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Medio millón de niños y niñas rohingya se enfrentan a la falta de ayuda y a la violencia 8 años después del inicio de la crisis

La malnutrición ha aumentado un 27%: las familias sobreviven con menos de 1000 calorías al día

Una generación está creciendo sin educación, sin trabajo y sin esperanza, lo que empuja a las familias a tomar decisiones desesperadas, como el matrimonio precoz y la migración insegura

La respuesta ecológica de World Vision en los campamentos rohingya transforma más de 2.200 toneladas de residuos mensuales en recursos

World Vision



Madrid, 25 de agosto de 2025: El mayor asentamiento de personas refugiadas del mundo se enfrenta a una crisis humanitaria, con un grave recorte de fondos, agravado por una nueva afluencia de personas que huyen de la violencia y el hambre, lo que ha llevado la respuesta humanitaria al límite.
World Vision y otras organizaciones humanitarias sobre el terreno informan de que una nueva ola de violencia en Myanmar ha obligado a unas 160.000 personas más a entrar en los campamentos desde finales de 2024, lo que ha desbordado un sistema ya de por sí saturado. En medio de conflictos, fenómenos climáticos extremos y crisis económicas, más de 1,1 millones de personas, entre ellas unos 500.000 niños y niñas, viven en condiciones desesperadas en asentamientos y se enfrentan a una grave escasez de alimentos, agua potable y refugio, así como a un riesgo cada vez mayor de enfermedades y explotación. La crisis es consecuencia directa de la grave escasez de fondos; el Plan de Respuesta Conjunta solo ha recibido el 36% de su objetivo de 934 millones de dólares, lo que ha obligado a las agencias de ayuda a reducir los servicios vitales para los residentes más jóvenes de los campamentos.
“Durante los ocho años transcurridos desde que huyeron de Myanmar, los rohingya de Cox's Bazar han demostrado una notable capacidad de resistencia ante dificultades inimaginables. Hoy en día, una peligrosa convergencia de violencia creciente, recortes críticos en la ayuda y hambre cada vez más grave amenaza con extinguir las últimas chispas de esperanza de más de medio millón de niños y niñas. Su prolongado sufrimiento exige un apoyo internacional urgente y sostenido”, afirma Suresh Bartlett, director de World Vision en Bangladesh.
Ocho años después del inicio de la crisis rohingya, la respuesta de World Vision a la crisis en Bangladesh ha prestado apoyo a más de 416.000 personas, entre ellas 246.000 niños y niñas, en 19 localidades, proporcionando asistencia integrada en materia de seguridad alimentaria, salud, educación, protección y medios de vida para restaurar la dignidad y fomentar la resiliencia a largo plazo.
Las necesidades son abrumadoras, pero World Vision, junto con sus socios, está trabajando con las personas refugiadas y las comunidades de acogida para intensificar las acciones locales y las soluciones diseñadas para construir un futuro más esperanzador.
Mofizur Rahman, subdirector de respuesta de World Vision a la crisis en Bangladesh afirma: “A pesar de los retos, la resiliencia de la comunidad rohingya es realmente inspiradora. Nuestras iniciativas de economía circular no solo se limitan al procesamiento de residuos, sino que crean empleos verdes, proporcionan recursos vitales como agua potable y restauran la dignidad. Estas innovaciones muestran lo que es posible, pero requieren una inversión significativa para ampliar su alcance y evitar realmente una catástrofe a gran escala”.
La respuesta humanitaria ecológica de World Vision en los campamentos rohingya está transformando más de 2.200 toneladas de residuos mensuales en recursos mediante enfoques de economía circular. Más allá de la gestión de residuos, se están creando empleos verdes vitales y medios de vida sostenibles. Las iniciativas incluyen redes de agua alimentadas con energía solar que producen 600.000 litros diarios para 38.000 personas, compostaje para huertos comunitarios, plantación de árboles, mantenimiento de la energía solar y reciclaje de residuos para convertirlos en artesanías. Estos esfuerzos protegen la salud y el medio ambiente, al tiempo que empoderan a cientos de personas con nuevas habilidades, medios de vida e ingresos.
“Esta crisis es una prueba profunda para la solidaridad mundial. A medida que siguen llegando más personas refugiadas, la drástica escasez de fondos limita nuestra capacidad para proporcionar a los niños, niñas y las comunidades los servicios más básicos y vitales. Hacemos un llamamiento urgente a la comunidad internacional para que intensifique sus esfuerzos, no solo con fondos, sino con medidas audaces y una visión a largo plazo”, concluye Cherian Thomas, líder regional de World Vision para Asia Meridional y el Pacífico.




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