denunciaron que peri贸dicos como ABC y La Raz贸n decidieron no incluir ninguna menci贸n al caso Montoro en sus portadas, lo que provoc贸 comentarios como “si no se habla de ello, no existe”. En El Mundo hubo algo m谩s de menci贸n, aunque en un lateral y sin espacio destacado. 

Entre el 16 y el 22 de julio, los informativos de Canal Sur Televisi贸n dedicaron apenas 9 minutos y 36 segundos al caso Montoro, frente a 181 minutos y 26 segundos sobre el caso Santos Cerd谩n. En su telediario del 17 de julio se limitaron a ofrecer solo 54 segundos de informaci贸n sobre Montoro, al final del programa. M谩s sorprende a煤n fue el caso de Tele Madrid que apenas hace menci贸n al caso. 

Lo de las televisiones p煤blicas auton贸micas gobernadas por el PP era de esperar, aunque no con tanto sesgo. Lo que deber铆a sorprender son los casos de los medios privados. La respuesta es muy evidente.

Hasta ahora pens谩bamos que estos medios privados con editorial a fines al PP, principalmente lo eran  como pago al mantenimiento de una publicaci贸n institucional desmedida, amen de algunas subvenciones, en sus p谩ginas de gobiernos auton贸micos y locales del PP. Las empresas que, previo pago a la asesora de Montoro, que se beneficiaban de las modificaciones legislativas ad hoc, son propietarias o son accionistas mayoritarias de los citados medios de comunicaci贸n. En modo alguno, iban a permitir que se le dieran la debida cobertura al caso de corrupci贸n pol铆tica m谩s transcendente de la historia democr谩tica del pa铆s, porque ir铆a contra sus propios intereses.  

El caso Montoro, sin entrar en el momento hist贸rico que se daba cuando se exig铆a a los ciudadanos austeridad y proced铆aba imponer toda clase de recortes sociales y salariales, representa uno de los mayores esc谩ndalos fiscales y pol铆ticos recientes en Espa帽a. Abarca desde la manipulaci贸n del Ministerio de Hacienda para favorecer empresas privadas, hasta la represi贸n de periodistas cr铆ticos por medio de inspecciones dirigidas por Montoro desde su cargo.  

Las consecuencias sobre la pol铆tica espa帽ola, la credibilidad del sistema fiscal y las reformas normativas son a煤n objeto de debate y evoluci贸n. La escasa y cuando no, sesgada cobertura medi谩tica de muchos medios de comunicaci贸n est谩 evidenciando que la profundidad del caso, sobrepasa lo mero delictivo circunstancial, para ser sist茅mico en el orden democr谩tico del pa铆s. En Espa帽a, desde hace mucho a帽os, el llamado cuarto poder, es una simple correa de transmisi贸n de otro poder econ贸mico y pol铆tico en la sombra.

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